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La música como encuentro de tradiciones y diferencias

Noa. La cantante yemenita-israelí debuta hoy en Uruguay

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ALEXANDER LALUZ

El Auditorio Adela Reta del Sodre recibirá esta noche (20.30 horas) a la cantante yemenita-israelí Noa, con una propuesta diferente, que -relata ella- es un alegato por la paz y la búsqueda del diálogo intercultural a partir de mixturas estilísticas.

Con algunas pocas frases en castellano -muy precario aunque impecablemente pronunciado- que salpicaban sus transparentes y torrenciales respuestas en inglés, Noa contó ayer a El País que ese contacto y encuentro con la diversidad -cultural, musical- es una actitud de familia. Lo que se ve y se escucha en el escenario es, además del resultado de un trabajo estético-artístico de muy pulcra factura, una construcción en la que está involucrada, comprometida, una actitud de vida (y hacia la vida).

Sus hijos, agregó, la han acompañado siempre en sus giras. "Para ellos es como una aventura, la oportunidad de descubrir cosas nuevas, otras culturas, otros idiomas, y yo los preparo para eso". Es más, ahora, para esta primera visita a Uruguay -y para esta gira por el sur, que la llevó a Brasil y que luego de este concierto en Montevideo recalará en Chile y Argentina-, su hija más pequeña, de apenas meses de vida, también vino.

Su postura en este punto es, aún sin exponerla en palabras concretas, muy clara: el vínculo madre-bebé es muy fuerte y no puede (o debe) interrumpirse. Y en casa, en Israel, agrega, también ellos son parte de "mi vida profesional. Yo tengo el estudio de grabación en mi casa, los músicos vienen a trabajar ahí, y ellos se integran, están en contacto. Lo mismo pasa con mi esposo -Asher Barak-, que es médico. Los tres chicos están involucrados con la pasión que él tiene por la medicina, van a visitarlo al hospital, conocen de cerca su trabajo".

Esta noche, en el escenario de la Sala Fabini del Auditorio del Sodre, esa apuesta artística, de vida, tendrá una suerte de síntesis o repaso panorámico.

Su repertorio estará integrado por una selección de su extensa producción discográfica, incluyendo canciones que ha compuesto en hebreo, yemení -su primer idioma-, inglés y también en castellano. Explicó que junto a ella, cantará, además de tocar la guitarra y varios instrumentos de percusión, su socio creativo desde hace veinte años, el reconocido guitarrista Gil Dor; también estará el percusionista Gadi Seri y como invitada la cantante árabe-israelí Mira Awad, con quien ha compartido escenarios y proyectos de grabación desde el año 2002.

La propia biografía de Noa -Ajinoam Nini, es su nombre primero, el del registro de identidad- encarna y sustenta también esta apuesta por la diversidad, en la que tienen cabida el jazz, el pop, como una gama de expresiones de la cultura popular tradicional. Nació en Tel Aviv, en 1969, pero con tan sólo dos años, recordó, sus padres -un ingeniero químico y una psicóloga infantil- se radicaron en Nueva York. Allí, en "un ambiente musical, fui descubriendo poco a poco mi talento para esta forma de expresión". Luego llegó la etapa escolar, la formación musical adolescente, la música de Leonard Cohen y Paul Simon, el descubrimiento del amor (su actual esposo), pero en Israel, adonde viajó para fijar su nueva residencia, cuando tenía apenas 17 años.

De allí en más, y de la mano de artistas como Gil Dor, Pat Metheny (al que respeta y admira por la calidad de apoyo humano artístico en el comienzo de su carrera discográfica), su nombre se ha convertido en un referente de la música popular israelí, y un talento reconocido y convocado por artistas como Serrat, Jorge Drexler, Carlos Santana, Sheryl Crow y George Benson, entre otros.

Buscando otro camino

En su más reciente trabajo discográfico, lanzado al mercado el año pasado, Noa se propuso dar un paso más en la profundización de su relación artística con la cantante, compositora y actriz árabe-israelí Mira Awad. There must be another way está firmado por ambas, como sello de las múltiples proyectos compartidos (entre ellos, el recital de esta noche en Montevideo) que han llevado adelante desde 2002. La canción que abre y da nombre al disco, además, es una suerte de síntesis del manifiesto pacifista, de integración cultural de ambas artistas, y fue elegida en 2009 para representar a Israel en el Festival de Eurovisión, realizado en Moscú.

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