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Mike Stern: la lección más importante que le dio Miles Davis, el recuerdo de Jaco Pastorius y la vuelta a Uruguay

Este martes, el guitarrista estadounidense volverá a Montevideo para presentarse en la Sala Zitarrosa. En la previa, recordó la época en que tocó con Miles Davis y analizó varios detalles de su obra.

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Mike Stern.
Foto: Sandrine Lee.

La definición más certera del sonido de Mike Stern, el emblemático guitarrista de jazz que actuará este martes en Montevideo, se encuentra en su página web. “Posee la habilidad única de tocar con la delicadeza y el lirismo de Jim Hall, el swing de Wes Montgomery y el ataque turbulento y saturado de Jimi Hendrix”. Ese virtuosismo, junto a su gran capacidad para adaptarse a lo que la música requiera, lo llevó a tocar con numerosas leyendas del jazz. Para hacerse una idea, Stern fue parte del grupo con el que Miles Davis volvió a la música en los ochenta, salió de gira con Jaco Pastorius y grabó con John Scofield y Billy Cobham.

Stern, que ya visitó Uruguay en varias ocasiones —la última fue en 2015 en La Trastienda—, debutará la próxima semana en la Sala Zitarrosa con una propuesta binacional. Estará acompañado por los argentinos Javier Malosetti y Juan Chiavassa, y por los estadounidenses Bob Franceschini y Leni Stern. Esta última, esposa de Mike desde 1980, tiene una interesante carrera solista centrada en la fusión entre el jazz, el blues y la música africana.

El concierto del martes promete ser uno de los acontecimientos musicales del primer tramo de marzo, y aún quedan entradas a la venta en Tickantel; los precios van de 1600 a 2200 pesos. La apertura estará a cargo de Bárbara Jorcin.

Stern, que el viernes iniciará una breve pero vertiginosa gira que lo llevará a nueve ciudades de Argentina, Chile y Uruguay en tan solo once días, respondió las preguntas de El País enviadas por mail antes de su paso por Montevideo. Allí repasa varios momentos clave de su carrera y brinda detalles de lo que será su concierto en la Zitarrosa. “Será un combo explosivo de jazz, funk, rock y colores de la música africana”, asegura. “Leni aporta mucho de eso porque tocará no solo la guitarra, sino el n’goni”, comenta en referencia al instrumento proveniente de África Occidental.

“Te aseguro que daremos más que un 100%”, agrega, antes de dar un breve pero descriptivo comentario de los miembros restantes de su grupo. “Juan Chiavassa es un batero explosivo pero con mucho swing, y Bob Franceschini es uno de mis saxofonistas preferidos y tengo la suerte de tocar con él hace más de 20 años. Estoy muy expectante de tocar con Javier Malosetti porque me impresionó mucho su estilo y todos me hablaron maravillas de él”.

Stern, que cumplió 71 años en enero, publicó más de 15 discos como solista y grabó en 100 de otros artistas. “Mi pasión por la guitarra es infinita”, asegura cuando se refiere a la relación al instrumento que lo llevó a la fama. “Siempre estoy en busca de cosas nuevas y no creo que haya un horizonte en su estudio”.

Para el estadounidense, que se formó tocando blues y se metió de lleno en el jazz cuando empezó a estudiar en Berklee con 18 años, los pequeños clubes de jazz de Boston —como Michael’s Jazz Club y 1369— fueron clave para su formación. “Esos espacios me dieron todas las condiciones para poder experimentar, arriesgar y buscar mi sonido”, asegura. “Tengo los mejores recuerdos de aquellos años, donde nos juntábamos a tocar sin otro objetivo que desarrollar nuestro propio lenguaje”.

Lo que sucedía en esos lugares quedó inmortalizado en el disco Going For It, grabado en vivo en el club 1369 junto al trío del bajista Harvie S. Es una actuación de 1985 que fue registrada por el dueño del local sin mayor pretensión que dejar un documento sonoro del proyecto. No era una novedad: lo hacía con cada grupo que pasaba por allí y no se molestaba en avisarle a los músicos. Las cintas aparecieron 35 años después y se publicaron en 2021 con el nombre de Harvie S Trío.

El repertorio incluye standards como “On Green Dolphin Street” y cierra con una de las primeras composiciones de Stern: “Bruze”, un tema de quince minutos en el que todos esos elogios que se mencionan al inicio de esta nota se perciben enseguida. Su solo desata ovaciones.

Es gracias a esa forma de tocar que Miles Davis lo invitó a ser parte de uno de los momentos clave de su carrera: su regreso a la música tras cinco años alejado de la escena. Stern acompañó a Davis en el concierto que ofreció en junio de 1981 en el Boston’s Kix Club para celebrar su vuelta. Parte de esa presentación está registrada en el imperdible disco doble We Want Miles (1982) que, además, incluye una de las interpretaciones más memorables de Stern. Es la de “Jean-Pierre” y, si tiene diez minutos libres, dedíqueselos a escucharla. Lo vale.

“Tengo los mejores recuerdos de esa banda”, dice ahora. “Marcus Miller estaba en el bajo, ¡wow! Miles fue muy bondadoso conmigo y siempre voy a estar agradecido por el lugar que me dio. Fue un artista como Picasso o Dalí: trasciende su arte e influyó a mucha gente, sean músicos o no”, asegura.

Un tiempo antes de aquel concierto, Stern grabó la guitarra de “Fat Time”, la canción que abría The Man with the Horn (1981), el primer álbum de inéditas de Davis desde 1972. Para el guitarrista, que tenía al trompetista como referencia, la experiencia fue todo un desafío. “Iba a ser el primer disco de Miles tras largos años de ausencia, y el día en que hicimos ‘Fat Time’ fue la primera vez que toqué con él. Recuerdo que solo se presentó y entramos a grabar”, relata. “Me dio muy pocas indicaciones, y quizás ese fue su mérito: era un líder y formador con apenas pocas palabras. Hicimos solo una toma, ¡y fue la que quedó en el disco! No podía creerlo, pero así era Miles”.

Stern también grabó en el genial Star People, de 1983, y luego dejó el grupo de Davis para tocar con Jaco Pastorius. Volvió con el trompetista en 1985 y aunque el reencuentro no duró mucho, le dejó una lección imborrable: “Con Miles aprendí que lo importante es dejar de lado el virtuosismo para estar al servicio de la música, También me enseñó a darle libertad a los músicos en los que confiás y, sobre todo, a incentivarlos a que toquen no solo con las manos, sino con el corazón”.

Sobre su época con Pastorius, con quien giró entre 1983 y 1984, dice: “En esos tiempos estábamos mucho tiempo juntos con Jaco. Nos llevábamos todo por delante, ¡je!, pero no así en lo musical, donde la cosa fluía y había espacios, silencios y ganas de generar cosas”. La mezcla entre blues y jazz en la frenética “Mood Swings”, del disco Upside Downside (1986), es un fiel documento de su irrepetible química musical.

Intercambios de este tipo han sido el combustible de su carrera, y sus mejores discos lo atestiguan. Van dos ejemplos: Play, de 1999, que grabó junto a John Scofield y Bill Frisell; y Big Neighborhood, de 2009, que tiene un plantel infalible formado por Esperanza Spalding, Eric Johnson, Steve Vai, Randy Brecker y el trío Medeski, Martin & Wood.

Su último trabajo hasta la fecha es Eleven, grabado junto a Jeff Lorber Fusion y publicado en 2021. El repertorio fusiona jazz, blues, funk, incluye a su esposa Leni tocando el n'goni en "Nu Som" y tiene a Stern cantando en "Rhumba Pagan". Al respecto del proyecto, dice: "El resultado de ese disco es lo que intentamos hacer en ese momento. Tal vez hoy sería distinto, no lo sé. Jeff hizo un muy buen trabajo de producción con nuestra música".

Consultado sobre si Eleven podría funcionar como un buen resumen de sus inquietudes musicales, el estadounidense responde: "Yo no le pondria ningún rótulo, prefiero pensar en música hecha con distintas visiones o estilos. De alguna manera, el jazz es una música de fusión porque, en su estado mas puro, es una mezcla de ritmos africanos y armonias europeas. Con esto quiero decir que no podria encasillar a Eleven como mi 'estilo musical', pero sí te puedo decir que estoy muy conforme con el resultado".

Más allá de los rótulos, cuando llegue a la Zitarrosa junto a su grupo, Stern volverá a demostrar que los encuentros sacan lo mejor de su sonido. Antes de eso, le dedica unas palabras al público uruguayo: “Ustedes siempre fueron muy entusiastas con mi música, y siempre voy a estar muy agradecido por el respeto con el que me escuchan”. Llegó el momento de celebrar el reencuentro.

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