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Esperable: el fixture no genera una carga extra

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Matías Vecino en el partido entre Uruguay y Ecuador. Foto: Gerardo Pérez.

ELIMINATORIAS

Otero destacó que el resultado del sorteo no se proyecta por futuros resultados y que clasificar nunca es fácil

Matías Vecino en el partido entre Uruguay y Ecuador. Foto: Gerardo Pérez.
Matías Vecino en el partido entre Uruguay y Ecuador. Foto: Gerardo Pérez.

Las bolillas que sacó el delantero paraguayo Roque Santa Cruz armaron, para los ojos que proyectan el grado de exigencia de los futuros enfrentamientos, el camino más espinoso que podía tener la Selección uruguaya de fútbol en el inicio de las Eliminatorias para el Mundial de Catar 2022.

Para el cuerpo técnico de la Celeste, en cambio, no hay una proyección de resultados posibles porque, además de sostener que el “camino es la recompensa”, hay que centrarse en el objetivo que se va a perseguir sabiendo que la clasificación a la cita mundialista nunca iba a tener un camino despejado.

Celso Otero explicó que en la Selección se “tomó nota del calendario, pero especialmente para empezar a organizar la logística. Todo lo demás tiene que ver con lo durísimo que va a ser clasificar y la historia final se va a ir dilucidando a medida que avance la fase clasificatoria”.

“Yo lo califico de esperable. Nosotros tenemos que centrar nuestras esperanzas en lo que podemos hacer. Hay que afrontar todo convencidos de lo que debemos hacer. Después de la Copa América ya dije que terminamos con más pena que preocupación, porque el juego desplegado confirmó una evolución. Esa constante se mantuvo en las seis fechas FIFA. Si esa es la constante que conseguimos tener en las Eliminatorias, iremos avanzando bien partido a partido”.

El fixture determina, al menos en los papeles, que Uruguay tenga el inicio de calendario más exigente de la historia de las Eliminatorias desde que se disputa bajo este sistema de todos contra todos. Por antecedentes, condiciones deportivas y otros factores, a la Celeste le esperan cinco fechas de altísima exigencia.

Después de abrir la fase de clasificación con Chile en el Centenario (acá la historia juega netamente a favor de Uruguay), los dirigidos por Óscar Tabárez van a tener que visitar a Ecuador en los 2.850 metros de altura de Quito, ciudad en la que la última alegría se consiguió en las Eliminatorias para Sudáfrica 2010 (2-1). Luego vendrá otra espina más, porque hay que ir al calor de Barranquilla, donde Colombia saca pecho. En realidad, los cafeteros son muy sólidos contra los uruguayos en su calidad de locatario: aunque la última vez fue empate 2-2.

Después vendrán los clásicos sudamericanos. Primero ante Brasil en el Centenario, que las últimas dos veces nos rompió el arco (4-1 y 4-0) y luego con Argentina de visitante. Del otro lado del Río de la Plata por Eliminatorias nunca se dio un triunfo y lo máximo que se sacó fue un empate.

“Yo tenía expectativa porque quería saber el recorrido que había que hacer, pero no para hacer una proyección de puntaje. Los partidos no se resuelven nunca antes de jugarlos y nosotros estamos bien y tenemos la esperanza de seguir mejorando”, afirmó Otero a Ovación.

Por cierto, muy en sintonía con la frase que recientemente entregara Tabárez a medios argentinos: “Estoy en un gran momento en la Selección, rodeado por grandes futbolistas y en cosas que son muy importantes de afrontar, lo que me estimula ir para adelante”.

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