Publicidad

Gases tóxicos

Compartir esta noticia

*|Señores, quien esto escribe y firma, el próximo 11 de diciembre, si llega, cumplirá 90 años. 

No busca ningún acomodo. Come todos los días, no salteado como muchos compatriotas. Duerme en buena cama en su apartamento de un cuarto piso, no tirado en la vereda tapado con bolsas y cartones. Por ello no le preocupa su futuro, él no tiene futuro. Sí le preocupa el futuro de quienes mañana van a tener que vivir en un planeta que se torna inhabitable. 

¿A nadie se le ocurrió pensar en esos niños que hoy están viniendo al mundo y nacen con problemas porque desde la gestación respiran los gases tóxicos que emiten los caños de escape? 

Existen publicaciones científicas que informan que se duplicaron los nacimientos de niños autistas debido a la polución ambiental. 

Aunque no vamos a la Iglesia a contarle al Cura nuestros pecados, como hacen algunos, practicamos aquello que enseñaba Jesús: “No hagas al otro, lo que no te gusta que te hagan a ti”. Conocemos a más de uno incapaz de esta práctica. Eso sí, se crean oficinas y más oficinas que no sirven para nada. Por ejemplo la Unidad Nacional de Seguridad Vial que sólo recomienda llevar un botiquín en la valija. 

¿Si mueren todos, de qué sirve? No sería mejor educar al futuro conductor a fin de que no provoque siniestros? ¿Por qué no se prohibe la circulación de vehículos que lanzan gases tóxicos que tanto daño causan? Aparte de tirar dinero, enferman y matan a miles de personas. 

Si los señores gerentes y directores lo estiman conveniente, el poco tiempo que nos queda sobre la tierra, está a vuestra disposición a fin de aportar alguna posible solución.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad