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Los Brics, desafíos y posibilidades

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Que el Uruguay debe practicar una "política pendular" que se extienda "por toda la cancha" como dijo el presidente José Mujica, constituye un axioma que con algunos altibajos el país ha pretendido seguir en toda su historia. No siempre lo pudo realizar. En períodos donde las diferencias ideológicas se agudizan, estas políticas de neutralidad no siempre están disponibles, tal como pasó durante la guerra fría. Nosotros, por razones ideológicas matriciales pertenecemos al bloque occidental y aun con las dificultades de esta comunidad, plagada de intereses nacionales de un capitalismo mal encarado y de frecuentes intervenciones imperialistas, no podemos ni debemos alejarnos de este universo ideológico. Por algo cuando tuvimos dificultades serias con Argentina, la cancillería demandó ayuda a los Estados Unidos.

Además, las actuales condiciones del mundo no son las de décadas atrás, donde el peligro nuclear constituía una realidad cotidiana, sino que pese a todo (un todo extenso), mi

Que el Uruguay debe practicar una "política pendular" que se extienda "por toda la cancha" como dijo el presidente José Mujica, constituye un axioma que con algunos altibajos el país ha pretendido seguir en toda su historia. No siempre lo pudo realizar. En períodos donde las diferencias ideológicas se agudizan, estas políticas de neutralidad no siempre están disponibles, tal como pasó durante la guerra fría. Nosotros, por razones ideológicas matriciales pertenecemos al bloque occidental y aun con las dificultades de esta comunidad, plagada de intereses nacionales de un capitalismo mal encarado y de frecuentes intervenciones imperialistas, no podemos ni debemos alejarnos de este universo ideológico. Por algo cuando tuvimos dificultades serias con Argentina, la cancillería demandó ayuda a los Estados Unidos.

Además, las actuales condiciones del mundo no son las de décadas atrás, donde el peligro nuclear constituía una realidad cotidiana, sino que pese a todo (un todo extenso), mientras no se rocen demasiado los intereses de los grandotes subsiste cierta libertad en la política internacional de los pequeños. Especialmente en el área económica. Autorizan por ejemplo, que Uruguay, junto al resto de los países de la Unasur, se acerquen al VI Brics Summit-Itamaraty, conferencia del bloque conformada por China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica, buscando acercamientos comerciales. Una asociación cuyas credenciales democráticas son dudosas: por el costado de China, francamente inexistentes y por el de Rusia, un mar de incertidumbres.

Conformada como está, por naciones que reúnen a más del cuarenta por ciento de la población mundial con un ingreso superior al 20% de su producto, su invitación a realizar actividades comunes debe ser atendida, particularmente, en el caso uruguayo, en atención a nuestros crecientes intercambios con Brasil, al interesante tránsito comercial con China y a las potencialidades económicas de las restantes naciones. Y si bien las instituciones que apoyan a los países Brics (como el Banco recientemente creado por los mismas), están creadas en su beneficio, todo aquello que signifique crear alternativas al área dólar y a las estructuras de Bretton Woods resulta para nosotros, desesperados por aliviar presiones monopólicas, de primera importancia.

El presidente Mujica, que previamente a esta reunión en Fortaleza, se había entrevistado privadamente con Putin realzó el lugar estratégico del Uruguay como salida comercial (desplegando un mapa de entrecasa elaborado por Ancap) y le mencionó nuestros requerimientos en materia de infraestructura portuaria, ferrocarrilera y la hidroenergía, como lugar para posibles inversiones. Asimismo, declaró que no todo son promesas futuras, en ese mismo momento, por ejemplo, una delegación rusa se encontraba en Uruguay procurando un convenio de largo plazo para la compra de carne, por eso, la venida de Rusia a la región "es un camino nuevo… Nunca se había dado"

No se trata de echar las campanas al aire por este acercamiento. Como dijimos, se trata de un relacionamiento comercial donde cada uno de los participantes busca sus ventajas. Mientras la visita se considere en ese sentido solo admite nuestro más cálido apoyo. Pero tengamos bien claro que se limite a eso y nada tenga que ver con proyectos dudosos como fortalecer a la Unasur o, como fue mencionado en las reuniones, de un continente Bolivariano muy alejado de nuestra visión democrática. Clarito, por favor.

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Hebert Gatto

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