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Estudiantes uruguayos participaron en la escritura de un libro sobre El Quijote

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Ilustración Quijote

LITERATURA 

Dieciocho alumnos del liceo 26, dos profesoras y un escritor redactaron un capítulo del Quijote iberoamericano.

¿Qué habría pasado si don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza hubieran cruzado el Atlántico en busca de más aventuras? ¿Habría podido el hidalgo descubrir El Dorado? ¿Se habría topado con otros gigantes con los que luchar en el Nuevo Mundo? ¿Qué habría dicho si se hubiera cruzado con un carnaval montevideano? Pues, veamos:

“A lo lejos, se aproximaba una comparsa, una cuerda de tambores que identifica estos lugares. Allá venían los negros y los lubolos con sus caras pintadas, los acompañaban los tambores, la mama vieja, el escobero y el gramillero. Era un mar de color, alegría y júbilo (…) Don Quijote iba como perdido en su imaginación. A su paso se duplicaban aquellas escenas que tanto imaginó al leer las novelas de caballería: grandes banderas que flameaban con la suave brisa indicando que se aproximaba la batalla”.

Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza sí estuvieron en Montevideo, según se desprende de una nueva andadura del caballero errante más famoso de la literatura universal, escrita con el esfuerzo de cientos de liceales, profesores y escritores de Iberoamérica, entre los que se encuentra un grupo de uruguayos.

El mes pasado, con motivo de conmemorarse el Día de la Lengua Española y el Día Mundial del Libro (ambos proclamados por Naciones Unidas), se publicó la novela El Quinto Quijote, escrita por niños y jóvenes iberoamericanos, que recoge las aventuras del famoso caballero y su escudero a lo largo de 14 países de la región. Demandó prácticamente dos años hacer este libro y fue posible gracias al apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, ciudad en la que nació Miguel de Cervantes. Este Quijote iberoamericano es la quinta versión de un proyecto que, en ocasiones anteriores, fue escrito por estudiantes de centros educativos de la localidad alcalaína.

A Uruguay le tocó redactar el capítulo cinco en esta adaptación de la obra cervantina, tarea que asumieron 18 estudiantes del liceo N° 26 “Líber Falco”, bajo la tutela del escritor Sebastián Pedrozo y la conducción de las profesoras de quinto grado Carla Ferrari y Rossana Silva.

“El Quijote para mí es un libro muy querido, siempre me interesa revisitarlo desde diferentes lugares. Lo que yo hice fue aportar las pautas de planificación del trabajo literario, dar algunos consejos, hacer una revisión. Pero el andamiaje del proceso de escritura fue a partir de un proyecto elaborado por el liceo 26”, explica a Revista Domingo el escritor y docente Sebastián Pedrozo.

La realización del trabajo coincidió con la pandemia, lo cual no colaboró para concretar los encuentros de intercambio. Pero el resultado no podría haber sido mejor, a juzgar por lo que puede leerse en El Quinto Quijote, que se encuentra de forma gratuita en Internet.

“Tuvimos dos encuentros, uno presencial y otro virtual. Y mucho contacto por WhatsApp, tanto con las profesoras como con los alumnos. Hubo un encuentro muy impresionante en el que los chiquilines contaron sus inquietudes y sus intereses para construir algo a partir de un texto literario preexistente. Yo aporté desde la mirada del escritor sobre el proceso de escritura y el interés del libro en sí. Me hizo mucho bien ver a estos jóvenes tan entusiasmados con un clásico y con hacer un enfoque desde la actualidad”, destaca Pedrozo, quien asegura que “recibió más de lo que dio” como actor en el proceso.

“Mi ingreso al proyecto fue por una invitación de la Organización de Estados Iberoamericanos, con la que había hecho contacto por otro tema, un concurso. Ellos pensaron que yo podía aportar por mi doble condición de escritor y maestro. Y quedé fascinado. La experiencia me llevó a releer el capítulo que nos tocaba y partes del texto general. Entré como una pieza más dentro de un andamiaje llevado a pulso por las profesoras, que trabajaron en profundidad con la obra. Lo que me dieron a mí ya estaba pulido, en general los textos estaban muy trabajados”.

Estudiantes Quijote 1
Estudiantes del liceo 26 “Líber Falco” con el tutor Sebastián Pedrozo.
Estudiantes Quijote 2
Una actividad previa sobre la obra cervantina les permitió participar en el proyecto iberoamericano.

El origen del proyecto

Los alumnos ya habían realizado una investigación sobre la obra cervantina que les permitió formar parte de este proyecto del que participaron unos 300 jóvenes de Iberoamérica. Una de las coordinadoras de ese trabajo fue la docente Carla Ferrari.

“En 2019 armamos un proyecto que se llamó ‘Quijotadas’. Comenzaba con un estudio de investigación de una zona cercana al liceo 26, a la cual los vecinos quieren llamar ‘Barrio Cervantino’. Muchas de las calles y plazas del lugar tienen nombres vinculados a la novela y a Cervantes. Por ejemplo, la plaza principal se llama Alcalá de Henares. Y hay una escultura de Octavio Podestá que se llama ‘Quijotadas’”, explica Ferrari a Revista Domingo.

El barrio está ubicado cerca del Nuevocentro Shopping, en las inmediaciones de Luis Alberto de Herrera y Bulevar Artigas, donde los estudiantes estuvieron muchos meses investigando y hablando con los vecinos. “Al final, la propuesta terminaba con una creación artística que tenía que ver con la propia postura de los alumnos como lectores del Quijote. Podía ser una canción, una obra pictórica, un cuento, una novela”, detalla Ferrari.

“Como empezaron a aparecer obras que estaban muy bien hechas, creamos una puesta en escena de todas ellas y la presentamos a la comunidad. En ese momento fue la inspectora de Literatura a verlas. Y ella estaba buscando a un grupo de alumnos que pudiera hacer la escritura de El Quinto Quijote. Dentro de todas estas obras también había cuentos. Entonces, cuando nos propusieron hacerlo, ya teníamos un camino andado. Ellos ya conocían la obra, habían hecho su reflexión sobre el texto e incluso habían creado narrativa. En total fueron 18 alumnos de entre 16 y 18 años los que se unieron al proyecto”, detalló la docente.

-¡Vamos, Sancho! Aún nos quedan muchas aventuras por encontrar -dice don Quijote en el capítulo de su andadura por estas tierras, cuando al paso de los jinetes iba cayendo la tarde.

-¿Cómo no pudimos con ese vil gusano, Sancho? -le pregunta a su amigo haciendo referencia a un ómnibus al que se había enfrentado en solitario. El manchego estaba seguro, apostaba su armadura y hasta su amado Rocinante, de que aquello era una criatura temible que se había “tragado” a unos muchachos.

-¿Volvemos, mi señor?

-¡No, no! Era una broma -contestó el ingenioso hidalgo.

Expansión de la "lengua de Cervantes" en el mundo

La nueva versión del mundialmente conocido Quijote abre sus horizontes para ir al otro lado del océano, un deseo que, según algunos cronistas, le fue negado a Cervantes, incluso cuando el escritor fue un viajero impenitente que se pasó la vida de un lado para el otro. Con esta adaptación iberoamericana de su obra se hace un homenaje a la diversidad del idioma español, hoy conocido como “la lengua de Cervantes”, que es compartido por más de 585 millones de personas en el mundo.

Según datos del Instituto Cervantes, el español o castellano es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín. Por otra parte, en los últimos 10 años aumentó en casi 60% el número de estudiantes que eligen español como lengua extranjera: lo estudian 22 millones de personas. En el mundo digital, el español se posiciona en tercer lugar, después del inglés y del chino, con un 7,9% de los usuarios de Internet.

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