"Estoy bien... Llegué hace unas horas al apartamento... Hace un calor impresionante". Estos fueron algunas de las frases que intercambió Enrique Lafarge (54) con su prima en Miami "chateando" por Internet, aproximadamente a la una de la mañana paquistaní del sábado 8 de octubre. Esto es, unas ocho horas antes que un feroz terremoto azotara ese país, India y Afganistan.

Esta noticia cayó como un mazazo sobre las pocas esperanzas que quedaban de hallarlo con vida. "Ya está confirmado que Enrique estaba en el edificio (Margalla, en Islamabad, la capital paquistaní) cuando ocurrió el terremoto. Ahora solo queda encontrar aunque sea sus restos", afirmó una pariente cercana.

Nacido en Uruguay, Enrique Lafarge vivía desde hace casi treinta años en Barcelona, España, donde fundó una empresa cooperativa textil.

Por motivos laborales viajaba asiduamente a Islamabad. Desde que se produjo el terremoto nada se volvió a saber de él.

Desde el pasado miércoles, su hermano Daniel Lafarge (53) se encuentra en Islamabad tratando de encontrar a Enrique. Tarea que resultó infructuosa en hospitales y otros improvisados centros de atención.

Descartada ya la idea de que haya estado en el exterior del edificio Margalla, donde tenía su residencia paquistaní, durante el terremoto, la única posibilidad apunta a ubicarlo en los escombros de la construcción.

Daniel se contacta diariamente con sus familiares en Uruguay y Argentina, ya que vive con su esposa y madre en Mendoza. Según pudo saber El País, los rescatistas que trabajan en el edificio Margalla estiman que aún falta conocer la suerte de unos 22 habitantes del complejo.

"Estamos muy mal y pensando continuamente en Daniel, que está solo allá buscando. No por su salud porque sabemos que está bien cuidado y apoyado, pero sí por su estado de ánimo. ¿De Enrique? A esta altura lo único que queremos es un cuerpo, o algo que sirva para identificarlo", añadió.

La familiar dijo a El País que la madre de los hermanos, Lelia Balbi, le preguntó a Daniel cuándo pensaba volver de Asia. Esa pregunta aún no tiene respuesta. "Yo vine a buscar a Enrique y no me voy hasta que lo encuentre", afirmó que fue la contestación.

BALANCES. El primer ministro de la Cachemira paquistaní, la zona más afectada por el terremoto que alcanzó los 7.6 grados de magnitud, dijo ayer que el último balance oficial del sismo habla de 39.422 muertos y 65.038 heridos, según consigna la agencia de noticias AP.

Sin embargo, autoridades aseguran que las cifras finales serán aún mayores.

El mal tiempo y la dificultad para acceder a las zonas más remotas hizo afirmar al vocero del gobierno de esa región que la cifra de muertos "no será inferior a 40 mil".

Si se toma en cuenta los 1.350 muertos en la Cachamira de India y los 13.283 de otra provincia paquistaní, el terremoto arrojará no menos de 54 mil víctimas fatales.

Pese a que las cifras de víctimas por el terremoto aumentan día a día, también cotidianamente se conocen historias de supervivencia casi milagrosa

En la aldea de Sanger, en la provinicia paquistaní del noroeste, fue rescatada con vida una bebé de siete meses entre los escombros de su vivienda. La pequeña permaneció ocho días sepultada entre polvos y piedras. Está enferma de polio.

Al sismo no pudieron sobrevivir los padres de la bebé; sí lo hicieron sus hermanos mayores de siete y nueve años. También ayer fueron encontrados con vida cuatro niños en una localidad cercana a Balakot. Al igual que la bebe, sobrevivieron ocho días bajo los restos de su casa. Sus edades van de los dos meses a los nueve años.

El general Shaukat Sultan, portavoz del ejército de Pakistán, señaló que aunque remotas, siguen habiendo posibilidades de encontrar sobrevivientes. AP y ANSA