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Claves de la primera infancia

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Los niños no solo pasan el tiempo detrás de las pantallas sino que siguen leyendo por placer.

Las niñas aventajan a los niños en el lenguaje y en las habilidades socio-emocionales. Entender estas diferencias parece resultar clave en el diseño de inversiones de capital humano en primera infancia. Un reciente estudio del BID así lo indica.

"La otra noche mi hija Elise, de dos años y medio, no quería ir a dormir porque quería compartir cómo fue su día. Me contó sobre el jardín, la visita al supermercado, lo que hizo su hermano al volver de la escuela, sobre sus amigas y el cumpleaños de su cuidadora. Al día siguiente, Lautaro, el compañerito de Elise, también de dos años y medio, estaba visitando mi casa y cuando le pregunté "¿Cómo estás?", solo dijo "bien" y dio la vuelta para ir a jugar. Esta diferencia en la cantidad de lenguaje usado por niños y niñas y su desarrollo socio-emocional es el centro de una amplia discusión en la literatura económica sobre las diferencias de sexo en la adquisición del lenguaje y el desarrollo de habilidades sociales".

Así se expresaban, unos días atrás, las investigadoras Florencia López Boo y Rosangela Bando en el blog de la División de Protección Social y Salud del BID. En su artículo daban a conocer uno de sus estudios recientes. Se titula "Sex-differences in language and socio-emotional skills in early childhood", y se centra en niñas y niños —cerca de 20.000— que tienen entre 7 meses y seis años de edad en Chile y Nicaragua. Es el primer estudio en América Latina sobre las diferencias de habilidades entre sexos en los primeros años de vida.

Los resultados.

López Boo y Bando encuentran que las niñas aventajan a los niños: presentan mejor nivel de lenguaje y de habilidades socio-emocionales. Y esa brecha de sexo en lenguaje y habilidades es la misma en Chile y en Nicaragua, aun teniendo en cuenta las diferencias culturales y geográficas de ambos países, o incluso las diferencias entre las características de las familias, las prácticas parentales y las inversiones en salud de cada hogar.

Estos resultados arrojan luz sobre la necesidad de tener en cuenta estas diferencias entre niñas y niños a la hora de diseñar las políticas.

Estudiar las diferencias de habilidades entre sexos siempre es un desafío, porque es difícil identificar cuánto corresponde a diferencias biológicas y cuánto a medioambiente de crianza. Por ejemplo, existe lo que se conoce como el efecto identidad. El "efecto identidad" se refiere a cambios en el comportamiento para acomodarse a las normas de un grupo con el cual uno se identifica. Para enfrentar este reto, las autoras se centraron sólo en el rango de edad de 7 meses a 6 años, ya que el eventual "efecto identidad" recién comienza a los 6 años de edad.

Entorno.

Las investigadoras del BID comienzan estudiando si las características de los hogares y de las comunidades podrían explicar la brecha de lenguaje y habilidades socio-emocionales entre los sexos. Luego estudian el poder que pueden tener las inversiones que realizan los hogares en explicar las diferencias por sexo (por ejemplo, los padres podrían estar discriminando en contra de sus hijos varones a la hora de invertir en educación o salud). Finalmente exploran si las diferencias de habilidades entre sexos también están presente en algunas subpoblaciones (etnias, centros geográficos, estructuras familiares, etc.).

Los resultados se muestran consistentes: existen diferencias por sexo, en el lenguaje y las habilidades socioemocionales de niñas y niños de 7 meses a 6 años de edad, incluso considerando diferentes características del hogar, de la comunidad, de las prácticas parentales o de la subpoblación a la que se pertenece.

Las razones.

López Boo y Bado ofrecen algunas posibles explicaciones detrás de los resultados encontrados. Señalan que "existe evidencia científica que prueba que las diferencias en la arquitectura (wiring) cerebral son las que están detrás de algunas de las variaciones en las habilidades cognitivas masculinas y femeninas. Se cree que los lados izquierdo y derecho del cerebro, en particular, se especializan en el pensamiento lógico e intuitivo respectivamente. Los investigadores dicen que el entrecruzamiento entre ambos lados del cerebro en las mujeres, sugerido por los diagramas de cableado, ayuda a explicar su mejor memoria, habilidad social y capacidad de multitareas (o multitasking)".

En América Latina se han hecho grandes mejoras en la provisión de servicios básicos a poblaciones que habían sido históricamente excluidas. Ahora está por delante el desafío de realizar un fuerte avance en la calidad de esos servicios.

Diseñar estrategias pedagógicas que incorporen los descubrimientos científicos acerca de las particularidades psicosociales de niñas y niños, es un desafío que demanda un lugar en la agenda de los educadores, investigadores y diseñadores de política.

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Los niños no solo pasan el tiempo detrás de las pantallas sino que siguen leyendo por placer.

ALEJANDRO CID

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