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El Partido Socialista Obrero Español prefiere formar un gobierno en solitario

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Pedro Sánchez y sus colaboradores analizaron ayer los resultados de las legislativas del domingo. Foto: AFP

ELECCIONES LEGISLATIVAS EN ESPAÑA

Descarta coalición con la izquierda radical de UP o con los liberales de C’s.

Pese a no contar con mayoría parlamentaria propia, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ganador de las elecciones legislativas del domingo, se encaminaba ayer lunes a formar gobierno en solitario. Los acuerdos serán puntuales, por lo que España no tendrá un gobierno de coalición.

La vicepresidenta del gobierno socialista, Carmen Calvo, anunció ayer lunes que el PSOE apuesta por gobernar sin una coalición, gracias a la estabilidad que le dan los 123 diputados en el Congreso (sobre un total de 350) obtenidos en las elecciones del domingo.

“Hay respaldo más que suficiente para ser el timón de este barco”, afirmó Calvo, quien recalcó el objetivo del PSOE de “hablar con todo el mundo” para “intentar que la cultura de colaborar se abra paso en la política española”.

Estas declaraciones de Calvo van en línea con la estrategia marcada por el presidente Pedro Sánchez durante la campaña electoral. Sánchez ha reiterado en las últimas semanas que su opción preferente era continuar al frente de un Ejecutivo “en solitario” en el que tendrían cabida “independientes de reconocido prestigio”. Sin embargo, en una entrevista con el diario El País de Madrid, el líder socialista afirmó que formar un gobierno de coalición con la izquierda radical de Unidas Podemos (UP) no le supondría “ningún problema”.

Para lograr una mayoría absoluta en el Congreso, los socialistas necesitarían el apoyo de UP y de varios pequeños partidos regionales.

Con Ciudadanos no.

Las matemáticas dicen que la suma del PSOE y el liberal Ciudadanos (C’s, que logró 57 diputados) conseguiría una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. Esa idea la apoyó Antonio Garamendi, presidente de la principal asociación empresarial española (CEOE), y que se manifestó a favor de un gobierno “moderado” y que trabaje “dentro de la estabilidad y seriedad presupuestaria”.

La alianza PSOE-C’s es una idea que atrae muchas simpatías a nivel internacional, al ser las dos fuerzas más próximas al centro político y muy europeístas. Pero sus líderes ya habían descartado una coalición desde antes de las elecciones.

La opción de una alianza con el líder de C’s Albert Rivera tampoco tiene grandes apoyos entre los militantes y simpatizantes socialistas, que en la noche del domingo expresaron a Sánchez su rechazo a un pacto con Ciudadanos.

“¡Con Rivera no! ¡Con Rivera no!”, corearon. “Creo que ha quedado bastante claro, ¿no?”, les respondió el líder del PSOE desde el estrado en un acto en Madrid.

Tampoco C’s tiene en sus planes un acuerdo con el PSOE. Y así lo ratificó ayer lunes, al confirmar su estrategia que aprobó el pasado febrero de no llegar a ningún acuerdo con los socialistas.

La apuesta de C’s es quedarse en la oposición e intentar liderarla con un PP muy debilitado por su desplome en las urnas. De todos modos, socialistas y liberales están afines a negociar acuerdos legislativos puntuales.

La estrategia del PSOE de cortarse solo echa por tierra las pretensiones de UP de estar en el gobierno.

El líder de la izquierda radical, Pablo Iglesias, pidió el domingo claramente un gobierno de coalición con los socialistas, idea que respaldó ayer lunes la rama catalana de Podemos, que argumentó que los tiempos de ejecutivos de partido único “ya se han superado” en España.

El efecto Vox.

El partido de ultraderecha Vox, que logró 24 diputados -un número significativo desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975-, dividió el voto de la derecha, dejando al PP con solo 66 escaños, su peor resultado desde principios de la década de 1980.

El PP y el PSOE habían dominado el panorama político español desde la muerte de Franco.

“Está claro que la fragmentación de la derecha ha perju-dicado más al PP, que ha pa-gado el precio por sus escán-dalos de corrupción”, dijo Enrique Quemada, director ejecutivo del banco de inversiones ONEtoONE.

Pero en el PP prefieren buscan en otro lado la explicación de su derrota, y culpa a Vox y a C’s por existir y a sus votantes por preferirles, es decir, descarga en la fragmentación del voto la responsabilidad por sus escuálidos 66 escaños, escribió ayer El País de Madrid.

El PP sigue apostando por el liderazgo de Casado

El hundimiento del Partido Popular (PP) en las elecciones del domingo en España, ha puesto en la cuerda floja el liderazgo de Pablo Casado.

El PP sigue siendo la segunda fuerza política en España con 66 escaños, pero el domingo vio recortado su número de diputados a menos de la mitad respecto a la anterior legislatura, lo que constituye el peor resultado de su historia, con 66 diputados y 56 senadores (antes tenía 127 y 130, respectivamente). En cambio, los socialistas encabezados por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, lograron un importante aumento hasta 123 diputados y 121 senadores, con mayoría absoluta en la Cámara Alta.

El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, aseguró ayer lunes que, tras los resultados de los comicios, “a partir de hoy, durante cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado”, por lo que garantizó su continuidad pese a la debacle electoral.

García Egea salía al paso de varias hipótesis sobre la posible dimisión de Casado, que sería reemplazado por el presidente regional de Galicia, Alberto Núñez Feijoó. Su nombre sonó hace diez meses como el sustituto natural del expresidente Mariano Rajoy al frente del PP tras la moción de censura que llevó al poder a Sánchez.

Entonces, el líder del PP gallego declinó la oferta, pero ahora su nombre se vuelve a situar en primera línea, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones locales, regionales y europeas que se celebrarán el próximo 26 de mayo.

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