@|La situación macroeconómica del país es realmente muy auspiciosa, si bien al ojo de la población parece no llegar nunca la mejora, los indicadores de la economía marcan estar afuera ya del abismo y el arranque de lo que sin dudas será una gran subida.

Sobre los números del Estado, si bien siguen sin ser buenos, el producto bruto subirá mucho en el 2022 y 2023 y licuará el porcentaje del déficit fiscal a niveles aceptables; a lo que debemos sumar que, por el aprovechamiento de la coyuntura económica mundial y la huida de dólares de Estados Unidos, se hizo una muy buena colocación de deuda que ya deja -en lo financiero- a lo que queda de esta presidencia por afuera de cualquier riesgo.

La producción nacional se encuentra en vísperas a temporadas doradas, el precio de los commodities se hizo rogar pero arrancó a subir -y para no bajar por varios años-, también ayudados a que nuestro vecino no está haciendo nada bien. Producción nacional de productores locales que sin dudas reinvertirán dichos ingresos en el país, no como las multinacionales exoneradas de impuestos que se llevan la ganancia y casi gratis… En fin, esa situación mejorará la situación del país y las magras arcas del Estado.

Esta muy buena perspectiva parece opacada por la situación trágica del covid-19, a lo que todos esperamos se mejore en estos meses siguiendo lo que está sucediendo en el departamento de Rivera. Pero para ello, debemos esperar que la población se vacune lo necesario para poder salir adelante, y la verdad que no estaría mal una parada fuerte por un mes para así evitar tantas muertes...

Con independencia de todo lo demás, le ha llegado la hora al gobierno para dejar de arreglar y empezar a hacer.

Hasta ahora la agenda del gobierno se encontró copada por la crisis sanitaria y económica, la salida de ambas crisis condicionan al gobierno de que pase del “modo de defensa” al “modo ataque”; ataque que no debe centrarse en lo mismo de siempre (captar inversiones extranjeras…) sino que debe brindar y mejorar las condiciones de inversión y trabajo para el país. Estas condiciones se tienen que dar primero a los productores nacionales y luego van a venir solas las inversiones extranjeras.

La carga de la seguridad social en Uruguay, tanto para los trabajadores como para los empresarios, es tremendamente alta (y mucho más si analizamos la contraprestación lamentable que el Estado brinda) siendo a mi entender la principal ancla del país a futuro.

La infraestructura nacional precisa un shock de inversiones; pues además de la crisis de muertos del covid, hace muchos más años tenemos la crisis de muertos en accidentes de transito, por la claramente deficitaria y arrasadas vías de transporte.

Otro factor que ha mejorado pero sigue siendo deficitario es el costo país; Uruguay sigue siendo muy caro y el dólar debería estar un 20% por arriba de lo que está actualmente.

Esta situación obliga al Gobierno a empezar a hacer, sino ese “viento de cola” del que una vez gozó el país y que ahora es una brisa, se irá a nuestros vecinos vivos de Brasil y Paraguay y terminaremos como nuestros otros queridos hermanos…

Finalmente corresponde felicitar a los dueños de la empresa “dLocal” por un hito histórico. Hito que a nivel país no es muy relevante pero sí que lo es a nivel social, puesto que es la prueba viva de que trabajando desde Uruguay sí se puede ser realmente exitoso a nivel mundial.