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El riesgo de musicalizar las calles

| Según los expertos, abstraerse escuchando música, ya sea al volante o caminando, encierra sus riesgos. Esta semana murió un hombre atropellado que iba enchufado al MP3

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Tendencia. Cada vez más peatones andan "enchufados" por Montevideo, lo cual disminuye el sonido ambiente y distrae. 500x500
Tendencia. Cada vez más peatones andan "enchufados" por Montevideo, lo cual disminuye el sonido ambiente y distrae.
El País

ANA PAIS

Peatones que tararean y cruzan la calle. Pasajeros de ómnibus que mueven un pie al ritmo de la música. Ciclistas, motociclistas y hasta conductores de autos que sustituyen la falta de radio con auriculares y un reproductor, cada vez más masivos.

En Uruguay no hay normativas que establezcan la cantidad máxima de decibeles a los que se puede escuchar música dentro del vehículo sin poner en riesgo la seguridad de los demás usuarios de la vía pública. Tampoco está regulado el uso de auriculares en conductores, menos aún en peatones.

"Cuando uno escucha música en el auto presta más atención que el peatón, porque caminar no exige tanta concentración como conducir, que de por sí se concibe como una actividad de determinado riesgo. El peatón se abstrae mucho más", explicó el director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), Arturo Borges.

La sumatoria de música a todo volumen y distracción terminó con la vida de un joven de 23 años en el condado neoyorquino de Brooklyn el año pasado, quien se convirtió en el desafortunado ícono del llamado "peatón tecnológico". Sean Weber se tiró a cruzar la calle absorto en la música de su reproductor iPod y no vio el auto que se acercaba ni escuchó el grito de otro peatón que le avisó. Murió atropellado. Sin ir tan lejos, el jueves pasado Nicolás Egorov Pisano falleció al ser embestido por una camioneta del Banco de Seguros en la intersección de Avenida Italia e Irlanda.

El hombre de 51 años caminaba por el cantero central e intentó cruzar de forma imprevista, se estima que por ir distraído "enchufado" con el MP3.

Según el otorrinolaringólogo Sergio Ramos, escuchar música por la calle es dos veces negativo. En primer lugar porque "la persona no escucha el sonido ambiente, que puede ser desde una sirena o bocina, hasta alguien que pide permiso".

En segundo lugar "afecta al oído por el trauma acústico" de escuchar a un volumen demasiado alto.

Paradójicamente de esta forma el peatón evita la interferencia del ruido de ómnibus, caños de escape en mal estado y demás sonidos callejeros, para disfrutar mejor de su selección musical.

"Desde el punto de vista sociocultural nos inculcaron que al escuchar música y radio estamos acompañados, por eso se dice que la persona con auriculares está en su mundo o que no sabe qué pasa a su alrededor", dijo Ileana Poloni, psicóloga y directora del Centro de Estudios del Tránsito del Uruguay (CETU), haciendo referencia a un tema estudiado por una larga lista de teóricos de la comunicación: la musicalización de la vida cotidiana. Steve Jobs, presidente de la compañía Apple, había profetizado al lanzar el primer iPod en octubre de 2001 que "escuchar música nunca volverá a ser lo mismo".

Cinco años después sale al mercado un iPod que se conecta de forma inalámbrica con championes Nike e informa al deportista el tiempo y distancia recorridos, así como las calorías quemadas, además de marcarle el ritmo con las canciones.

Hoy cientos de fanáticos de la empresa de la manzanita se preparan para la llegada del celular iPhone al mercado uruguayo, por parte de Movistar y CTI. Además del teléfono, el aparato de 135 gramos de peso es un iPod con pantalla táctil y un dispositivo para conectarse a Internet.

"En la actualidad se generan una cantidad de situaciones por la tecnología que llevan a que el peatón tenga más accidentes", afirmó Borges.

La escena de una persona cruzando la calle mientras escribe un mensaje de texto o selecciona una canción de su reproductor de música es cada vez más común en Montevideo. La calzada "no es la continuación de la vereda, ni siquiera deben hacerlo en la cebra", agregó el director de ISEV.

Según Borges, si bien es posible prestar atención al tránsito y a la canción o programa radial, "al rato el cerebro elige. No se pueden realizar dos tareas sin que una vaya en desmedro de la otra".

Poloni contó el caso de un paciente que estaba cruzando en diagonal por la mitad de la calle y fue atropellado sin enterarse cómo. "Venía cantando la letra y no me di cuenta de qué pasó", le dijo a la psicóloga.

El mismo modus operandi podría aplicarse a un hurto: el peatón es doblemente atractivo para el ladrón, ya que no sólo tiene un aparato tecnológico a la vista sino que además, camina distraído.

Chofer conectado. "El arte de manejar es atender a la vía pública", explicó Omar Rodríguez, de la Unidad Nacional de Seguridad Vial. Sin embargo, las desatenciones provocadas por escuchar música no están amparadas en ninguna ley ni digesto municipal.

"El que conduce una bicicleta con un walkman, atiende la bonita canción y no los sonidos de la calle, como el pito de un inspector. Puede constituirse en una conducción temeraria, porque pone en riesgo su vida y la de los demás", continuó.

Borges dijo que en el tránsito el conductor toma las decisiones en un 85% en base a la vista, entre un 5% y 10% por la audición, y el porcentaje restante por el tacto, a través de la información que aporta el volante.

En este sentido, Poloni explicó que los auriculares al volante no son una buena solución para los que no tienen radio, pues hacen perder mucha información aportada por los oídos, un sentido fundamental.

Además, provoca una distracción todavía mayor a la radio del vehículo, que "ocupa la atención de forma subliminal, porque se escucha todo lo que sucede alrededor en el tránsito", dijo la directora del CETU.

El auricular tapa el conducto auditivo, que sólo recibe compaces. Por eso, el otorrinolaringólogo Ramos aconsejó en todo caso tener el volumen bajo (si la escala es de uno a diez, lo recomendado sería escuchar entre cuatro y seis) o quitarse uno de los dos auriculares. Y siempre utilizar los que abarcan todo el pabellón auricular.

Los auriculares para hablar por celular tienen un peligro potencial mayor. "No está prohibido hablar sólo porque ocupa las manos, sino porque ocupa la mente", dijo Poloni. Como los inspectores no tienen forma de diferenciarlos de los simples auriculares de música, tampoco pueden aplicar multas, explicó.

Quienes no pueden evitar el sonido fuerte al conducir son los choferes de ambulancias. Luis Ibáñez, enfermero y conductor de un móvil del Suat, contó que la única forma que tienen de escuchar el ruido ambiente es prender la sirena poco antes de cruzar un semáforo en rojo o realizar una maniobra peligrosa. "Si abrís la ventana, el sonido te aturde", dijo.

Aún así deben ser muy cuidadosos, ya que la sirena sólo solicita el paso: en el caso de un accidente por una ambulancia con la sirena abierta que no respetó un cartel de "pare", ésta tiene la culpa sin importar la gravedad de la emergencia.

El sábado 31 de mayo, por ejemplo, resultaron lesionados el chofer, enfermero y médico de una ambulancia de Salud Pública que chocó con un auto en San Martín y Chimborazo. El móvil estaba cruzando con luz roja.

Prioridades. El viernes y sábado se desarrolló en Florida el encuentro de unidades departamentales de seguridad vial para generar políticas nacionales que busquen solucionar el alto índice de siniestros en el tránsito. En Uruguay cada día mueren dos personas en accidentes.

Pero si en el encuentro uno de los temas centrales es divulgar la importancia del cinturón de seguridad, casco y luces, que haya gente que no pueda evitar caminar al compás de las canciones que escucha, no es tan alarmante.

"Si bien para mí el tema de los auriculares es gravísimo igual que el del celular, hay otras prioridades", dijo Poloni. Y agregó: "No decimos que no escuchen música en la calle, sino que lo hagan cuando no existen riesgos".

Una campaña de la Policía de Australia daba una solución más sencilla: "Mira los autos cuando lleves auriculares", decían los afiches ubicados en la vía pública. La imagen mostraba a un joven tirado en la calle con el cable del reproductor delimitando el contorno del cadáver (foto).

Para Borges, decidir cómo emplear el reproductor de música o celular en la calle "forma parte de la formación del individuo, que define cuál es el riesgo que acepta".

Derechos musicales en ómnibus y taxis

El volumen de la música en el transporte público no está reglamentado porque la norma "es vieja y cuando se creó no había ni radio en los ómnibus", explicó Gerardo Urse, director de la División Tránsito y Transporte de la comuna de Montevideo. "Se controla por sentido común: cuando hay una denuncia se verifica y multa", agregó. No obstante, un artículo de la Ordenanza General de Tránsito establece que "todo lo ajeno al servicio que puede ser motivo de distracción (tomar mate, conversar, etc.) les está prohibido", y añade que "podrán reglamentarse las emisiones radiales o musicales". Sobre los pasajeros de ómnibus, otro artículo determina que nadie puede viajar si "lleva radios y aparatos similares encendidos, a menos que use audífono", aunque no siempre garantiza que el sonido no invada. En taxis "está prohibido tener encendida la radio del coche en tanto cumplen el servicio, a no ser que medie pedido expreso del pasajero".

Lo que escuchan los músicos en diferentes lugares

SAMANTHA NAVARRO La Dulce

Por la rambla El evangelio según mi jardinero, de Martín Buscaglia.

Por 18 de Julio Big for the city, de Astroboy.

En ómnibus Para el Sur el Norte está lejos.C. Taddei

En una sala de espera del médico Janis Joplin.

Leo Lagos

Supersónicos

Por la rambla Let`s go tripping de Dick Dale.

Por 18 de Julio A shot in the arm de Wilco.

En ómnibus Almejas de El Cuarteto de Nos.

En una sala de espera del médico el disco Seven Fingers de Frank Black.

Malena Muyala

Cantante de tango

Por la rambla Océano de Djavan y Pasos suyo.

Por 18 de Julio Rap de las hormigas de Charly

García.

En ómnibus Piropo de Jaime Roos.

En una sala de espera Uruguay de Rubén Olivera.

Especies tecno en extinción

Cuando el soporte en CD superó al casete, el walkman perdió terreno por el discman. Pero con la llegada de los reproductores MP3 y MP4 y la música bajada por Internet, hubo un regreso al walkman: única tecnología con auriculares y radio AM. En Multi Ahorro Hogar, por ejemplo, se vendieron 160 walkman en mayo, mientras que la cantidad de discman fue mínima, aunque ambos tienden a desaparecer.

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