A 25 años de publicar Como agua para chocolate, Laura Esquivel retoma la historia con el diario de su protagonista.

Los diarios íntimos atrapan. Los propios porque cuando los encontramos años más tarde reconocemos a aquel ser que fuimos y que, quizás, dejamos en algo de ser. Los ajenos, claro está, por la curiosidad que despierta ingresar en el mundo más personal del otro. A esto último apunta la autora mexicana Laura Esquivel: a 25 años de la publicación de Como agua para chocolate, su gran éxito como escritora, con la edición de El diario de Tita. Lo primero que llama la atención de El diario de Tita (Suma, $ 890) es que, aunque la portada es bastante típica, el interior dista de serlo. Las páginas simulan un diario íntimo, a rayas, incluso con parte de los bordes "quemados", y todo está escrito en cursiva, como si la propia Tita, protagonista de aquella obra que conquistó más de siete millones de lectores, lo hubiera hecho.

En el texto se mezclan sentimientos, recuerdos, cartas, poemas, objetos pegados como en cualquier diario adolescente y, claro está, recetas. El punto de partida es el 4 de julio de 1910. Ese día Tita va a misa y sucede algo que cambiaría toda su vida: se enamora de Pedro.

"Cuando escribí Como agua para chocolate pensé que lo que tenía que decir ya lo había dicho. Pero pasaron los años y me sorprendió que hay una nueva generación, que no había nacido cuando la escribí, a la que le encanta la novela, y me pregunté: ¿qué le puede decir esta historia a un jovencito? Lo que creo es que la identificación con la historia y con Tita como personaje puede venir de que viven una situación similar", señaló Esquivel al diario colombiano El Tiempo. Y agregó: "Ya no hay mamá Elena, pero sí un sistema económico mundial que determina su destino y les dice: Me vas a servir hasta que te mueras, No tienes posibilidad de estudiar y te vas a tener que ir de indocumentado; hay un sistema peor de opresor que el que imponía mamá Elena, que era un sistema patriarcal.

Esquivel ya escribió, aunque lo publicará en marzo próximo, la novela que cerrará la trilogía. Mi negro pasado se desarrolla en otra época, la actual, y en otro tono, donde la protagonista es una mujer con problemas con la comida a quien la abuela, narradora de Cómo agua para chocolate, invita a viajar y a cambiar así de camino vital.

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