La vuelta de Plaza en el Campeón del Siglo agudizó la crisis carbonera.

Peñarol volvió a decepcionar. Los peñarolenses alentaron bajo la lluvia durante todo el partido. Esa gente, a la que ni la lluvia ni el frío corrió, merecía otra cosa. Y se fue triste. Este equipo está en deuda con su gente y con la historia gloriosa de Peñarol", dijo ayer el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, quien también felicitó a Plaza Colonia por la obtención del título del Clausura.

"Los jugadores tienen todavía la oportunidad de devolver a los peñarolenses todo el apoyo que han recibido. Pero tiene que aparecer la rebeldía, el fútbol del que estos jugadores son capaces y la categoría, la jerarquía, la clase", agregó el titular carbonero.

La decepción se notaba en las palabras del presidente. Después de todo contrató a Da Silva para cambiar las cosas, y no lo consiguió. El pasaje de los aurinegros por la Copa Libertadores fue efímero y el domingo Plaza Colonia dio la vuelta en el Campeón del Siglo, el nuevo escenario carbonero del que los hinchas estaban orgullosos y donde pensaban, tras cuatro triunfos, que no iban a perder jamás.

"Tanto a Pablo (Bengoechea) como el "Polilla" les gusta jugar lindo. Hay que armar un medio campo que meta", dijo por su parte un allegado al club, que aparece muy seguido por Los Aromos. "Peñarol tiene que reforzar la mitad de la cancha. Los jugadores están, tienen que jugar Nández, Costa, Marcel Novick y Freitas y no dejar pasar a nadie. Y después correr, como hacen los otros equipos", afirmó molesto.

"Los que están ahí adentro no encuentran la explicación, menos la va a encontrar uno de afuera", dijo Walkir Silva, quien fuera Campeón Uruguayo, de América y del Mundo con Peñarol. "Si uno analiza los nombres hay un gran plantel, sin embargo ni Pablo (Bengoechea) ni el Polilla encontraron el equipo", afirmó Walkir.

"Creo que pasa por la elección de los jugadores. Antes se elegían los jugadores al estilo de Peñarol, ahora se está cambiando la idea. Se perdió un poco aquella identidad. Se intenta jugar lindo y no lo consiguen. Siempre fue Nacional el que se identificó con ese tipo de fútbol, Peñarol siempre fue el amor a la camiseta, la rebeldía", finalizó quien anotó en 1982 uno de los goles con los que Peñarol derrotó a Aston Villa en Tokio obteniendo su tercer Copa Intercontinental.

Algo parecido opina Antonio Alzamendi, quien fuera Campeón Uruguayo y máximo goleador con Peñarol en 1985. "Sin faltarle el respeto a nadie, hay que acordarse de los 5, los 10 y los 9 que tenía Peñarol antes. No cualquiera se pone la camiseta de un grande. Se están haciendo las cosas mal. Decían que iban a ganar la Libertadores, ¿con qué?", se preguntó el "Hormiga".

"No es un tema de cambiar al técnico, a Peñarol le faltan jugadores, le faltan delanteros, y saco a Forlán porque él solo no puede hacer nada. Y en el medio le falta gente también", agregó Alzamendi quien también quiso destacar a Plaza.

"Hace tiempo dije que Plaza era el equipo que jugaba mejor al fútbol. Peñarol y Nacional dejaron pasar muchas oportunidades de ganar el Clausura, y se lo quedó Plaza", terminó.

"Jugar en Peñarol es muy difícil, no es para cualquiera", afirmó mientras tanto Nicolás Rotundo, quien ganó siete títulos Uruguayos con Peñarol. "Pero no es de ahora, fue siempre así. Siempre existió una gran presión, más aún que en la selección. Porque en la selección los jugadores están acá unos días y se van. En cambio en Peñarol si perdés un partido tenés que salir a la calle y la gente te lo hace sentir", añadió el "Nico".

"En ese sentido se le complica menos a los jugadores que nacieron en el club, porque ya saben de la presión. Y además, la gente los banca mucho más", afirmó Rotundo.

PEÑAROLSILVIA PÉREZ