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El ataque cardíaco femenino merece más atención porque el diagnóstico es más difícil

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SALUD

El diagnóstico es más difícil en las mujeres por los mal llamados “síntomas atípicos”, que hace que se lo confunda con otras patologías y haya muchas subdiagnosticadas.

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Solo el 8% de las mujeres uruguayas cree que los ataques cardíacos están dentro de sus tres primeras causas de muerte; más de la mitad considera que el principal problema de salud de su sexo en Uruguay es el cáncer. Si bien la asignación de importancia del ataque cardíaco mejoró respecto a la última encuesta realizada por la Sociedad Uruguaya de Cardiología (SUC), aún falta mucho para que se identifique a las enfermedades cardiovasculares como una de las principales causas de muerte entre las mujeres uruguayas.

“Se ha polemizado en el ambiente cardiológico si dar tanta relevancia a algo que ocurre en las ‘ancianas’, pero habría que ver qué consideramos como ancianas a la hora de determinar que los 75 años son una edad de quiebre del ACV (accidente cerebrovascular) y sabiendo que las cifras nacionales dicen que la edad promedio del ataque cardíaco en la mujer es 68 años”, advirtió la médica cardióloga Ivanna Duro, presidenta del Comité de Cardiopatía en la Mujer de la organización médica.

Uno de los problemas fundamentales a tener en cuenta es que las mujeres están siendo subdiagnosticadas. Según Duro eso responde a dos causas: el no reconocimiento de los síntomas tradicionales del infarto y el desconocimiento de los síntomas más típicos de las mujeres.

En tal sentido hay que saber que, si bien las mujeres tienen los mismos síntomas que los hombres a la hora de tener un ataque cardíaco (dolor de pecho, opresión, ardor –con las mismas irradiaciones a los brazos y la espalda–, nauseas, sudoración), hasta un 40% puede presentar los síntomas mal llamados “atípicos”. Ellos son la falta de aire, el cansancio o la fatiga.

A esto hay que sumarle que la consulta de las mujeres es más tardía. “Demoran más en darse cuenta y demoran más en consultar porque las hormonas femeninas nos protegen de la enfermedad aterosclerótica. La enfermedad comienza, por lo general, 10 años más tarde, dependiendo de los factores de riesgo y la carga genética. El tabaco, por ejemplo, es un factor de riesgo en la mujer, sobre todo como causa de infarto en menores de 55 años”, explicó Duro a El País.

Campañas con el color rojo como distintivo

A partir de 2013, desde el seno del Comité de Cardiopatía en la Mujer (SUC) se han realizado múltiples acciones con el objetivo de visibilizar las patologías cardiovasculares. Se han desarrollado en medios de comunicación, actividades científicas, congresos nacionales e internacionales y trabajos de investigación. Se ha motivado a participar a colegas de otras especialidades (ginecólogos, neurólogos), así como a sociólogos o politólogos dado que el tema debe también tratarse “del punto de vista de la perspectiva de género”, destacó Duro. Se hicieron intervenciones urbanas con el color rojo como distintivo, derivado del movimiento Go red for women (vistamos de rojo por las mujeres). Por ejemplo, se pintó de rojo los shoppings Tres Cruces y Costa Urbana. Desde hace unos 5 años trabajan con la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular.

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Las mujeres se movilizan en acciones de concientización con el rojo como color distintivo.

9 de marzo: destinado a chequeos y a la reflexión

Por iniciativa del Comité de Cardiopatía en la Mujer y con el apoyo de la Bancada Bicameral Femenina, en 2019 se aprobó en Cámara de Senadores la ley que establece que se disponga de una fecha anual dedicada a acciones concretas para la concientización y promoción de la salud cardiovascular en la mujer. Se eligió el 9 de marzo por ser el día de graduación en 1908 de la primera médica mujer en Uruguay, Paulina Luisi. La ley terminó de aprobarse este año. La cardióloga Ivanna Duro consideró que ese día “se debería instar a las instituciones de salud pública y privadas a realizar actividades en las que debería ser obligatorio la práctica de ciertos controles, como la medida de la presión arterial o la detección del colesterol en sangre”. Dijo que la intención no es que sea una jornada para no trabajar, sino para que se hagan actividades que lleven a la mujer a relacionar ese día, semana o mes del año con el chequeo cardiovascular.

Reflexión en plena pandemia

En la Semana del Corazón se compartieron en redes sociales videos de mujeres referentes con mensajes para cuidar la salud cardiovascular.

Control.

Los factores de riesgos son iguales para mujeres y hombres: hipertensión arterial, diabetes, sedentarismo, obesidad, colesterol elevado y tabaquismo.

“En la mujer debe tenerse en cuenta si tiene el antecedente de enfermedad hipertensiva del embarazo, preclamsia o eclampsia, que puede duplicar o hasta cuadruplicar el riesgo en el futuro, además de la diabetes gestacional. Ambas cosas son prevenibles y controlables”, señaló Duro.

Los factores de riesgo son modificables y deben atacarse desde la niñez. “Ahí la mujer tiene un rol fundamental como cuidadora, como madre. En el momento que reconoce y entiende este problema, puede tomar acciones desde el seno del hogar, tanto para ella como para su familia”, destacó.

Apuntó que en Uruguay tenemos un alto índice de obesidad e hipertensión en niños, por eso es necesario que desde la infancia se genere el hábito de la actividad física. En la adolescencia los controles con especialistas arrojarán información sobre estos factores de riesgo que deben tratarse precozmente. Y en la edad adulta se deberá apelar al control con el médico de cabecera.

“Pedir y recibir consejo sobre los factores de riesgo y los síntomas de estas enfermedades es fundamental. En el primer nivel de atención ya se pueden pesquisar los factores y analizar el riesgo cardiovascular en la etapa de prevención. La toma regular de presión arterial, el control de peso, la medida de la cintura abdominal, el control de perfil lipídico y glucemia periódicamente, según cada caso, son parte de esa consulta”, detalló la cardióloga.

En cuanto a la edad de riesgo, Duro señaló que las enfermedades cerebrovasculares y del corazón afectan a las mujeres a lo largo de toda su vida. “Los datos recientemente publicados por la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular nos muestran que es la primera causa de mortalidad en las mujeres en números absolutos, pero es diferente en las diferentes franjas de edad”, destacó.

El riesgo va aumentando con los años, siendo mayor luego de la menopausia y, sobre todo, en mujeres mayores de 75 años.

“El accidente cerebrovascular es el más importante y le siguen las enfermedades isquémicas del corazón, o sea las vinculadas a los infartos”, acotó. Y aclaró que las mujeres jóvenes no están exentas de padecer cardiopatías.

Una vez que se diagnostica su presencia, el médico insistirá en las medidas llamadas de prevención secundaria que son, además de los medicamentos, el control de los factores de riesgo modificables (la edad y la genética no se pueden cambiar). Eso se consigue abandonando el cigarro, adoptando el hábito del ejercicio físico, modificando los hábitos alimentarios –como ser la suspensión del sodio en la dieta– y con el control estricto de la diabetes.

Duro insistió en que hoy en día es necesario que la mujer sepa identificar los síntomas de un infarto. Si no los reconoce, consulta tarde al priorizar la familia y el trabajo. Además, muchas veces se confunden los síntomas ‘atípicos’ con otras patologías, se realizan menos estudios diagnósticos invasivos y menos tratamientos estándar. “Todo esto aumenta la probabilidad de que el cuadro se presente más grave desde el inicio y con peores resultados a largo plazo”, alertó.

La especialista aconsejó un enfoque del tema desde un punto de vista más social, “teniendo en cuenta el rol de la mujer y atendiendo el tema desde una perspectiva de género para llegar al fondo del asunto”.

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Los síntomas conocidos son como en los hombres, pero se le suman otros como la fatiga.

Encuesta: mala valoración del ataque cardíaco

El 51% de las mujeres considera que su principal problema de salud es el cáncer, según la tercera Encuesta de Percepción de la Enfermedad Cardiovascular de la Mujer que realiza el Comité de Cardiopatía de la Mujer de la Sociedad Uruguaya de Cardiología. Este año se consultó a 700 mujeres; en la vez anterior (2013) fueron 300. La encuesta aún no fue publicada; todavía está en análisis.
Solo el 8% cree que los ataques cardíacos están dentro de las tres primeras causas de muerte en mujeres y solo el 2% mencionó el ACV. Solamente 15% cree que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad (3%, el ACV). “En este punto hubo un aumento importante en la asignación del ataque cardíaco como causa de muerte comparado con los resultados de la encuesta previa de 2013”, destacó Ivanna Duro, presidenta del Comité.
Interrogadas sobre cuáles son las vías por las que han escuchado hablar de estas patologías, contestaron: la TV (44%), las redes sociales (37%) y el consultorio (21%). La mayoría dijo no haber recibido ningún tipo de información en el último año (77%), siendo las mujeres mayores las más informadas. Cabe destacar que la encuesta fue previa al inicio de la pandemia de la COVID-19.
“Encontramos un aumento en cuanto a las medidas de prevención (47%), pero aún por debajo de lo deseado”, apuntó Duro. La mayoría contestó que realizar ejercicio físico, dejar de fumar, reducir el consumo de sal, bajar de peso y disminuir el estrés son medidas que reducen el riesgo. Solo 30% mencionó bajar la ingesta de carnes.
El 76% reconoció la opresión de pecho y 71%, el dolor de pecho como síntomas de infarto, pero solo la mitad lo relacionó con la falta de aire y apenas 29% con el cansancio o la debilidad extrema.

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