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Tabaré y Gilberto Vázquez

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Son 14 años de jugar a las escondidas. El Frente Amplio rehúye el tema de lo ocurrido con las actas y confesiones del excoronel Gilberto Vázquez en el año 2006 o utiliza argumentos infantiles para responder o apelan a los increíbles “no recuerdo nada” o “lo mandaron incompleto”.

Elusivas o autojustificadoras son todas las respuestas que ensayan, aunque estamos hablando de alguien que confesó 28 homicidios, torturas y secuestros.

Las actas salieron a luz por un pedido de Acceso a la Información que realizó la Asociación de Madres y Familiares de Uruguayo Detenidos Desaparecidos. El actual ministro de Defensa Nacional, Javier García, aseguró que no sabía “cuántas veces se realizó el pedido” para acceder a las actas, pero lo que “sí puedo afirmar es que la última vez había sido el 8 de marzo de 2019”.

Cuando el actual ministro García se encontró con ese expediente y esas confesiones surgidas en un Tribunal de Honor Militar, no solo contestó el pedido de Acceso a la Información sino que además dio cuenta rápidamente al actual Presidente de la República y al Parlamento, porque ese expediente había sido homologado por la firma del entonces presidente Tabaré Vázquez, pero nadie tenía conocimiento de su contenido. Parece que el “firmé sin leer” no surgió recién con el caso Gavazzo, sino que por lo menos (y en un caso muy pesado) viene archivado y olvidado desde hace 14 años.

En el Senado de la República funciona una comisión de Derechos Humanos, que enterada del tema y la gravedad de su contenido, resolvió profundizar y averiguar por qué ese expediente con esas gravísimas confesiones había permanecido en el anonimato.

Las primeras averiguaciones arrojaron que la ministra de Defensa de la época, la Dra. Azucena Berrutti, había entregado el expediente en manos propias al Presidente de la República (Tabaré Vázquez). Berrutti, retirada de la actividad política hace tiempo, fue muy clara y respetuosa: “lamentablemente, en razón del tiempo transcurrido y mis actuales 91 años de edad, no tengo recuerdo alguno del Tribunal de Honor por el que se me preguntará y nada puedo aportar al respecto”.

Y no dudamos de su palabra: el pasado de la Dra. Azucena Berrutti dice que no se exilió durante la dictadura, ni se refugió en la inacción o el quietismo esperando que la lucha de otros llevara al cambio y al retorno a la democracia. Fue una de los protagonistas de la cruzada jurídico-humanista desafiante del enton-ces poder de facto para asegurar a todos los detenidos su defensa ante la justicia militar.

Todo indica que el “firmé sin leer” no surgió recién con el caso Gavazzo, sino que por lo menos tuvo un antecedente hace 14 años, en un caso muy pesado, que terminó archivado y olvidado hasta que ganó la coalición.

El entonces secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, explicó que el caso Gilberto Vázquez no había pasado por sus manos cuando llegó a Presidencia, sino que fue entregado directamente al presidente Vázquez que, reiteramos, lo homologó con su rúbrica. Como dijo Javier García: “El presidente de la República, con el ministro respectivo, dan una de las dos posibilidades: homologan o no lo hacen. O estamos de acuerdo o estamos en desacuerdo. Cuando el Poder Ejecutivo de la época tomó la decisión que tomó, lo hizo en conocimiento de todas las actuaciones, como se hace siempre, como marca la norma y porque sería imposible que fuera de otra forma”.

Ahora toca el turno al expresidente Vázquez que, pese a hacer uso repetido de sus apariciones por “zoom” para criticar todo lo que se le ocurre del actual gobierno, rechazó la invitación de la comisión de Derechos Humanos de una reunión “virtual” para conocer su posición y solo dejó abierta la posibilidad de responder preguntas por escrito. Si quiere, porque no hay obligación legal, aunque sí ética (a nuestro juicio) o por lo menos política. Responder por escrito, diciendo lo que se quiere y sin la posibilidad de repreguntas, es un mero formulismo que evita dar la cara.

Con todo, los miembros de la Comisión que pertenecen a la coalición republicana de gobierno han estructurado sus preguntas. El País publicó el miércoles 14 las de los senadores Jorge Gandini y Gloria Rodríguez, por ejemplo. Pero lo que marca rotundamente la cancha es la actitud de los senadores del FA, esos que dicen pertenecer a la izquierda reivindicativa de los Derechos Humanos. O por lo menos autoinvestidos como tales aunque luego asuman la defensa de gobiernos como el de Cuba con los Castro y sus esbirros o la Venezuela de Nicolás Maduro. A ninguno le interesa o considera necesario hacerle una pregunta.

Si contesta a la coalición, ¿qué explicaciones dará el expresidente sobre los 14 años de desaparición del expediente Gilberto Vázquez homologado por su firma?. El tema es igualito que el caso Gavazzo, pero ahora no está Manini Ríos para echarle la culpa. Y este tema quema.

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