La regiones de San Pablo y Río de Janeiro viven la peor sequía en 80 años, mientras que la emergencia hídrica se agrava debido a la persistencia de las altas temperaturas.
La emergencia hídrica en San Pablo y Rio de Janeiro se agravan, en el marco de la peor sequía en 80 años y las altas temperaturas que asolan a Brasil.
La situación causó además un mega apagón de electricidad en más de 10 estados días pasados y hoy dejaron a 800 mil familias en San Pablo sin agua.
Hay preocupación en las autoridades por las cuatro principales cuencas hídricas de Rio, cuyas reservas se acercan a la marca crítica.
La situación llegó hoy a que, por primera vez en la historia, los administradores de la principal cuenca de Rio, el Paraibuna, debieron bombear las llamadas "aguas muertas", nunca usadas para el consumo humano.
También en San Pablo, el mayor estado con más de 40 millones de habitantes, donde la emergencia del agua alcanzó dimensiones preocupantes, porque hace meses deben recurrir a las aguas mixtas con tierra fangosa depositada en el fondo de las cuencas.
Las autoridades paulistas autorizaron a la empresa Sabesp a usar la tercera y última parte de la reserva técnica de Cantareira, que provee de agua a cerca de 6,5 millones de habitantes de la megalópolis.
Las reservas se redujeron a poco más del 5% de la capacidad de la cuenca hídrica.
En algunos barrios de San Pablo el agua es racionada hace meses y miles de personas obligadas a proveerse mediante un pago a la empresa privada, que utiliza camiones para el suministro.
Otras 70 comunas del estado paulista se vieron obligadas a racionar el agua a la población
se agrava la emergencia hídricaANSA