Publicidad

Israel debe defenderse

Compartir esta noticia

Los hechos recientes cargados de contenidos humanos fundamentales como la vida y la muerte, lo justo y lo injusto, la paz y la guerra nos obligan a reflexionar con profundidad.

Las siniestras manifestaciones de odio y violencia hoy globalizadas gracias a la tecnología son un hecho de la realidad, no se pueden ignorar, es inútil argumentar que son problemas de otros, y todavía juzgar livianamente y condenar apresuradamente los justos intentos de lidiar con la violencia ilegítima.

Lo que está padeciendo Israel es un drama que tiene fundamento en antiguas raíces, pero también en nuevas formas de odio y de violencia que se sirven de avances tecnológicos que los hacen infinitamente más peligrosos. Como si fuera poco, Israel además de lidiar con el ilegítimo ataque tampoco puede respaldarse del todo en la organización internacional que por definición debería defenderle.

La carta de las Naciones Unidas ya ha demostrado ser claramente insuficiente e incapaz para dar respuesta a las nuevas manifestaciones de violencia. Esta enseñanza nos la han dejado los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York y del 11 de marzo en Madrid. En consecuencia, queda revelada la ineficacia de una organización que no cuenta con los elementos para combatir a los nuevos enemigos del mundo civilizado, entendiendo como civilizado al que ve en la paz la seguridad y el respeto a los derechos humanos, valores a cuidar.

Hay que atender el comentario de Henry Kissinger: “… el hecho dominante de nuestros tiempos, que es el cambio que hubo del sistema internacional creado en 1648 por el Tratado de Westfalia a nuevos sistemas en proceso de gestación. Los principios de Westfalia basaban el orden de la soberanía de los estados y definían a la agresión como el cruce de las fronteras internacionales por parte de unidades organizadas. El 11 de setiembre introdujo un nuevo desafío planteado por la privatización de la política exterior a manos de grupos no gubernamentales apoyados de forma tácita o directa por Estados internacionales. La proliferación de armas de destrucción masiva genera por otro lado una amenaza de devastación mundial”.

Como sostiene de forma análoga Tomás Teijeiro en su libro “La Guerra Preventiva”, los israelíes tienen dos opciones: aguardar la próxima bomba, el próximo ataque a sus ciudadanos, y luego intentar perseguir a los perpetradores, o usar sus considerables recursos para ubicarlos y sacarlos de escena lo antes posible, eso se llama prevención, se llama legítima defensa y es lo que están haciendo con toda justicia.

Los terroristas no viven del aire, necesitan un sitio para afincarse y quien los financie. Quienes lo hagan deberían desistir o asumir que correrán su mismo destino. Los estados tiránicos y con gobiernos fracasados tendrán que asumir las consecuencias.

El mundo entero debe tomar posición en defensa de Israel y también debe hacerse algunas preguntas. ¿Por qué la falta de reconocimiento a la ineficacia de la ONU parece ser un dogma de fe para algunos? ¿Es esta una posición teórica sincera o detrás de ella se ocultan posiciones anti Israel? No olvidemos que Israel es el custodio de Occidente.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad