El primer ministro israelí y líder del partido derechista Likud, Benjamin Netanyahu, defendió la necesidad de formar un gobierno "fuerte y estable" con todas las formaciones de derechas tras las elecciones celebradas ayer en Israel.

El primer ministro israelí y líder del partido derechista Likud, Benjamin Netanyahu, defendió la necesidad de formar un gobierno “fuerte y estable” con todas las formaciones de derechas tras las elecciones celebradas ayer en Israel.

En una comparecencia ante sus seguidores en Tel Aviv, Netanyahu manifestó: “He hablado esta noche con todos los líderes del campo nacional y les he instado a unirse a mí y formar un gobierno sin más dilaciones”. Los sondeos otorgan al Likud 32 escaños frente a 24 de la coalición de centroizquierda Campo Sionista.

Por su parte, los resultados oficiales, con el 90% de las urnas escrutadas, dan al Likud 30 bancas, al Campo Sionista 24, y a la Lista ärabe 13.

“La realidad no nos da descanso y la ciudadanía espera de nosotros que formemos un liderazgo responsable que trabaje para ella y así lo haremos”, afirmó Netanyahu.

“Tenemos que formar un gobierno fuerte y estable que se preocupe por la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos de Israel”.

“Tenemos por delante grandes retos, estamos ante grandes desafíos diplomáticos, económicos y de seguridad”, manifestó Netanyahu. “Hemos prometido resolver el problema de la vivienda y de la carestía de la vida y lo haremos”, subrayó.

“Contra todo pronóstico, hemos conseguido una gran victoria para el Likud”, dijo Netanyahu, interrumpido constantemente por sus seguidores con gritos de “Bibi, Bibi”.

“Ha sido una gran victoria para el campo nacional dirigido por el Likud y una gran victoria para nuestro pueblo. Estoy orgulloso del pueblo de Israel, que en el momento de la verdad ha sabido diferenciar y mostrarse firme por una seguridad verdadera y una economía fuerte, con las que estamos comprometidos”, manifestó.

El gran vencedor de los comicios, el líder del partido de centro-derecha Kulanu, Moshé Kahlon, se negó a revelar sus próximos pasos y anunciar si dará su apoyo al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que forme el próximo gobierno.
Cuando vaya ante el jefe del Estado, dijo Kahlón, “recomendaré a cualquier candidato que opte por una vía social”.

Netanyahu trabajará ahora en un gobierno de unidad nacional con la centroizquierda de Campo Sionista, que encabeza Isaac Herzog, a la postre el gran derrotado de los comicios.

Así lo dijeron fuentes del Likud, que se adjudicó el triunfo electoral, pese a que los sondeos hablan de una puja “cabeza a cabeza” entre ambos partidos y a que aún no hay datos oficiales. El jefe de estado de Israel, Reuven Rivlin, acaba de llamar a “un gobierno de unidad nacional” como única solución. “Netanyahu -dijeron fuentes de su partido- no planeaba un gobierno de unidad, pero a veces uno se encuentra en situaciones en las que no tiene ninguna opción”.

“En este caso, el escenario más probable es que el primer ministro se compromete a pagar a Campo Sionista (la coalición de centro-izquierda liderada por Herzog) un alto precio, con el fin de formar un gobierno de unidad”, indicaron voceros de Likud.

No obstante es difícil que la formación de centro-izquierda acepte participar en el gobierno. La dirigente del partido izquierdista y pacifista Meretz, Zehava Galón, llamó al líder laborista, Isaac Herzog, a no formar un Gobierno de unidad con el Likud de Netanyahu.

“Contra todos los pronósticos y la campaña contra Meretz, hemos alcanzado un logro significativo”, valoró Galón el hecho de haber superado la barrera para entrar en el Parlamento (Kneset), según las encuestas al cierre de la jornada electoral. “Por eso, llamo a Herzog a que trate de formar un Gobierno de centro-izquierda y que no vaya hacia un Gobierno de unidad con el Likud”, dijo al Canal 2 de la televisión.

La Lista Árabe Común, coalición de cuatros partidos que representan a la minoría árabe de Israel se ha convertido en la tercera fuerza política del Parlamento con entre 12 y 13 escaños, según los sondeos difundidos anoche por los tres canales de televisión del país tras el cierre de las urnas.

De acuerdo al Canal 2 y 10, ambos privados, la llamada Lista Común obtendría 13 escaños -muy por detrás de los 27 o 28 que adjudican al Likud y al Campo Sionista-, mientras que el Canal 1 les concede 12.

“Tenemos un mayor peso político y nos sentimos más fuertes”, dijo el diputado Yamal Zahalke, que evaluó que en el escrutinio final llegarán hasta los 14 escaños porque han conseguido elevar el índice de participación en esta minoría de 56% a 70%. En cualquiera de los casos, la coalición árabe, que incluye a cuatro partidos de ideología nacionalista, islámica y demócrata, tendrá un peso considerable en la próxima legislatura, aunque los analistas descartan cualquier posibilidad de que formen parte del próximo gobierno israelí, sea de centro-izquierda o de derechas.

En una valoración del todo el proceso electoral y de los primeros resultados, el diputado Ahmed Tibi se mostró “decepcionado”. “Los resultados generales son decepcionantes y van en contra de los que esperábamos. Creíamos que el público israelí querría seguir un rumbo de cambio a la desgraciada situación política, social y económica”, declaró a un medio local.

La coalición árabe se formó en enero después de esfuerzos para conciliar sus distintas ideologías, y a raíz de una iniciativa de la ultraderecha de elevar la barrera de acceso al Parlamento de 2% a 3,25%.

Curiosamente, el partido que hizo la propuesta, Israel Beitenu, del ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, ha visto reducido el número de escaños de 13 en la actual legislatura a sólo 5, según los sondeos.

Se espera que forme un gobierno con toda la derechaEFE, AFP