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Seis momentos para recordar a Federico Fellini a cien años de su nacimiento

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Federico Fellini

Centenario

Un repaso a algunas escenas del director italiano que nació en Rimini, el 20 de enero de 1920.

Federico Fellini
Federico Fellini

Pocos directores marcaron su época como Federico Fellini, el italiano que ganó cinco Oscar y convirtió su nombre en una marca (y Susana Gimenez usó su música como cortina de su programa). Esos son algunas de las razones por la que es importante.

Nacido en Rimini el 20 de enero de 1920, Fellini sintetizó con sus películas, un momento de profundos cambios en la historia, a los que él pintó teniendo una preocupación fundamental. Uno podría pensar que es la crisis del hombre moderno pero hay una tendencia justificada a pensar que el tema que más le preocupaba a Federico Fellini era Federico Fellini.

Surgido como secundario importante del neorrealismo italiano —gracias a su participación en el guion de dos de sus clásicos, Paisa y Roma. Ciudad abierta, casi nada— pero con un origen vinculado a la historieta y el periodismo, Fellini traicionó los preceptos implícitos del movimiento, llenando de fantasía, lo que antes era conciencia social. La Strada, por ejemplo, a pesar de referir a una situación de extema pobreza en la Italia supestamente milagrosa, está más cerca de la  commedia alla italiana histórica con sus personajes estereotipados y el aire circense, que a cualquier denuncia. La película ganó un Oscar a mejor película extranjera y es considerada hoy un clásico en el que aportan mucho Giuletta Massina como Gelsomina y Anthony Quinn como Zampanó.

Aunque ya tenía una obra, La Strada inauguró la mejor etapa de la carrera de Fellini. Y eso quiere decir que allí están clásicos absolutos como La dolce vita, La noche de Cabiria, 81/2, Julieta de los espíritus, Roma, Amarcord y La ciudad de las mujeres. A esa lista habría que agregar Entrevista y Ginger yFred para tener una idea canónica del alcance de su cine.

Para honrar el centenario de su nacimiento, vaya aquí un repaso a seis momentos de su carrera.

uno

La Dolce Vita (1960)

Una de las escenas más clásicas del cine mundial. Marcello (que no es otro, claro, que Marcello Mastroianni) se pasa toda La Dolce Vita buscando a su idea de mujer y con el primer que se cruza es con la voluptuosidad y vacuidad hollywoodense de Anita Eckberg. Después de una noche de frustraciones, finalmente ella se baña en la Fontana de Trevi. Pero cuando está a punto de besarla, el día deja en evidencia lo patética de la situación. Una maravilla.

Dos 

Ocho y medio

Otra de sus obras fundamentales y autoreferenciales. La película sigue a Guido Anselmi (Mastroianni, otra vez), un director de cine en plena crisis de creatividad. Está instalado en una especie de spa, en el que se cruza con toda clase de personajes y, principalmente, de mujeres. Filmada en un blanco y negro hermoso, mezcla, otra vez, lo onírico, lo personal y lo transforma en un evento cinematográfico. 

tres

Julieta de los espíritus (1965)

Es probablemente la película más femenina de Fellini, toda una porción de su carrera interpretada por su esposa, Giulietta Massina. Aquí interpreta a una ama de casa, esposa abnegada que, como la Alicia de Lewis Carroll, inicia una travesía por un mundo de fantasmas, fantasías y frustraciones. La música de Nino Rota y el diseño de producción que le dio dos nominaciones al Oscar a Piero Gherardi, son parte fundamental del éxito de la película.

Cuatro

Amarcord

Una serie de viñetas sobre un pueblo, como el Rimini de Fellini, en tiempos de fascismo. Fantasía, melancolía, comedia y algo de drama van armando una película que es de lo mejor del director. La escena de la llegada del trasatlántico Rex, por ejemplo, resume la inocencia de un tiempo y de unos personajes inolvidables.

cinco

La ciudad de las mujeres (1977)

Una pesadilla masculina. Otra vez como la Alicia de Carroll, Marcello Mastroianni llega a un mundo donde mandan las mujeres como una especie de castigo a su machismo. La masculinidad siempre ha sido un tema en Fellini, y acá lleva el tema hacia un extremo surrealista, sobrecargado y, de última, fascinante.

seis

La entrevista (1987)

Otro ejercicio nostalgioso. A partir de una entrevista con la televisión japonesa, Fellini recuerda su llegada a Cinecitta y su descubrimiento del cine. Es una película de las importantes porque funciona como el legado y un homenaje a su propia obra. El reencuentro entre Anita y Marcello es muy buen cine: simple y conmovedor.

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