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Trump aún analiza si ataca Siria; Rusia dice que eso sería la guerra

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El grupo rebelde Yaish al Islam, dijo que no le quedó otra opción que aceptar la evacuación. Foto: AFP

LOS MENSAJES DEL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

Confirmación del veneno usado contra exespía ruso tensó más la relación con Moscú.

El escenario se complica, y a esta altura nadie se anima a vaticinar cuándo los "lindos e inteligentes" misiles de Donald Trump llegarán a Siria en represalia por el ataque con armas químicas contra civiles. Anoche Trump hablaba del asunto con sus dos grandes aliados en este tema: el francés Emmanuel Macron y la británica Theresa May. Y Rusia, el mayor sostén del régimen de Bashar Al Asad, advirtió a Trump también ayer que una acción militar contra Siria podría desatar una guerra entre Moscú y Washington.

Pero un nuevo elemento se agregó en las últimas horas, que vino a tensar aún más la ya frágil relación entre Occidente y Rusia: los análisis de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), entidad con sede en La Haya, confirmaron la tesis británica de que la sustancia usada para envenenar al exespía Serguéi Skripal y su hija en Inglaterra, era de origen ruso. Esto reforzó la posición de Londres que acusa a Rusia de intentar matar a Skripal en suelo inglés.

Dos crisis internacionales que en los papeles no aparecen relacionadas pero que en los hechos tienen a los mismos protagonistas a un lado y otro del Atlántico, mantienen en vilo al mundo ante la posibilidad de una confrontación a gran escala, como hace unos meses se temía que estallara en la península de Corea por las pruebas nucleares del régimen norcoreano de Kim Jong-un.

El caso sirio.

Hasta anoche, Trump seguía estudiando una respuesta a Siria por el ataque con armas químicas contra civiles en la localidad rebelde de Duma. Si resuelve atacar, Trump lo hará en acuerdo con Macron y May. "Aún estamos recabando informes de inteligencia y estamos manteniendo conversaciones con nuestros socios y aliados", informó la portavoz Casa Blanca, Sarah Sanders.

Trump, que el miércoles le dijo a Rusia que se preparara porque llegarían a Siria misiles "lindos, nuevos e inteligentes", se mostró evasivo ayer jueves en Twitter sobre cuándo podría ordenar un ataque militar, al afirmar que "¡podría ser muy pronto o nada pronto!". Y agregó: "En cualquier caso, Estados Unidos, bajo mi gobierno, ha hecho un gran trabajo para deshacerse del (grupo yihadista) Estado Islámico en la región. ¿Dónde está su Gracias Estados Unidos?"

Por su lado, durante su comparecencia ante el comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el secretario de Defensa, Jim Mattis, expresó su deseo de poder esperar a que se realice una investigación por parte de los inspectores de la OPAQ antes de tomar una decisión. Esta investigación, dijo, podría comenzar en una semana.

Entre las opciones del Pentágono, se encuentra el bombardeo a ocho posibles objetivos, entre los que se encontrarían dos aeródromos, un centro de investigación y un presunto centro de fabricación de armas químicas, según la cadena CNBC.

Antes de que Trump hablara con May, el gobierno británico ya había expresado ayer su intención de "continuar trabajando" con Estados Unidos y Francia para buscar una "respuesta internacional coordinada" al ataque químico del pasado fin de semana en el que fallecieron al menos 43 personas y que es atribuido al régimen de Asad.

May puede implicar a su país en una acción militar sin consultar al Parlamento, que no se reúne hasta el 16 de abril. No obstante, si lo hiciera iría en contra de la voluntad de 61% de los británicos, que consideran "necesario" un voto en el Parlamento sobre esta cuestión, según un sondeo de YouGov. Por su parte, un sondeo del diario The Times reveló ayer que solo el 22% de los británicos aprueba una operación militar contra el régimen sirio.

Los tambores de guerra parecían sonar más fuertes luego de Macron afirmara tener "pruebas" de la responsabilidad de Siria y del uso de "al menos cloro" en el ataque de sábado. Francia responderá "oportunamente", dijo.

La tensión llegó ayer a un punto que Rusia advirtió a Estados Unidos que un ataque a Siria podría desencadenar un conflicto entre las dos potencias. Rusia solicitó que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna hoy viernes para debatir la amenaza de acciones militares lideradas por Estados Unidos en Siria.

La solicitud se produjo después de que el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, señalara que la prioridad era evitar ataques dirigidos por Estados Unidos contra Siria que pudieran llevar a una peligrosa confrontación entre Washington y Moscú.

Dos grupos de expertos de la OPAQ llegarán a Siria para investigar lo ocurrido, dijo por su parte el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafari.

El caso Skripal.

En medio de este complejo ajedrez de la política internacional, un nuevo elemento agregó más tensión entre los aliados occidentales y Rusia: la OPAQ anunció ayer jueves que sus análisis confirman la tesis británica sobre la sustancia usada en el envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija.

La OPAQ, que añadió que el agente neurotóxico "era de gran pureza", no quiso sin embargo pronunciarse sobre quién perpetró el atentado que dejó a Skripal y a su hija al borde de la muerte el 4 de marzo, aunque ambos acabaron sobreviviendo.

La primera ministra May dijo que los Skripal habían sido atacados con una sustancia neurotóxica de grado militar del grupo de venenos Novichok, desarrollado por la URSS en las décadas de 1970 y 1980. May concluyó que existían solo dos posibilidades: que Rusia estuviera detrás del atentado o que hubiera perdido el control del potente neurotóxico.

El gobierno ruso de Vladimir Putin niega sin embargo cualquier implicación, e insiste en que destruyó todo su arsenal químico. Rusia exigió ayer jueves acceso a las conclusiones de la investigación de la OPAQ sobre el caso Skripal y acusó a Londres de "retener por la fuerza" a Yulia.

El incidente dio pie a la mayor expulsión de diplomáticos rusos por parte de Occidente desde la Guerra Fría. Moscú, a su vez, expulsó a diplomáticos occidentales, denunciando incluso que todo se trató de un complot de los servicios secretos británicos.

LAS PRIORIDADES DE MIKE POMPEO.

Corea del Norte, irán china y Rusia

El designado secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo ayer jueves ante el Senado que sus prioridades al frente de la diplomacia de Estados Unidos serán Corea del Norte, Rusia, China e Irán.

El actual director de la CIA es visto de forma casi unánime como un defensor de la "línea dura" en las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo, pero ante los senadores buscó proyectar una imagen diferente.

Durante una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores —que debe avalar su confirmación en el cargo— Pompeo dijo que su prioridad será "arreglar" el acuerdo multinacional con Irán por el programa nuclear, no eliminarlo.

Dentro de exactamente un mes, el presidente Donald Trump deberá pronunciarse sobre el destino del acuerdo nuclear con Irán.

Pompeo era miembro de la Cámara de Representantes cuando ese acuerdo se aprobó, en 2015, y en ese momento se opuso vigorosamente a su firma. Ahora, al ser consultado si considera que Irán cumple con las obligaciones asumidas por el acuerdo, Pompeo fue visiblemente cuidadoso: "No he visto evidencias de que Irán no esté cumpliendo su parte", dijo.

Los senadores también presionaron a Pompeo sobre su visión personal sobre la tensa relación con Corea del Norte a raíz de su programa nuclear y misilístico. Pompeo dijo que "no hay una tarea diplomática más elevada para el Departamento de Estado que resolver esta amenaza de décadas a nuestra nación", con relación a Corea del Norte. Sin embargo, al ser interrogado, buscó despejar cualquier duda: "No defiendo un cambio de gobierno" en Corea del Norte.

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