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La Reforma previsional

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El hecho de que las personas vivan más tiempo y la fertilidad haya ido decreciendo llevará a que en años venideros haya menos trabajadores y por otro lado, más jubilados.

Ese panorama amenaza con trastornar la forma en que las sociedades se han organizado bajo la concepción de que el excedente de jóvenes, impulsa las economías ayudando de esta forma, a solventar los gastos de las personas de edad más avanzada como hasta ahora. En todo el mundo se observa el estancamiento poblacional junto al descenso de la fertilidad y el Uruguay es ejemplo de ello. Un nuevo fenómeno a contracorriente de la historia y las preocupaciones generadas por el explosivo aumento de la población mundial ocurrida a partir del siglo XX. Desde entonces, los seres humanos se multiplicaron de forma explosiva y con una rapidez nunca vista pasaron en relativo poco tiempo, de unos 1600 millones de terrícolas a los más de 7000 millones de la actualidad.

Pero la era de la alta fertilidad se acaba en el mundo occidental y aún en Asia, aunque sea distinto bajo el islam y en sociedades menos desarrolladas, lo cierto es que las mujeres hoy logran un mayor acceso a la educación y a la anticoncepción y las inquietudes relativas a tener hijos han ido cambiando. Cada vez son más los que postergan el momento de convertirse en padres, con la consiguiente reducción de nacimientos. Inclusive se da en países con habituales altas tasas de natalidad, como México y la India. Países como EE.UU. Australia y Canadá atenúan el impacto con la inmigración, pero en Europa del Este sucede a la inversa. Hay estudios que pronostican para el 2100, 183 naciones (de 195) tendrán tasas por debajo del nivel de reemplazo y varios países ya toman medidas como alargar el tiempo de trabajo. En Alemania lo han llevado a los 67 años y Australia va camino a fijarlo en los 70. Los demógrafos pronostican que en la segunda mitad del siglo o tal vez antes, la población mundial por primera vez iniciará un descenso constante, así que los Estados deberán tomar medidas para adaptarse a lo que se viene.

Es de estadista pensar más allá del rédito político inmediato. Es lo que hace la diferencia entre los gobernantes que prefieren hacer la plancha. Aquellos que cuando una tarea de antemano se sabe que será problemática la dejan de lado para que se encargue del asunto quien venga después. ¿ Alguien recuerda aquello de “la madre de todas las reformas”, (del Estado) que anunciaron ciertos mandatarios del Frente Amplio?

El presidente Lacalle Pou apenas llegado al poder, con la mira puesta en el futuro antes que en el rédito político inmediato, ordenó encarar la reforma de la Seguridad Previsional. Una ley menos popular, más ambiciosa y más compleja, difícil de encontrar.

El presidente Lacalle Pou apenas llegado al poder, con la mira puesta en el futuro antes que en el rédito político inmediato, ordenó encarar la reforma de la Seguridad Previsional. Una ley menos popular, más ambiciosa y más compleja, difícil de encontrar. En el fárrago de noticias, nacionales e internacionales, pocos titulares acapara en la prensa, por ahora, esta iniciativa a pesar de la importancia que entraña. Pero lo poco que se conoce basta para darse cuenta que la amplia convocatoria del gobierno, a fin de que representantes de todos los partidos y de diferentes sectores (noviembre 2020) sean partícipes del debate alrededor de esta gravitante reforma, es que más allá de razonables divergencias, el palo en la rueda habrá de operar como de costumbre.

Lo demuestra el Sr. Murro, ex Ministro de Trabajo y Seguridad Social del Frente Amplio, acérrimo detractor de la anterior reforma y de la creación de las Afap, al afirmar en un evento organizado por El País, que la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) no está funcionando. “Hace prácticamente dos meses que no se reúnen” espetó, aunque según informara Búsqueda el jueves pasado, el último encuentro de todos los integrantes de la CESS fue el 4 de agosto.

El presidente del CESS, Rodolfo Saldain, ha adelantado que ya está pronto casi el 85% del anteproyecto. Trabajo sumamente complejo si lo hay, donde no cabe improvisar y que planean presentar próximamente. Las cajas paraestatales con sobradas evidencias de no ser económicamente viables, figuran en ese 15% que aún falta resolver, pero es un buen indicio que entre los 9 representantes de la coalición haya acuerdo en subir la edad de retiro, (no hay más remedio) de los 60 a los 65 años, de la forma “más pausada posible”, según palabras de Saldain y sin aumentar los 30 años de aportes exigidos actualmente. Se trata de un punto crítico que ha provocado rechazo, revueltas y manifestaciones en otros países, por lo que no es descartable que esto dé pie al Frente Amplio y al Pit-Cnt, (ya se vio que se trata de hermanos siameses), a armar una fuerte ofensiva. Otra movida al mejor estilo de la campaña anti LUC.

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