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FEDERICO CASTILLO

En medio de cuestionamientos varios sobre los últimos relevamientos en hospitales públicos, el vicepresidente de ASSE, Ángel Peñaloza, planteará que de ahora en más sólo se designen cargos por concurso y no por confianza política.

Para Peñaloza los cargos de directores, subdirectores o administradores de un hospital público son funciones técnicas, y los candidatos a cubrir esos puestos deben sortear ciertos "requerimientos" para acceder y tener "capacidades necesarias" para ejercerlos.

Por eso, el vicepresidente del la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), planteará en el directorio que de ahora en más las direcciones que deban cambiarse tras las evaluaciones semestrales previstas, sean mediante el mecanismo del concurso. Para ir por ese camino, advirtió, se debe "dejar de lado el carácter de confianza política, que no siempre coincide con las necesidades" de los hospitales.

"Esto es una visión personal, soy consciente que es polémico", aclaró Peñaloza a El País y agregó que no desconoce que "históricamente las direcciones de los hospitales han sido cargos políticos".

Sin embargo, insistió en que se debe dar "un salto en calidad mirando hacia el futuro" y para esto "hay que ir a un proceso de selección de las direcciones por concurso", sostuvo.

Precisó que el sistema puede tener varias formas de aplicación (por puntaje, por ejemplo) y destacó que la propuesta favorecería a los trabajadores dado que abre caminos para "aquellos instrumentos pendientes que tiene ASSE como organismo descentralizado: carrera administrativa, sistema de ascenso, sistema de evaluación y política salarial acorde a las responsabilidades", señaló.

Destacó que estos instrumentos son necesarios para una buena administración porque "estimula la capacitación y la superación permanente".

El director de ASSE indicó que está trabajando junto a un equipo asesor para instrumentar este nuevo proceso de concursos que pretende aplicar.

Relevos. A mediados de este año, el directorio de ASSE tomó una decisión que no pasó inadvertida: relevó a casi la totalidad de equipos directivos de los hospitales públicos del interior y a algunos de Montevideo.

La polémica fue creciendo cuando se supo que algunos de los relevados se enteraron de su remoción por faxes que llegaron a sus despachos notificándoles el cese sin más explicaciones.

Al menos seis de los involucrados presentaron recursos de nulidad contra ASSE (la administradora del hospital de Aiguá, Giselle Bringa, sustituida por un auxiliar de enfermería, es un ejemplo), otros recibieron el apoyo de los usuarios que juntaron firmas para que sean retomados en sus cargos (es el caso del director del hospital de Vergara, Juan Reolón).

Pero luego de la tormenta que provocaron los relevos en hospitales, el directorio siguió con los cambios y removió a todos los jerarcas de hospitales y colonias psiquiátricas, un hecho que dejó en evidencia una interna dividida en el directorio de ASSE.

Frente. El tema llegó hasta el Frente Amplio. Desde varios de sus sectores se observa la situación con preocupación y hasta se ha señalado "desprolijidades" en la forma de proceder. Para mañana jueves, el Secretariado Ejecutivo del FA convocó a directores de ASSE para que expliquen el criterio aplicado para estas remociones.

La oposición también quiere saber cuáles son los pasos que se dieron para las remociones. El Partido Nacional propondrá hoy en la Comisión de Salud del Senado que se convoque al ministro de Salud, Daniel Olesker.

Cerrado. Peñaloza dijo que para él todo lo relativo a las últimas designaciones es, por ahora, un caso cerrado, que ya fue discutido en la interna del directorio de ASSE.

"Con aciertos y errores hemos resuelto hasta el momento las direcciones de los hospitales sin elementos objetivos de evaluación", admitió.

Pero destacó que todos los nuevos directores firmaron un contrato de gestión como método de evaluación.

La Auditoría Interna de la Nación constató debilidades relacionadas con el uso del carné de asistencia, un documento que habilita a una persona a ser usuaria de los servicios ofrecidos por ASSE.

Entre otras cuestiones se constató que no se prevén controles de los datos que dan los usuarios durante la vigencia del carné (3 años), y que existe una demora superior a los 45 días en la actualización de la base de datos que se estructura con la información proporcionada por el MSP.

"Este atraso constituye una vulnerabilidad, frente al riesgo de otorgar un carné de afiliado a una persona que no le corresponda por contar con cobertura mutual", señala la auditoría.