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Los monopolios se han convertido en un serio obstáculo para el crecimiento

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El País

El partido gobernante PAN se ha vuelto una réplica del PRI y la plataforma electoral del izquierdista PRD defiende los antiguos postulados de su tronco original, sostuvo el doctor en historia económica Jorge Castañeda. El ex secretario de Relaciones Exteriores de México dialogó con ECONOMIA & MERCADO sobre la situación política y económica de su país durante una corta visita a Montevideo con motivo de su participación en el Latin America Emerging Markets Forum. A continuación un resumen de la entrevista realizada en diciembre.

-¿Cómo ha evolucionado la economía mexicana a poco más de un año de gestión del gobierno de Felipe Calderón?

-Se parece mucho a la situación que ha imperado en el país a partir de la recuperación de la llamada "crisis del tequila". El ritmo de crecimiento de la economía es muy moderado, ya que se estima que el PIB de México creció 2,7%-2,8% en 2007. Sin embargo, existe una estabilidad macroeconómica muy fuerte, con tasas de inflación e interés cada vez más bajas, lo que permite a muchísima gente acceder al crédito hipotecario y de bienes durables. Por otra parte, el país mantiene una balanza de pagos muy equilibrada con reservas considerables, existiendo una situación bastante cómoda en las finanzas públicas gracias al incremento de los precios del petróleo. En pocas palabras, el desempeño de la economía ha sido mediocre, pero sostenido a lo largo de once años. Eso no está mal, aunque es mucho menos de lo que se necesita.

-¿Por qué la economía mexicana crece a un ritmo más lento que el promedio de la región?

-Desde hace más de un decenio todos los mexicanos nos hacemos esa misma pregunta, pero nadie tiene una buena respuesta. Se puede alegar con un cierto grado de certeza que hay tres factores que tienen bloqueado el crecimiento de México. En primer lugar, existen varios cuellos de botella fiscales porque al Estado no le alcanza el dinero. Actualmente la recaudación es insuficiente dado que la carga tributaria es muy baja y, por tanto, se requieren los aportes del petróleo para solventar buena parte de los gastos del Estado.

En segundo término, México es un país de monopolios. Tanto los monopolios públicos como los privados son un problema real ya que impiden la competencia lo que es absolutamente incompatible con una economía de mercado.

Tercero, la falta de seguridad jurídica provoca serios temores entre los empresarios e impide alcanzar los niveles necesarios de inversión privada, nacional y extranjera, que se sitúa actualmente por debajo del 20% del PIB. Por ejemplo, la inversión extranjera directa en 2007 fue de US$ 18.000 millones, lo que representa apenas un 2% del producto mexicano que alcanzó los US$ 900.000 millones. Además, se invierte casi todo a lo largo de la frontera con Estados Unidos y muy poco o nada en el interior, dadas las notorias carencias del país en infraestructura vial, ferroviaria, aeroportuaria, etc.

-¿A qué obedece la falta de recursos fiscales del gobierno?

-Los ingresos del Estado no se han podido aumentar significativamente porque la reforma fiscal aprobada en septiembre pasado, si bien es importante por ser la primera ley de ese tipo implementada desde 1995, implica muy poco dinero ya que estamos hablando del 1,1%-1,2% del PIB. Los ingresos previstos son tan magros que la recaudación tributaria deberá aumentar diez puntos porcentuales en los próximos veinte años.

Sistema monopólico

-¿Por qué considera a los monopolios como un grave problema de México si ese sistema le permitió crecer a tasas envidiables durante cuarenta años?

-Ese sistema se ha transformado en un serio obstáculo para el crecimiento económico de México. Es posible que hoy sea más fuerte que nunca el control monopolista de casi todas las actividades económicas, sindicales y políticas de la vida mexicana. Inmensos monopolios públicos y privados dominan el país. Pemex y CFE poseen derechos exclusivos sobre el petróleo y la energía eléctrica. Telmex domina en el campo de los teléfonos celulares y fijos, Cemex en el cemento, Televisa y TV Azteca en la televisión, Bimbo en la industria del pan, etc. Dos bancos, Citigroup/Banamex y BBVA/Bancomer, controlan casi el 80% del total de los depósitos y Wal-Mart se ha convertido en el mayor empleador del país.

Por otra parte, los sindicatos mexicanos detentan el monopolio absoluto de la contratación, el despido y la discusión de los convenios colectivos de trabajo desde la década del cuarenta, ejerciendo una influencia descomunal sobre las empresas públicas, los servicios médicos y la educación. Además, los tres principales partidos políticos de México controlan la participación electoral y bloquean a los candidatos independientes, salvo que estos estén dispuestos a participar en las prácticas turbias de las dirigencias partidarias.

-¿Cómo se podría desarmar ese dispositivo corporativista?

-Si el Presidente quiere hacer verdaderas reformas, tiene que empezar por dar un ejemplo como sería la desintegración de Telmex. Nadie discute el genio empresarial de Slim, ni que la privatización haya mejorado el servicio, ni que se necesitan empresas grandes para competir en el mercado nacional, ni que en teoría se podría obligar a Telmex a reducir tarifas y mejorar sus servicios a través de un mayor rigor regulatorio. Pero, cuando un monopolio se vuelve emblemático, se transforma en un símbolo; entonces, resulta imperativo acabar con él. Así ha ocurrido incluso en Estados Unidos, el país de los monopolios por excelencia.

-Desde fines del siglo XX se viene dando un proceso de globalización de las grandes empresas mexicanas. ¿Hasta qué punto la fortaleza de esas corporaciones depende de la existencia de monopolios locales de hecho?

-Esa es una situación ambivalente. Por un lado, comparto la idea de que los gobiernos deben apoyar a los llamados "campeones nacionales", o sea las grandes empresas de cada país, cuando salen al extranjero, cuando fomentan exportaciones, etc. Pero, por otro lado, el Estado también debe promover una mayor competencia interna. Es evidente que ambos aspectos no son fácilmente compatibles. Por ejemplo, es un hecho que a Televisa -una compañía que, bajo distintos nombres, ha vivido de la protección del Estado desde hace cincuenta años- le ha ido muy bien exportando telenovelas, pero ha fracasado cada vez que intentó invertir en el exterior, tanto en Estados Unidos como en España y América Latina. Cabe preguntarse si el carácter de empresa exitosa de Televisa en México no se debe justamente a la protección monopólica del Estado. ¿No será por esa razón que sus filiales han sido incapaces de competir con éxito en el extranjero?

Petróleo

-La producción petrolífera mexicana no ha aumentado en los últimos años. ¿Por qué el Estado no utiliza los mayores ingresos que recibe por concepto de exportaciones de petróleo para la prospección y explotación de nuevos yacimientos?

-Como el gobierno "ordeña" a la empresa estatal Pemex para poder solventar el gasto público debido a la muy baja carga fiscal existente en México, el ente petrolero cuenta con muy pocos recursos financieros para realizar nuevas exploraciones. Eso ha conspirado contra el aumento de la producción petrolífera del país y le ha impedido sacar una mayor ventaja a estos precios altísimos.

-¿Qué posibilidades existen de que se aprueben algunas reformas para incentivar la inversión privada en proyectos del sector energético, que está totalmente en manos del gobierno?

-No hay casi ninguna posibilidad. Esa reforma está bloqueada porque el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) no cuenta con mayoría en ninguna de las dos Cámaras del Congreso y su eventual aliado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), no quiere rever una de las leyes históricas de su larga gestión en el gobierno.

País paralizado

-El presidente Felipe Calderón ganó las elecciones de 2006 por muy estrecho margen. ¿Continúan los partidarios del candidato López Obrador desconociendo la legitimidad de esa victoria?

-Más de una tercera parte del electorado se mantiene en una postura intransigente. No se prevé que esos ciudadanos desistan porque, aunque equivocados, están convencidos que su candidato fue quien ganó. Esa disconformidad se expresa mediante manifestaciones callejeras sorpresivas, pero pequeñas, y, sobre todo, por la oposición sistemática en el Congreso. Los legisladores del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) no están dispuestos a entrar en ningún acuerdo estratégico con el gobierno. Pueden apoyar algunos artículos de la Ley de Presupuesto si eso supone la canalización de fondos públicos para proyectos que les interese o pueden votar una ley que le impongan al Poder Ejecutivo; pero no están dispuestos a hacer ningún tipo de alianza con el gobierno porque lo desconocen como tal. Eso significa que el presidente Calderón está obligado a negociar con el PRI o, en su defecto, dejar que sus proyectos duerman una larga siesta en el Congreso. Esa situación tiene paralizado a México hoy día.

-Entonces, ¿cómo resultó aprobada la ley de reforma fiscal?

-Esa reforma no afecta mayormente a las grandes empresas. Tampoco incluye el cobro del IVA a ciertos productos que consumen los sectores con altos ingresos. Algunos de los artículos de esa ley consiguieron el apoyo de los dos partidos opositores porque la mayor parte de lo que se recaude tendrá que repartirse entre los gobernadores, muchos de los cuales pertenecen al PRI o al PRD.

-A pesar de que el PRI fue desalojado del gobierno hace más de siete años, ¿continúa manteniendo una cierta cuota de poder?

-Al ser derrotado en las elecciones del año 2000, el PRI perdió el gobierno y también buena parte del poder que se había construido dentro y fuera del Estado. De todos modos, conserva una buena representación parlamentaria y gobierna varios estados y municipios. También mantiene la dirección de varios sindicatos, que fueron un apéndice de su gobierno durante décadas. Sin embargo, algunos de los viejos caudillos que permanecen al frente de fuertes sindicatos ya no pertenecen al PRI. Lo que no se ha perdido es la forma de gobernar del PRI, que está hondamente arraigada en la cultura mexicana. Así es que el gobernante PAN se ha vuelto una réplica del PRI y la plataforma electoral del izquierdista PRD defiende los antiguos postulados de su tronco original.

Problema migratorio no afecta el intercambio comercial con Estados Unidos

-¿En qué medida la mayor rigidez de la política inmigratoria de Estados Unidos, la militarización de su frontera con México y la construcción de un muro fronterizo adicional de 595 kilómetros pueden afectar las relaciones comerciales entre ambos países?

-Cuando Bush comenzó su primer período presidencial, en el mismo año que su colega Fox, prometió un acuerdo migratorio binacional. A la postre, esa promesa se transformó en una reforma de la legislación migratoria estadounidense, pero se suponía que iba a contemplar algunos temas acordados entre ambos mandatarios: legalizar los seis millones de mexicanos que residen en Estados Unidos; suscribir un acuerdo ampliado de trabajadores temporales, que permitiría a los 350.000-400.000 migrantes anuales ingresar con documentación al país norteño; y aumentar la seguridad en la frontera común en el entendido de que se cumplirían las dos condiciones anteriores. Nada de eso se cumplió, salvo el muro, una severa vigilancia fronteriza y una actitud muy agresiva y hostil hacia los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Sin embargo, toda esa situación tan negativa no afecta el intercambio comercial entre ambos países porque la dinámica del comercio es muy grande. En efecto, la suma de exportaciones e importaciones mexicanas hacia y desde el mercado estadounidense es de casi US$ 400.000 millones anuales. Por lo tanto, el problema migratorio no puede entorpecer ese flujo de mercancías y de capitales dado el interés mutuo existente.

-¿Podrá esa política migratoria de Estados Unidos poner un freno a la fuerte corriente migratoria que busca trabajo en el mercado estadounidense?

-Probablemente, no lo va a detener en el largo plazo. Sin embargo, el cruce de la frontera se va a reducir en el corto plazo. Al hacerse ese tráfico más peligroso, el costo de los servicios de los "polleros" se va a encarecer considerablemente y va a disminuir el número de migrantes por un cierto tiempo. La probable tardanza en el ajuste del mercado de los cruces y la reducción en el margen pueden ser muy dañinos para México, especialmente si la economía estadounidense entra en una fase recesiva y si la economía mexicana sigue, como siempre lo ha hecho, el ciclo económico de su vecino norteño. Todo eso puede generar un serio problema social.

El país está desgarrado en cuanto a definir su situación geopolítica

-¿Por qué México no integra la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a pesar de ser un importante exportador de crudo?

-Desde que México volvió a exportar petróleo en 1977-78, el entonces presidente López Portillo tomó la decisión de no ingresar a la OPEP porque el país se beneficia de la política de fijación de precios de la organización sin necesidad de ser miembro de la misma. En segundo lugar, no tendría suficiente peso para incidir en sus decisiones y, por tanto, seguiría siendo un tomador de precios. En tercer término, México exporta el 90% de su petróleo a Estados Unidos y, eventualmente, el país podría estar sujeto a algún tipo de represalia o sanción de parte de Washington si fuera socio de dicha organización. En resumen, presidentes de tendencias muy distintas que han gobernado en los últimos treinta años no han querido solicitar el ingreso a la OPEP porque las ventajas de su membresía serían mínimas.

-México es miembro del Nafta y pertenece a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), o sea el club de los países ricos, pero también forma parte de América Latina. ¿Dónde ubica a México desde un punto de vista geopolítico?

-Ese es un tema que se debate intensamente en México, aunque no se da a nivel de masas; pero no se ha hallado aún una respuesta de consenso. El país está desgarrado en cuanto a definir su situación geopolítica. Si se observan las cifras de los indicadores económicos, es claro que México forma parte de la unidad económica de América del Norte, con todo lo que ello implica en cuanto a convergencias de política económica, relaciones exteriores, etc. Hoy no tenemos una auténtica vocación latinoamericanista desde el punto de vista de la economía, la inversión, la tecnología, el turismo, etc. Sí sentimos que nuestro corazón está en América Latina porque nos une la misma cultura, pero es una nostalgia cada vez más folclórica. No existe realmente un interés nacional por la región.

-De todos modos, ¿qué rol podría desempeñar México en el actual contexto político de América Latina, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones con Venezuela?

-La izquierda populista latinoamericana, tanto la que hoy está en el poder como en la oposición, es muy estridente, está bien articulada y plantea un discurso bastante estructurado. Da la batalla por sus ideas y está presente constantemente en los medios de comunicación, en los debates ideológicos, en los foros internacionales, etc. Tiene, además, los petrodólares de Chávez, las armas de Putin y los cuadros de La Habana. Del otro lado, los gobiernos de izquierda moderna, básicamente Brasil, Chile y Uruguay, no dan la pelea ideológica porque no pueden o no quieren. Fuera de la región, el gobierno español tampoco interviene. Por lo tanto, el candidato lógico para enfrentar al populismo es México porque cuenta con una historia de más de diez años de éxito económico, no limita con ningún país de tendencias populistas y tiene un presidente con buena formación y muy hábil para el debate. Sin embargo, México rechaza esa tarea porque Calderón le teme a la quinta columna de Castro y de Chávez dentro del propio país que es el PRD y porque no quiere verse involucrado en los problemas de América Latina.

Ficha técnica

Jorge Castañeda Gutman, mexicano, 54 años, obtuvo la licenciatura en economía en la Universidad de Princeton, la maestría en la Ecole Pratique de Hautes Etudes y el doctorado en historia económica en la Université de Paris-I. Fue secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Vicente Fox (2000-2003). Se presentó como candidato presidencial independiente en las elecciones de 2006. Es docente de New York University desde 1997, habiendo enseñado en la UNAM, Princeton y Berkeley. Es autor de varios libros, entre ellos, "Vida y muerte del Che Guevara" y columnista del diario Reforma de México, El País de Madrid y Newsweek International.

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