Hace 40 o 50 años, Nacional y Peñarol no competían por saber quién tenía más socios o quién era el decano. La pulseada entre los grandes estaba planteada en ganar la siguiente Libertadores y armar un equipo de estrellas.

LUIS EDUARDO INZAURRALDE

Sin pretender comparar épocas, ni decir que lo de antes fue mejor que lo de ahora, porque llevaría a una discusión sin final, intento reflexionar sobre una realidad a partir de la polémica que se generó en torno a si la Copa Aldao y la Tie Cup son oficiales para Conmebol o solo reconocidas por AUF y AFA.

En tiempos en los que el envoltorio parece más importante que el contenido, con el marketing y las redes sociales como buques insignias de la sociedad moderna, el objetivo parece desenfocado. No hay éxitos de nivel, y las grandes celebraciones están asociadas a acontecimientos aleatorios. La presentación del socio 50.000. o del 60.000; por la bandera un metro más grande o por la última camiseta, que refuerza los ingresos económicos pero no profundiza en los esencial del fútbol. Por eso me pregunto, ¿por qué no compiten para ver cuál de los dos gana la próxima Libertadores?

El Análisis