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Roma: la normalidad

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@|Una empleada doméstica es el personaje principal de la película Roma, barrio donde vivió Alfonso Cuarón de niño en la Ciudad de México.

Varias personas me comentaron que no conseguían entender porqué esta obra audiovisual había sido nominada al codiciado Oscar a la mejor película.

Parece una cinta totalmente normal, es decir, con poca acción, pocos personajes, comunes y corrientes, en blanco y negro y con planos generales, y casi sin primeros planos, como vemos con nuestros ojos la realidad. Todo bajo un devenir lento de sus personajes como si fueran nuestras vidas. 

Pero esa modorra, creo yo, se altera en algunos momentos muy emocionantes. Por ejemplo, la parte en la que una de las niñas casi se ahoga en el mar, cuando la empleada da a luz a un bebé muerto o en el momento en que la tienda donde están la empleada y la patrona es invadida por ladrones. 

El director buscó tocar el corazón de las personas, sensibilizarnos sobre los dramas reales de personas comunes. 

Su película parece un espejo nuestro en la que la vida se da como si fuésemos llevados sobre una balsa por la corriente, suavemente, la que a veces se agita, provocando sobresaltos para después volver todo a la serenidad. 

Cuando vi Roma, miré a través de un ojo humano, que por ser nada fantasioso nos lleva a identificarnos con la historia de los otros, con sus tragedias. Nos mueve a la empatía.

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