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Ocho vidas

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Ocho adultos mayores. Ocho abuelos. Ocho padres y madres. Ocho uruguayos murieron tras el incendio del hogar "La Época Dorada" en Montevideo.

Ocho vidas perdidas. Ocho dramas familiares. Ocho víctimas del fuego. Pero también de la burocracia. Porque cuando el Estado no hace lo que debe, cuando alguien no hace lo que corresponde por temor a las consecuencias, cuando los permisos demoran, cuando las habilitaciones precarias se vuelven definitivas, y cuando quien debe inspeccionar no lo hace, o lo hace tarde y mal, a veces mueren personas. Ciudadanos. Como usted. Como sus mayores.

Una ministra (Arismendi) ha dicho que se siente "absolutamente responsable". Y eso está bien.

Un ministro (Basso), ha preferido explicar lo inexplicable. Ha dicho que si se aplicara la norma, habría que cerrar a la enorme mayoría de los residenciales. Y, para Basso, clausurar un establecimiento es "dramático". Y estas ocho muertes, ¿qué son entonces, señor ministro?

Un funcionario (Bango) ha anunciado que resolver el problema de los residenciales para adultos mayores que operan sin arreglo a las normas "llevará todo el período de gobierno", por lo que "mientras tanto habrá que convivir con los riesgos". ¿Acaso no es eso lo que estaban haciendo los residentes de "La Época Dorada"? ¿Se animaría Bango a explicar eso a sus deudos?

Ocho vidas perdidas. Algunas explicaciones, muchas excusas y todos siguen en sus cargos. La tragedia se cobró vidas de abuelos a los que el Estado no cuidó co-mo debía. Pero eso no le ha costado la silla a ninguno de los que no hizo aquello para lo que se les paga.

¿Qué sigue? Lo de siempre. Apueste. Yo digo que se viene una catarata de inspecciones, muy publicitadas, y algunas clausuras con algún funcionario con cara de importante explicando que el Estado finalmente está actuando. Y cuando todos pensemos que eso es así, todo volverá a ser como siempre. Hasta que otro incendio se cobre nuevas vidas. Y los gobernantes de turno vuelvan a explicar que hicieron lo que pudieron. Y la oposición de turno vuelva a pedir explicaciones.

¿Quiénes serán las próximas víctimas? ¿Dónde se producirá el próximo incendio en un local no habilitado por Bomberos? ¿En un residencial de adultos mayores? ¿O en un jardín de infantes? ¿O en un escenario deportivo? ¿Cuántos serán los uruguayos muertos la próxima vez? ¿Uno solo? ¿Ocho? ¿Veinte?

Y mientras tanto, ¿van a seguir extendiendo habilitaciones precarias, y poniendo en riesgo a más uruguayos que, como le gusta decir a Bango, "deberán convivir con el riesgo"?

¿Nos va a avisar al menos el Estado (Bomberos, el Mides, el MSP, Primaria, Secundaria, etc.) en qué lugares habremos de "convivir con el riesgo" para que los ciudadanos, que pagamos nuestros impuestos y con ellos los sueldos de los funcionarios, podamos elegir si queremos o no concurrir a esos lugares? ¿Nos darán al menos la posibilidad de saber dónde estaremos dejando a nuestros abuelos, a nuestros padres o a nuestros hijos? ¿Será pedirles demasiado?
[email protected]

LA COLUMNA DE PEPEPREGUNTÓN

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