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La pérdida del pelo en los niños

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La pérdida del pelo en forma rápida, en un área bien delimitada generalmente del cuero cabelludo, se conoce como alopecia areata, también llamada popularmente “peladilla”. Si bien afecta a personas de cualquier edad, se observa con frecuencia en niños y jóvenes. Se estima que el 60% de los casos se produce antes de los 20 años.

Si bien existe una base genética que predispone a desarrollarla, su desencadenamiento suele estar asociado a un episodio de estrés importante. En los niños puede tratarse desde una mudanza o cambio de escuela, hasta la separación de sus padres o el fallecimiento de un familiar, solo por mencionar algunas de las posibles causas. De todas formas, el mecanismo que lleva a esta caída del cabello es autoinmune, es decir, se vincula con las propias defensas del organismo que actúan afectando al folículo piloso. Por esta razón, siempre se deben descartar que coexistan otras patologías que pueden acompañarla, como por ejemplo trastornos de la glándula tiroides o el vitiligo.

Pero debemos tener en cuenta que hay muchas otras causas que llevan a la pérdida del pelo en la edad pediátrica, que hay que diferenciar de la alopecia areata. Por ejemplo, la tricotilomanía, que es la conducta de arrancamiento del cabello en forma repetitiva y estereotipada, en donde se ven pelos de distinta longitud en una zona del cuero cabelludo, o la infección por hongos que afectan al folículo piloso. En ésta se observa un área cubierta con escamas en su superficie, que puede presentar también inflamación y en ocasiones un exudado.

En cuanto al tratamiento de la alopecia areata, existe una amplia gama de cremas y lociones que se pueden aplicar directamente sobre la zona afectada para detener el proceso, y luego estimular el crecimiento del pelo. Comúnmente se indica el uso de corticoides de distintas potencias, de acuerdo a la extensión y actividad de las lesiones, así como la edad y el terreno del paciente. En casos más rebeldes, el dermatólogo en conjunto con el pediatra puede decidir la administración de cortisona por vía oral por un período limitado de tiempo o incluso fármacos potentes como la cicolosporina. La utilización de radiaciones ultravioletas controladas es otra de las opciones terapéuticas, pero siempre el apoyo psicológico es fundamental para identificar la posible causa desencadenante y ayudar a que el niño pueda sobrellevar de la mejor manera posible la evolución de esta patología. Generalmente se resuelve con el repoblamiento total del área alopécica, pero debe tenerse en cuenta que esto puede llevar varias semanas o meses.

en consulta I dr. pablo pera pirotto

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