OJO CRÍTICO
EDWARD PIÑÓN
Están los que culpan al presidente Jorge Barrera. Y también los que culpan a los que ahora, como se viene un acto eleccionario, lo dejaron en una absoluta soledad.
Están los que culpan a Diego Forlán, porque no supo armar el mejor plantel. Y los que culpan a Mario Saralegui porque vendió humo y se dedicó a las redes sociales.
Están los que culpan a los que decidieron una política deportiva que se alejó del ADN carbonero. Y los que creen que la verdadera transformación nunca llegó.
Están los que apuntan con el dedo a los jugadores referentes porque no supieron serlo. Y los que creen que con juveniles no se ganan campeonatos.
Están los que acusan a los árbitros de empujarlos para afuera. Y los que acusan a la dirigencia de no tener peso continental.
Están todos. Sí, los que quieren encontrar un único responsable de la debacle.
Vélez Sarsfield no tenía ritmo de competencia y Peñarol no estuvo a la altura del reto para pasar de fase. Y eso es algo que se repite desde hace rato por un montón de factores. El día que lo ataquen a fondo, quizás se consiga dar el paso verdadero hacia una reconstrucción deportiva.
Mientras tanto, solo están los que culpan a alguien.