La Intendencia de Montevideo no hizo lugar a un recurso de reposición presentado por la empresa Isolux S.A, contra una resolución de la exintendenta Ana Olivera de rescindirle dos millonarios contratos de obra pública.
El primer paquete de obras para construir estaciones de bombeo y una planta de pre-tratamiento se adjudicó el 16 de noviembre de 2012, por un monto total de $ 663,5 millones; unos US$ 26,7 millones al valor actual de la divisa norteamericana. A su vez, la Intendencia había adjudicado a la misma firma, en noviembre de 2013, las obras de "ampliación y mejora de infraestructura de drenaje en Quitacalzones y Arroyo Seco", por $ 344 millones (unos US$ 14 millones). Ambos contratos, que superan en tamaño la obra del Corredor Garzón, fueron una de las apuestas más fuertes realizadas por la administración de la intendenta Ana Olivera para evitar, entre otras cosas, las inundaciones que se producen en algunos barrios.
Como diera cuenta El País, las obras que debieron ser abandonadas por Isolux —que adujo entre otras cosas atrasos por mal tiempo— fueron adjudicadas en junio, sin que se hiciera un llamado a licitación, a otras empresas.
Las obras que quedaron abandonadas perjudicaron durante largo tiempo a vecinos de varios puntos de Montevideo, entre ellos a los de calle Cufré, que estaban sitiados por calles y veredas levantadas.
Obras adjudicadas de saneamiento eran por unos US$ 40 millones