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Danza que habla de sí misma y de la comunidad

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"Hoy por suerte vas a ver danza y no conocés al público", dice Giuria. Foto: F. Flores
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Doce obras extranjeras para un Festival de Danza que crece.

Unos 45 artistas de la danza subirán a escena entre hoy y el miércoles próximo, concretando esta sexta edición del Fidcu (Festival Internacional de Danza Contemporánea de Uruguay). De ellos, más o menos la mitad son extranjeros, entre los que hay argentinos, brasileños, chilenos, colombianos, españoles, mexicanos, portugueses, islandeses, suizos y suecos.

Se verán 19 espectáculos (12 de ellos extranjeros), y habrá espectáculos gratis, y otros con entradas generales de $ 200, que se venden en Tickantel. Hay también abonos que se venden en las boleterías de las salas donde se llevará a cabo. Estas son el Solís, el Inae (Zabala 1480), el Auditorio Adela Reta, en Sala Agadu y en el Centro Cultural de España, entre otros lugares.

"El Fidcu en estos seis años siempre estuvo bastante volcado a la danza experimental, aunque no es un nombre que me guste mucho. Pero hace como dos años empecé a darle un giro: este año hay otra variedad, otros diálogos estéticos", adelantó a El País Paula Giuria, directora del festival.

Habrá entonces obras más teatrales, como Sapucay, de la compañía española Chroma Teatre, que estará en la Sala Zavala Muniz el domingo a las 21:00. "Ellos dialogan mucho con el cine, pero cuando uno ve la obra, se ve muy teatral. Y hay otras obras más bailadas, otras más performáticas", indica la directora, quien buscó que los distintos lenguajes en juego pudieran tener destinatarios de las más diversas edades.

Desde Chile se verá una obra bien juvenil, Primitiva, de Paula Baeza y Kevin Magne, que irá en el Teatro Florencio Sánchez, el domingo 7 a las 12:00, con entrada gratis. Un trabajo de corte metaartístico se ofrecerá hoy y mañana a las 20:00 en la sala principal del Solís con Proyecto continuado, que llega de Portugal de la mano de Joao Martins. "Va a ser todo un acontecimiento", recomienda Giuria.

También de Portugal viene un trabajo de Vera Mantero, una referencia de la danza de hoy, quien en la jornada de cierre (miércoles 10) dará Olympia y Lo que podemos decir de Pierre, que va a las 21:00 en la Sala Zavala Muniz. "Esta última tiene un texto de Gilles Deleuze casi entero, que la hace muy filosófica".

Temas habrá muchos en el tapete, como sobre los asuntos de género que trata Gag, que el Colectivo Qualquer (de Brasil y España) da el lunes 8 a las 20:00 en la Sala Zavala Muniz. Y también Overstatement, que llega desde Islandia a la misma sala este viernes a las 21.30. "Ritual, comunidad, género, son algunos de los temas que se ven en las obras. Y hay varias obras de metadanza, que tienen como tema la propia danza, o su historia", ilustra Giuria.

La gestora y bailarina estima que el festival tiene un costo de unos 60 mil dólares, contando con las ayuda de numerosos fondos e instituciones locales y extranjeras. En general, reconoce la directora del festival, las obras no demandan grandes escenografías, como sucede con muchas obras teatrales.

"Casi todas las obras tienen sus complejidades en cuanto al montaje. Algunas tienen algunas complejidades que son más a nivel de utilería. A veces las complejidades son de iluminación, o espaciales. A veces en escena se ve como que no hay nada en ese aspecto, pero son lo que llamamos aportes invisibles. A veces se necesita piso blanco, o negro, o gris, o madera. Y eso en el Fidcu es algo que se respeta. Queremos que las obras sean montadas tal como son", afirma la artista.

El año pasado el Fidcu convocó a unos dos mil espectadores o más, cifra que se busca igualar o superar. Un ejemplo de la aceptación del festival es que este año, a sus talleres, se inscribieron casi 300 personas.

Consultada Giuria sobre si la danza uruguaya a veces peca de hermética, explica: "Creo que hay a veces una brecha entre la obra y el público, y eso no pasa solo con la danza. Pasa con todo el arte contemporáneo. Por eso estamos interesados en cómo se hace ese trabajo, esa intermediación, que tiene que ver también con cómo se hace un programa de mano, cómo se habla con la gente. Te puede pasar con un concierto de música contemporánea, o en un museo: creo que muchas piezas precisan mediaciones. Que es también un poco el rol nuestro, de quienes organizamos", dice.

Más allá de eso, el público de la danza, admite la directora, se está fortaleciendo. "Antes uno tenía una actitud militante. Cuando había algo de danza había que ir, por temor a que no hubiera público. Hoy, por suerte, vas a ver danza y no conocés al público".

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"Hoy por suerte vas a ver danza y no conocés al público", dice Giuria. Foto: F. Flores

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