VIAJES

Durante las últimas semanas, muchos uruguayos habrán visto una Land Rover Defender 110 estacionada por distintos puntos del país con una carpa en el techo y una escalera integrada. Se trata del hogar de Rafaela Almeida Bomfim y Caio Oliviero, una pareja de brasileños que están dando la vuelta al mundo desde septiembre de este año. Uruguay es su primera parada fuera de su país natal.

El momento era ahora: “Somos jóvenes y no tenemos hijos, y siempre nos gustó viajar y conocer diferentes culturas”, dijo Rafaela en diálogo con El País. Ella trabajaba como analista financiera y Caio como odontólogo, pero ambos dejaron sus jornadas laborales para subirse a la camioneta y comenzar la aventura.

“Él está alquilando su consultorio y yo mi apartamento, y nos manejamos con ese dinero”, contó Rafaela. Eligieron llamar a su proyecto ‘Mundo Adentro’ inspirados en dos parejas de brasileños que ya han hecho lo que ellos ahora: Terra Adentro y Mundo por Terra.

Empezaron recorriendo lugares dentro de Brasil y luego siguieron para Uruguay. Duermen y cocinan en la camioneta: “Tenemos una carpa y un panel solar para generar energía”.

A veces también salen a comer en restaurantes “para conocer las comidas típicas del país”. Han probado empanadas, parrilla y chivitos, entre otras cosas, pero hay algo que resaltan sobre todo lo demás: el dulce de leche y los alfajores. “En Brasil no tenemos alfajores como los que hay acá, y el dulce de leche es muy bueno”, aseguró Rafaela.

En Rocha visitaron el Parque Nacional de Santa Teresa, Punta del Diablo y La Paloma. También conocieron Salto del Penitente en Lavalleja, Punta Ballena y Punta del Este en Maldonado, y Atlántida y La Floresta en Canelones. En Montevideo recorrieron lugares como la Catedral Basílica Metropolitana, el Parque Rodó, la Plaza Independencia, el Mercado Agrícola y el Mercado del Puerto.

“Es todo muy hermoso, pero lo que más nos gustó fue Salto del Penitente”, dijo Rafaela, y Caio está de acuerdo.

Disfrutan de ir a parques y plazas y ver cómo la gente se junta a tomar mate. “Es diferente a lo que nosotros conocemos, pero lo probamos y nos gustó”. Además, destacan la limpieza y organización de la ciudad.

Para ambos, lo más divertido es el desafío de comunicarse con los demás a diario. Hablan portugués y un poco de inglés, pero no saben español, y muchas veces se encuentran con cosas que no saben cómo se llaman, sobre todo con la comida. Sin embargo, mucha gente se ha acercado a ayudarlos para orientarlos.

A veces la hospitalidad va aún más lejos: “En La Floresta nos quedamos una semana en la casa de un uruguayo; ahí dormimos y lavamos nuestra ropa”, contó Rafaela. En esa localidad también fueron a un evento de candombe.

A su vez, la brasileña afirmó: “No tuvimos momentos difíciles. Las personas siempre nos han tratado bien y nunca nos sentimos en peligro por dormir en la calle”.

Su idea es quedarse dos semanas más en Uruguay para visitar Colonia del Sacramento y tal vez otros lugares. Luego, seguirán para Argentina, y de ahí al resto del mundo. “Queremos seguir este viaje durante cuatro años más”, aseguró Rafaela.

Viajar es una oportunidad para conocer lugares nuevos y divertirse, pero también es un proceso de muchos aprendizajes: “Pasamos 24 horas juntos y aprendimos a convivir con las diferencias y sobre todo a respetar el espacio del otro”. Asimismo, la experiencia les ha enseñado que “no se necesita mucho para vivir”.

Así lo explicó Rafaela: “Antes del viaje tuvimos que soltar ropa y objetos personales, y entendimos que el gran cambio está en la mentalidad, en darle valor a lo simple y eficiente”.

La pareja comparte sus experiencias en la cuenta de Instagram @mundoadentro2022 y de YouTube: Mundo Adentro, y se han planteado el objetivo de escribir un libro una vez que terminen el viaje.