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Situación del agro

@| Estimados Orientales: los del interior y los capitalinos somos todos iguales ante la Constitución y las leyes por lo tanto le digo al Gobierno que al país todo y al interior en especial se le debe devolver la identidad y la rentabilidad. Ya no somos aquel Uruguay culto y educado, con una gran clase media, con una capital limpia y segura, con una juventud orgullosa de estudiar y trabajar en su país. 

No es lo mismo estar en la capital con las comodidades y facilidades que eso permite, que tener que hacer kilómetros por malas rutas y caminos departamentales y vecinales deshechos; no es lo mismo tener buenos medios para trasladarse que agarrar la moto y salir a recorrer un mal camino de piedras y barro para ir a cobrar el sueldo o la jubilación o llevar los hijos a la escuela rural; o tratar de conseguir la señal telefónica y o de internet -que son malas o inexistentes- para poder comunicarse por un trámite o preguntar por un familiar.

En el interior se produce el grueso de nuestra riqueza y gracias a ella ingresan las divisas, accedemos a los mejores alimentos, exportamos con orgullo calidad y podemos agasajar a los turistas que nos visitan e importamos barato todo lo necesario y lo innecesario que la economía de consumo nos contagia. 

El empleado rural que convive con su patrón es quien colabora junto a él para que el Uruguay progrese, a pesar de la discriminación y desprecio con que se les mira y trata desde la capital.
¿Por qué entonces la campaña está tan mal, desapareciendo productores quienes se ven obligados a vender o arrendar sus tierras a quienes de ella no viven, con malos caminos, con pueblos que se van despoblando, con escuelas rurales con uno dos niños, pobres medios de comunicación entre otras muchas deficiencias? 

Debemos preguntarnos toda esa producción de riqueza a dónde va a parar.
Será que va a mantener un dólar barato para que los números macroeconómicos sean bonitos, o será para que podamos mantener cientos de puestos de confianza y secretarios o será para tapar enormes agujeros negros frutos del despilfarro o para pagar los altos sueldos de gobernantes y burócratas. Lo que sí es seguro es que a la salud, la educación, la enseñanza y a los planes sociales no va. 

Le ha llegado la hora al gobierno y su partido de sincerarse, sacarse la careta y reconocer el mea culpa. 

El gobierno con humildad debería pedir ayuda para recibir las propuestas para encaminar rápidamente las soluciones a los efectos de corregir los errores pasados y todos juntos transitar un camino de prosperidad para el país y su ciudadanía toda. 

De no reconocer esta realidad y seguir por donde vamos será la fuerza de los hechos que determinarán el futuro de nuestra querida República Oriental del Uruguay.

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