AFERRADO Y DESGASTADO
Comunidad internacional comienza a presionar para un cambio de rumbo.
Nicaragua vivía ayer martes un ambiente enrarecido, con calles que amanecieron vacías y comerciantes calculando pérdidas por los saqueos del fin de semana, un día después de que una multitud exigiera la salida del presidente Daniel Ortega.
A una semana del inicio de unas protestas, desatadas contra la reforma a la seguridad social que subía cuotas y bajaba pensiones, derogada el domingo por Ortega ante la presión de los manifestantes, las calles en Managua lucen aún con barricadas erigidas para frenar a la Policía y las fuerzas de choque del gobierno o "turbas".
Como resultado de los actos de violencia las organizaciones no gubernamentales y la Cruz Roja nicaragüense cuentan al menos 28 muertos, entre ellos dos policías, un adolescente y un periodista, 428 heridos, y más de 200 manifestantes arrestados o desaparecidos.
Esta violencia dejó a Ortega duramente cuestionado por la comunidad internacional. Ayer el gobierno liberó a decenas de jóvenes detenidos y levantó el bloqueo a un canal de televisión censurado, en un intento de contener la peor crisis en sus más de once años de mandato.
En tanto Estados Unidos endureció su tono y condenó el uso de la represión en las manifestaciones y la censura a los medios. "La administración (de Donald Trump) se une a la comunidad internacional en llamados a un diálogo amplio y apoyo para el pueblo de Nicaragua", dijo la Casa Blanca. El gobierno de Trump consideró "repugnante" la violencia política en Nicaragua, en particular contra estudiantes universitarios, que atribuyó a "matones progubernamentales".
Por su lado, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, en Ginebra, instó "a las autoridades nicaragüenses a asegurar que haya investigaciones prontas, profundas, independientes y transparentes de estas muertes", muchas de la cuales pudieron haber sido "ilegales".
Por otra parte, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), pidió al gobierno de Ortega que respete el derecho del pueblo a manifestarse. "Esta represalia violenta contra ciudadanos nicaragüenses que ejercen su legítimo derecho a protestar es terrible, particularmente para un gobierno cuyo orígenes está en protestas y movimientos sociales", dijo Geoff Thale, vicepresidente de Programas de WOLA, en una carta al embajador de Nicaragua en Estados Unidos, Francisco Campbell.
Las protestas estallaron contra la reforma al sistema de pensiones. Ortega retiró la reforma la domingo, pero la mecha ya se había encendido y las protestas habían tomado otra dirección, ahora en contra de la continuidad del presidente, a quien responsabilizan de querer perpetuarse en el poder, con el control del Congreso, la Justicia y el tribunal electoral.
"Se han convertido en una ola de protestas a nivel nacional contra la represión, la censura a los medios, la reducción de las libertades, y contra el abuso de fuerza por parte de las autoridades", opinó Juan Felipe Celia, director adjunto del Centro para América Latina del Atlantic Council, un foro de reflexión independiente con sede en Washington.
La vicepresidenta Rosario Murillo, esposa de Ortega, buscó apaciguar los ánimos y aseguró que Nicaragua comienza a recuperar la normalidad.
El canal privado 100% Noticias volvió a transmitir por su señal de cable, tras ser bloqueado por las autoridades al inicio de las manifestaciones cuando transmitía las protestas en vivo. Cuatro canales fueron bloqueados en ese momento, tres de los cuales recuperaron la señal en menos de 24 horas.
"¡Que se vayan, que se vayan!" Ortega y Murillo, corearon el lunes por la noche decenas miles de personas durante una marcha "por la paz y el diálogo". Los manifestantes se apoyaron en las redes sociales para convocarse, denunciar y colgar videos con heridos o muertos.
"Daniel y Somoza son la misma cosa", se leía en una pancarta. El régimen de Anastasio Somoza, cuya familia gobernó con mano de hierro en Nicaragua, fue derrocado por la revolución sandinista en 1979.
"Desde el regreso del sandinismo (al poder) en 2007 hasta hoy, la democracia nicaragüense se ha ido desdibujando para convertirse en un régimen cada vez más autoritario", escribió en Twitter el expresidente de Costa Rica Óscar Arias, Premio Nobel de la Paz en 1987.
Reclamos de expresidentes
Los expresidentes que integran el foro Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) expresaron su solidaridad con las víctimas de la represión por parte del régimen Ortega-Murillo, y demandaron que se replieguen las fuerzas y grupos armados represores, y respeto por la libertades básicas. Los exmandatarios también pidieron se alcance la paz con justicia, y al secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, la adopción de medidas que, dentro del marco de la Carta Democrática Interamericana, permitan la normalización institucional de Nicaragua y aseguren una paz social duradera. Además apoyan las investigaciones sobre las violaciones a los derechos humanos bajo el gobierno de Ortega-Murillo. La declaración la firman 20 expresidentes, entre ellos el uruguayo Luis Alberto Lacalle.
PARA ENTENDER LA CRISIS EN NICARAGUA.
Primero fueron contra las reformas anunciadas por el gobierno de Daniel Ortega, que aumentaban las contribuciones de los trabajadores y empresas al sistema de seguridad social. Sin embargo, se han convertido en una ola de protestas a nivel nacional contra la represión, la censura a la prensa, la reducción de las libertades, y contra el abuso de fuerza por parte de las autoridades.
El FMI recomendó a Nicaragua hacer reformas al sistema de seguridad social. Pero según Juan Felipe Celia, director adjunto del Centro para América Latina del Atlantic Council, no se puede culpar al FMI, la culpa es estrictamente del gobierno de Ortega, el cual ha sido acusado de usar los fondos del sistema de seguridad social para proyectos de sus aliados políticos.
La ayuda venezolana a Nicaragua cayó más de 60% en 2017 y está afectando de manera significativa la economía nicaragüense. No es coincidencia que el gobierno de Ortega esté haciendo estas reformas impopulares ahora en vez de hace dos o tres años, cuando aún contaba con cooperación extranjera más robusta.
Nicaragua ha sentido el impacto de las sanciones a Venezuela. Empresas nicaragüenses suspendieron sus exportaciones a Venezuela debido a las sanciones de Estados Unidos a Pdvsa. También se afectó el funcionamiento de Albanisa, la agencia encargada del comercio entre Nicaragua y Venezuela, y de la cual Pdvsa es accionista mayoritaria.