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Ayer un grupo de vendedores de tortas fritas -entre los que había una mujer embarazada- se encadenó frente a la Intendencia reclamando por no poder trabajar. Como diera cuenta El País, la Junta Departamental pidió "tolerancia" a la comuna con estos vendedores durante los 60 días en los que una comisión estudiará la normativa sobre elaboración, manipulación y venta de alimentos en vía pública.

Sin embargo, algunos se quejan porque les "levantan" sus puestos. "Vinieron otros tortafriteros, de Fernández Crespo, y les dieron un cartel con un número con el que les dejan vender. Estuvieron sábado y domingo en la rambla, pero a nosotros no nos dejaron, cuando de la Junta salió que era para todos por igual", dijo Sonia, una de las mujeres que se encadenó en la explanada.

"Mis hijos y mis nietos trabajan vendiendo tortas fritas, en total somos 30 familias", añadió la mujer.

En tanto, el secretario general de la Intendencia, Ricardo Prato, dijo a El País que "no le consta" que las personas que se encadenaron formen parte de la Asociación de Tortafriteros del Uruguay, que hizo gestiones ante la Junta. "El sindicato que los representa informó donde están sus vendedores y se entiende que a esos no se los va a retirar de la vía pública mientras funcione la comisión", indicó.