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Gente caliente

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El martes pasado tuvieron lugar en diferentes puntos del país una serie de manifestaciones de protesta. Nacieron de un impulso individual de un productor lechero de San José como gesto espontáneo de indignación y desesperación por el daño que las políticas de este gobierno le han infligido a la lechería nacional.

El martes pasado tuvieron lugar en diferentes puntos del país una serie de manifestaciones de protesta. Nacieron de un impulso individual de un productor lechero de San José como gesto espontáneo de indignación y desesperación por el daño que las políticas de este gobierno le han infligido a la lechería nacional.

Pero antes de avanzar un paso más quiero dejar en claro dos cosas. Primero, que estoy completamente de acuerdo con la protesta y los reclamos. Segundo, que no se trata de un problema específico que afecte a los tamberos: lo que está pasando (o se está padeciendo) afecta a toda la producción nacional y podría haber sido promovido con los mismos fundamentos por las amas de casa.

El senador Pardiñas y varios de sus cofrades han salido a la prensa quejándose de que esas manifestaciones en las rutas tienen una coloratura política o son directamente políticas. ¡Claro que son políticas, Pardiñas! ¿Qué van a ser? ¿Artísticas? Son políticas porque se dirige contra las políticas del gobierno y del Frente Amplio que han traído ingentes daños. Clarísimo.

Los ciudadanos que han organizado estas manifestaciones de repudio han procurado -y con razón- que ellas no se partidicen. Quieren mantener el control y el tono de las mismas y que no sean copadas por un partido político sobre otro. Porque, agrego, es obvio que todos los partidos de la oposición apoyan la causa de estos ciudadanos. Por eso resulta una tontería acusar de connotación política a algo que no podría tener otra connotación.

Pero con un agregado más: no se trata de una iniciativa de ningún partido, es cierto, pero sí de un movimiento contra el Frente Amplio porque son las políticas del Frente Amplio y las acciones de este gobierno del Frente Amplio las que han generado los desastres de Pluna, Ancap y demás y que para reparar eso daños todos los uruguayos tendremos que bancar y pagar con nuestro trabajo de todos los días y por varios años.

Las tarifas de los servicios públicos suben y van a subir inevitablemente porque hay que tapar los agujeros de la mala gestión de las empresas del estado. Los negocios que se concertaron con Venezuela no se han cobrado: los únicos que cobran son los comisionistas del MPP. Todas estas son cuestiones políticas, Pardiñas, y la gente está muy enojada con esas políticas, con los promotores de esas políticas y con sus actores (que son políticos).

Pero, además, no falta quien diga, y con cierta razón, que muchas de las decisiones económicas equivocadas del estado y de las empresas del estado que encarecen la producción nacional y la ponen fuera de precio fueron decisiones politizadas. ALUR y sus deudas nacen de una orientación política; no digo que sea mala pero es evidentemente política. El Antel Arena (80 millones de dólares) es un emprendimiento más atento a la gloria de Carolina Cosse que a las necesidades de los uruguayos. Y las inversiones gigantescas de Ancap ¿no tienen nada que ver con la pavimentación de una carrera política? Cuando Sendic dice que lo critican para hundirlo políticamente ¿no está reconociendo implícitamente que lo nombraron para promoverlo?

Vamos a ver muchas manifestaciones de protesta como las del martes pasado. Mucha gente está caliente. Caliente con sobrados motivos. Caliente con ustedes, Pardiñas.

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Juan Martín Posadas

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