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El lugar más silencioso

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En 2015, Guinness anunció que el lugar tiene el récord de ser el más silencioso. Foto: Alexis Ibarra/El Mercurio/GDA

TECNOLOGÍA

En un ámbito que impide que el sonido rebote, se construye parte de la mejor tecnología del planeta.

Es el lugar más silencioso del mundo. El nivel de sonido que se logra es 30 decibeles más bajo que el que puede percibir un ser humano", dice Gopal Gopal, principal ingeniero del área Human Factors en Microsoft, antes de cerrar una pesada puerta que separa al mundanal ruido del silencio absoluto.

Adentro no hay reverberación. Gopal aplaude y es un sonido seco. Para hablar con otra persona hay que hacerlo mirando a los ojos. Si se hace contra la pared, el sonido se pierde y se vuelve apenas perceptible.

Esta es la cámara anecoica que Microsoft creó en el edificio 87, el lugar en que prueba sus productos antes de que salgan a la venta, también llamado Hardware Lab. En 2015, Guinness lo certificó como el lugar más silencioso del mundo.

Se trata de un cubo de 6,3 metros, separado del exterior por extrañas formas geométricas recubiertas de un material aislante que impide que el sonido rebote y se propague.

Gopal apaga la luz. "Si estás unos segundos en silencio se puede hasta escuchar el bombeo de la sangre".

Y agrega: "Mucha gente lo encuentra un lugar especial para meditar, otros se desesperan y salen a los pocos segundos".

La pieza es usada por Microsoft para probar su tecnología, tanto los micrófonos que utilizan dispositivos que reconocen el habla, como la cámara del Kinect que recibe órdenes verbales. También el sistema de audio 3D que tienen los lentes de realidad mixta HoloLens y que generan la sensación de espacialidad -esencial para hacer más realistas experiencias donde se mezcla el mundo real con el virtual-, pasaron por esta habitación.

Gopal explica que también se usa para que Skype pueda reconocer mejor la voz humana y la aísle del ruido del entorno. "Todo suena. Hasta los teclados son testeados para que hagan un sonido agradable".

El edificio tiene otro llamativo, el Departamento de Factores Humanos. Decenas de cabezas de maniquíes se encuentran sobre la mesa. Réplicas del antebrazo se mezclan con balanzas, cámaras, sensores de movimiento y un montón de sofisticados equipos. "El objetivo es crear tecnología en torno a los humanos y para eso recolectamos la mayor cantidad de datos del cuerpo. Usamos instrumentos clásicos empleados en medicina, pero también sofisticada tecnología", dice John Morris, ingeniero a cargo del Laboratorio de Factores Humanos.

Diseño universal.

Aquí se enfrentan a desafíos mayores. Por ejemplo, cómo diseñar un control único para la consola Xbox One que sea cómodo para un adulto de mano grande y para un niño. Para ello usan sensores de movimientos y cámaras de alta velocidad que miden y registran el movimiento del cuerpo a una escala milimétrica. Esto les permite estudiar desde cómo una persona se desplaza hasta el movimiento de los dedos al usar un teclado.

También utilizan electromiógrafos para medir la actividad muscular y entender cómo se contraen los músculos al interactuar, por ejemplo, con un teclado.

En un rincón, una cabina circular tiene decenas de cámaras y focos de alta luminosidad. Un modelo se sienta en su interior y, en pocos minutos, obtiene una imagen exacta y tridimensional de su cabeza. Esto permite acelerar el proceso de diseño, por ejemplo, de los lentes HoloLens, ya que la forma y tamaño de la cabeza es esencial para desplegar la imagen nítida en su pequeña pantalla. Así también se estudia la forma de las orejas para diseñar los audífonos del Xbox One.

En otra sala se pasa de la oscuridad absoluta a una luz encandilante. El techo está repleto de poderosos focos que simulan desde el día más soleado en la playa hasta la iluminación del living de la casa. Acá testean, por ejemplo, la interacción de las personas con las pantallas de su tableta en distintas condiciones de luminosidad o la creación de entornos virtuales con los HoloLens.

El recorrido por el Hardware Lab termina en el área de prototipado donde los aparatos son diseñados, modificados y testeados antes de que su fabricación se industrialice. Bill Maes, director del área, se mueve por diversas salas y muestra cómo impresoras 3D de alta resolución crean las partes plásticas.

En una especie de galpón, ruidosas máquinas modelan el metal usando agua, láser o poderosas brocas automatizadas. Al "esculpir" estas piezas se pueden montar en ellas todos los componentes electrónicos y probar, por ejemplo, cómo es la disipación de calor en un dispositivo portátil (para que no se caliente) o si la señal wifi llega correctamente al dispositivo. Nada queda al azar.

Seattle

El lugar que fue elegido por Microsoft.

En el complejo de Microsoft ubicado en Redmond, en Seattle y a escasos kilómetros de la frontera con Canadá se encuentra el Hardware Lab donde la empresa hace las pruebas de sus dispositivos.

Imperceptible

Un lugar sin rebote acústico.

Las paredes están equipadas de tal manera que los sonidos se pierden. Las personas deben estar cerca y mirándose a los ojos para lograr escucharse porque de eso se trata la habitación más silenciosa.

Prototipado

Realizan diversos experimentos.

Xbox, Surface, teclados, procesadores, todos pasan por el Hardware Lab y son probados allí antes de ser lanzados al mercado y ser vendidos al gran público. No se trata de estrategias libradas al azar.

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