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Rabia es 99% mortal y 100% prevenible: la vacunación de mascotas es fundamental

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Murciélago

ENFERMEDAD REEMERGENTE

Muerte de mujer en Argentina dispara la discusión de si debe ser una vacuna obligatoria; ¿cuál es la situación de la rabia en el país?

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La percepción general es que la rabia no existe o que no es peligrosa. Pero, en realidad, es una enfermedad infecciosa viral que circula con algunas variantes en el país y que puede requerir atención en cualquier momento. Como pasó en Argentina hace unos días: una mujer falleció de rabia después de 13 años sin ningún caso. “Ante un caso de rabia en humanos, la muerte es prácticamente segura si no se toman medidas. Y eso es lo que asusta”, dijo Rodrigo Puentes, profesor de virología en el Departamento de Patobiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República.

La rabia es 99,9% mortal y 100% prevenible. Se la considera una enfermedad reemergente en Uruguay. Es una zoonosis que cobra cerca de 60.000 vidas al año en todo el mundo.

La buena noticia es que no se ha registrado una muerte en el país desde 1966 y no ha habido casos en perros desde 1983. Pero eso no quiere decir que esté erradicada. La aparición más reciente de la enfermedad en el país fue en 2007 en bovinos y equinos por mordidas de murciélagos hematófagos (llamados comúnmente “vampiros”). Fue el primer diagnóstico de rabia paresiante o paralítica en Uruguay. En los años siguientes se ha detectado el virus también en murciélagos no hematófagos en algunas ciudades, lo que conlleva un riesgo potencial para la población.

“La rabia que se ha detectado en Uruguay corresponde a variantes de murciélagos que la transmiten, fundamentalmente, a animales en el campo. Las variantes típicamente de perros y gatos, por lo general, se transmiten por animales silvestres como zorros, zorrillos y mapaches, carnívoros terrestres que toman contacto con los domésticos y ese es el mayor riesgo para los humanos”. Sin embargo, en la última década se ha controlado muy bien la rabia transmitida por perros en América Latina a través de la vacunación, “adquiriendo mayor relevancia en humanos la rabia transmitida por murciélagos hematófagos”, explicó Puentes.

En cuanto a perros y gatos, el riesgo es mayor si se trata de animales callejeros que no están debidamente vacunados. La vacunación de las mascotas es lo que ha disminuido drásticamente la rabia transmitida por estos animales. Es justamente mediante campañas de vacunación masiva que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende eliminar la rabia urbana en el mundo para 2030. Aunque en Uruguay se recomienda la vacunación, esta no es obligatoria, pudiendo ser esta una práctica no tan frecuente en algunos lugares.

Y, por otra parte, es importante mantener un nivel adecuado de anticuerpos mediante revacunaciones anuales para que los animales estén protegidos frente a la exposición al virus.

Respuesta inmune de los perros.

Puentes participó de una investigación que buscaba determinar si el título de anticuerpos contra la rabia en 140 caninos de Montevideo y zona metropolitana con historia de vacunación era el adecuado. Lo llamativo fue que el 64% de los animales analizados en esa oportunidad no tenían el nivel de protección establecido por la OMS, por lo que presentaban un riesgo de infección.

Esto puede deberse a muchos factores: desde la ausencia de vacuna (a pesar de creer que sí) hasta una vacuna mal conservada o de mala calidad. También puede tratarse de un animal inmunodeprimido o con mala nutrición que no responde de la manera esperada.
“Este resultado fue preocupante”, señaló el veterinario.

Para evitar este riesgo, Puentes consideró que es necesario la revacunación y otras medidas sanitarias más rigurosas para lograr un estado inmunitario aceptable en la población.

Además, la vacuna contra la rabia es una de las últimas que recibe el animal cuando es cachorro, omitiéndose muchas veces al no completar el plan de vacunación. Lo correcto sería administrársela inicialmente a las 12 semanas de vida y luego realizar revacunaciones, según las indicaciones de los veterinarios.

Si bien Puentes entiende que la muestra estudiada fue pequeña, al considerar que la rabia es una enfermedad con alta letalidad para los humanos y que los perros y gatos son muy importantes en la transmisición de la enfermedad, que no exista un nivel adecuado de protección entre la población canina constituye un problema de salud pública.

Para ilustrar la importancia de la vacunación, el docente puso el ejemplo de Bolivia: “Viajé en noviembre de 2017. Ya iban 800 casos de rabia canina y tres humanos muertos ese año. Habían suspendido la vacunación masiva por una decisión política y eso generó un aumento exponencial (en los casos) y, cuando aumenta la enfermedad en los perros, los humanos se exponen mucho más a la transmisión”.

¿Pero debe ser una vacuna obligatoria? Este es un tema de discusión a nivel veterinario. Puentes opina que sí o, por lo menos, debe ser considerada como “vacuna esencial” como lo es en Argentina y Brasil, pero hay organismos internacionales que no recomiendan vacunar en países donde la enfermedad no es endémica como es el caso de Uruguay.

No obstante, hay que denunciar cualquier mordida potencialmente riesgosa. Si el animal es un perro callejero o animal silvestre, por lo que no se puede hacer un seguimiento clínico por un médico veterinario, se considera “siempre” de riesgo, dado que se desconoce su estado sanitario y evolución de la infección. En estos casos, la persona debe avisar rápidamente a las autoridades para que reciba el tratamiento adecuado.

Hay una conducta que “puede salvarle la vida”: lavarse rápidamente la herida con abundante agua y con jabón, lo que inactiva el virus. Por otra parte, cuando el ataque proviene de una mascota con dueño, es importante hacerle un seguimiento por 10 días para desestimar síntomas de rabia y, en caso de que aparezcan, realizarlo los análisis de laboratorio correspondientes por los organismos oficiales.

El principal eslabón de contagio: los murciélagos.

La irrupción de casos de rabia en bovinos y equinos a partir de 2007 se puede explicar posiblemente por el avance de la deforestación especialmente en el norte del país. Al perder hábitats, “los murciélagos empezaron a buscar otros nichos y, por consiguiente, han tomado contacto con bovinos y caballos, entre otros animales. A ciencia cierta no sabemos si vino de Brasil o si el virus ya estaba acá antes de la aparición de 2007”, apuntó Rodrigo Puentes, docente de la Facultad de Veterinaria. Esto es lo que se entiende por “rabia rural”.

La “rabia urbana” es la que infecta a mascotas, en particular perros y gatos, y que puede transmitirse a humanos. Es una enfermedad causada por el virus de la rabia (RABV) familia Rhabdoviridae género Lyssavirus y se transmite a través de saliva de animales infectados.

Generalmente, el virus entra a través de la piel y membranas mucosas, por mordeduras o arañazos.

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