Uno va a Canadá y otro atraviesa territorio de la tribu sioux.
Donald Trump revivió ayer martes los proyectos de dos polémicos oleoductos cuya construcción había sido descartada por el gobierno de Barack Obama ante la fuerte presión de grupos ambientalistas. Mediante la firma de dos decretos, Trump reflotó el extenso oleoducto Keystone XL, que transportaría crudo desde Canadá a refinerías en Estados Unidos, y otro que atravesaría territorio indígena en Dakota del Norte.
Mientras firmaba uno de los decretos, Trump dijo que el oleoducto Keystone XL "estaba en disputa" y se renegociarán los contratos. De acuerdo con Trump, el proyecto representa "muchos empleos. Serán 28.000 puestos de trabajo. Excelen- tes puestos de trabajo de construcción".
Al firmar luego el decreto sobre el oleoducto de Dakota, el mandatario también apuntó que será objeto de renegociación. "Insisto en que si vamos a construir oleoductos, que las tuberías sean construidas en Estados Unidos", dijo. "Vamos a construir nuestro propio oleoducto, nuestros propios caños, como era en los buenos tiempos", añadió.
El proyecto Keystone XL había sido descartado por Obama, ante la enorme presión de grupos ambientalistas.
El oleoducto de Dakota del Norte se había convertido en el centro de una espectacular polémica interna en Estados Unidos. Grupos indígenas —la obra está en territorio de la tribu sioux— y agrupaciones de apoyo organizaron en diciembre de 2015 una encarnizada resistencia al proyecto, con intensa movilización que incluyó a celebridades del cine. Miles de personas llegaron a acampar en el helado territorio abierto de Dakota del Norte, en pleno invierno, para bloquear el proyecto.
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