Y al final primó el criterio de los “veteranos”: el desafuero se fue al “óbol”. Quedó para dentro de tres o cuatro meses y entre tanto pasarán muchas aguas y muy turbulentas bajo los puentes.

El Gral. Guido Manini quedó con las dos manos levantadas. Él la tenía clara, pero también los senadores y expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica.

Sanguinetti advirtió sobre muchas cosas al tiempo que explicó qué significa y cuál es la esencia institucional del “desafuero”. Lo hizo en un artículo que escribió en Correo de los Viernes, el que complementado con otro muy ilustrativo que escribió Óscar Bottinelli el 15 de febrero en El Observador, de-jan sentado que el desafuero no es un chaqueta que usa o no a su voluntad el legislador.

Mujica privadamente no anduvo con vueltas y advirtió sobre no crear un nuevo “Peroncito”. Sin duda tendría en mente, como unos cuantos más, aquel 17 de octubre de 1945 y la prisión del entonces coronel Juan Domingo Perón, que fue el inicio y el factor potenciador del peronismo en Argentina.

Manini “desaforado” y eventualmente preso, lo que no hay que descartar dada la actuación del fiscal y el juez actuantes, que deja mucho que desear (se puede decir ¿no?), sería la gran víctima y quizás el caudillo incipiente. Con el respaldo de casi 270 mil ciudadanos, más senadores y diputados con votos decisivos y dos ministros, se le hace muy cómoda. Con su propia “puerta de hierro” podría marcar la agenda periodística. Espacio jamás se le retacea.

Desde su casa o la celda puede defender a su electorado castrense sin necesidad de media hora previa. No le faltará resonancia, como tampoco para sus propuestas de demorar el aumento de las tarifas, oponerse a la compra de campos por sociedades anónimas, discrepar con la desmonopolización de Ancap, recomendar a Keynes y cosas por el estilo. Que se cuide el Frente; son buena parte de sus votos.

Y además, sin necesidad de ir a remar y pelear en el Senado y salir a la cancha donde se ven los verdaderos pingos y en donde seguramente no se la van a hacer fácil.

Hay también otro tema que conspira contra los deseos de Manini. En el proceso legislativo para resolver el desafuero hay que revisar todo el expediente judicial y no es difícil que se convoque para la investigaciones a otros protagonistas, caso del expresidente Tabaré Vázquez y el exsecretario presidencial Miguel Toma. Puede que surjan nuevos elementos o no tan nuevos que ni el fiscal ni el juez tomaron en cuenta, que mostrarían que la falta no fue tanto de Manini, que se demoró un poco, sino de quienes no cumplieron con el trámite como correspondía de acuerdo a sus responsabilidades y jerarquías.

Puede complicarse todo. Mucho. Yo apostaría a que el senador Manini se quedará sin desafuero.

Y me quedé sin espacio. Lástima. Quería recordar que todos amamos a Locke, al barón de Montesquieu y la separación y equilibrio de los poderes, lo que para nada significa que no se pueda criticar la actuación de jueces, fiscales, legisladores y miembros del Ejecutivo. Todos están sometidos al escrutinio público. La ciudadanía es la que les paga sus sueldos.