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La lógica del absurdo y la ausencia de decoro

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Foto: Pixabay

OPINIÓN

Somos tributarios de una sensibilidad republicana que nos dificulta la comprensión de contradicciones en las conductas de ciertos actores, respeto de las reglas de convivencia.

Ausencia de decoro es descaro para acometer acciones y dar opiniones independiente de su pertinencia o derecho y está emparentada con formas cada vez más sutiles de hacer política, ejerciendo el poder a como dé lugar y cumpliendo con el principio del inefable Maquiavelo o el Emperador Napoleón: “el fin justifica los medios”.

Chau “repúblicas”

Somos tributarios de una sensibilidad republicana que nos dificulta la comprensión de contradicciones en las conductas de ciertos actores, respeto de las reglas de convivencia. Argentina es un ejemplo de desvarío: hace pocos días falleció el Dr.Claudio Bonadío, vinculado a causas contra el kirchnerismo y a 5 años de la muerte del Fiscal Nisman, otro magistrado controversial, y, con el coraje suficiente para quedar en la historia reciente. También se vio involucrado en controversias con distintos actores, incluso con el Presidente, que, en el marco de su indeseable bipolaridad lo calificó de sicario. Es el reflejo de una sociedad rota, enferma y que supone altísimos costos en credibilidad para la democracia.

Uruguay ha mostrado otros padecimientos, algunos emparentados, pero, no llegamos a sus niveles de sofisticación, como para darnos el lujo de una comparación vis a vis y pretender ubicarnos por encima de su estándar.

“Primeros” en todo

Uruguay pudo dilapidar sin pudor U$S 800: mil. en ANCAP, sin responsabilidades políticas ni penales conformes. Alteramos una licitación en el caso PLUNA, sin demasiadas consecuencias, salvo el decoro de algunos (Lorenzo).

Pudimos gestionar la ecuación de los Casinos del Estado para que fueran deficitarios con prebendas organizadas, sin responsabilidades políticas ni judiciales de relevancia.

Pudimos convertir al Estado en una máquina de perseguir, recaudar y sancionar, sin pudor ni sentido, y, usar todo el aparato del Estado (Intendencia de Montevideo en 1er. lugar), para hacer minería recaudatoria a escala, generando un desequilibrio obsceno, entre la eficiencia en la gestión de ingresos y la calidad de los servicios. Una lógica hemipléjica agudizada en el 2º. Gobierno de Vázquez, por una extraordinaria voracidad. La ciudadanía pasó su factura, por ahora solo a nivel nacional.

Se agrega la tara sistemática de subestimar un tipo de cambio poco competitivo, como opción de política, lo que afecta ciertos feudos, en beneficio de otros y sostener una inflación artificialmente baja e incompatible con la política fiscal y exacerbando la demanda interna, lo que es insostenible. Agregar la sintomática eficacia en la ejecución de obras, vinculada con el poder de asignar recursos a gran escala, aunque se limitó algo con las PPP al brindar más garantías.

Nuestra sociedad no debería auto-percibirse como en una elite de países por calidad de su democracia y gestión del Estado, la realidad la veremos en los próximos 5-10 años.

De críticas y consejos

Un ex Ministro de Economía ante la posibilidad de ser candidato a Presidente, luego de varias consultas concluía: un Ministro de Economía que hace su trabajo con responsabilidad republicana no puede llegar a Presidente. Hay trabajos “de malos” y “de buenos”, y, si a esto se suman errores graves de gestión, las posibilidades para un Ministro de Economía son conjunto vacío.

Uno de los hechos que más nos impactaron desde que el Frente asumió fue la interpelación al Cr.Astori por parte del Diputado Gandini, por tema Casinos. Nos puso en alerta amarilla sobre la capacidad de Astori para gestionar la cosa pública. Esa interpelación mostró una caricatura de su peor faceta y de la que muchos no tomaron nota.

El Ministro fue garantía de estabilidad para la mirada de inversores del exterior, pero cometió demasiados “errores no forzados”, a pesar de contar con crédito, que durante mucho tiempo, le prodigaron, incluso, integrantes de la oposición.

Referimos a descuidar la calidad del gasto, desatender las señales de mala administración y corrupción, ser cómplice con el Presidente del despilfarro y desaciertos en la gestión de las empresas públicas (ie: ANCAP, UTE y ANTEL) y en la Administración Central. Engrosamiento de planillas, exceso de gastos, duplicaciones en la estructura organizativa del Estado, salvo en la lógica de armado de un aparato de poder propio.

Referimos también a la Promoción de la Inversión, con desaciertos en los nombramientos de responsables y la maraña de normas y ajustes que dañaron su virtud original, lo que contribuyó a la caída de la inversión. Se sumó una política monetaria y cambiaria pensada para favorecer competidores, con poca capacidad de innovación y autocrítica, lo que llevó a perder competitividad, sumado a la inercia de nuestra política comercial y la mala política tarifaria y de inversiones de empresas públicas, más el triste papel de las unidades reguladoras.

Durante medio siglo el Cr. Astori ha sido un actor excluyente y sus opiniones tienen todavía impacto, pero se ha dedicado a criticar innecesariamente al futuro Presidente, negocio que no le ayuda en nada. Podría hacer autocrítica y diferenciarse de correligionarios como Mujica, Rubio o Munro y poner una capacidad que el si tiene para contribuir a que el próximo Gobierno pueda corregir algunos de los errores que el mismo sabe que no pudo corregir.

Deseamos tenga la nobleza y sensibilidad para liderar en el Frente una vertiente opositora que aproveche este cambio para contribuir a realizar ciertas transformaciones que con “su” Gobierno no pudo lograr.

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JUAN SÁNCHEZ

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