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Merkel acuerda formar gobierno, pero pagando caro

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La canciller Merkel y el socialdemócrata Schulz tras el acuerdo. Foto: AFP
(L-R) German Chancellor and leader of the conservative Christian Democratic Union (CDU), Angela Merkel, and leader of the Social Democratic Party (SPD), Martin Schulz, arrive to give a press conference in Berlin on February 7, 2018, after conservatives and the Social Democrats sealed a deal on a new coalition, potentially ending four months of political standstill in Europe's top economy. / AFP / Tobias SCHWARZ GERMANY-POLITICS
TOBIAS SCHWARZ/AFP

EL NUEVO GOBIERNO ALEMÁN

Entregó dos ministerios clave: Finanzas e Interior; falta que la militancia socialdemócrata dé su aval.

La canciller Merkel y el socialdemócrata Schulz tras el acuerdo. Foto: AFP
VEA EL VIDEO. Foto: AFP

Europa respira un poco más aliviada. En Alemania, la mayor potencia del bloque, la canciller Angela Merkel finalmente logró un acuerdo para un gobierno "estable" con los socialdemócratas, después de meses de complicadas negociaciones. Sin embargo, este cuarto mandato de Merkel, hoy la estadista referente de la Unión Europea, le saldrá muy caro por las concesiones que debió hacer.

"Estoy convencida de que este contrato de coalición (...) es el pilar del gobierno estable que necesita nuestro país y que mucha gente en el mundo espera de nosotros", dijo ayer miércoles Merkel, líder de la conservadora CDU (Unión Demócrata Cristiana).

Ante las reticencias del Partido Social Demócrata (SPD), los conservadores tuvieron que hacer varias concesiones. El SPD de Martin Schulz obtendrá así varias carteras clave, como la de Finanzas. Esto marca una ruptura con la herencia del ortodoxo Wolfgang Schaeuble, conservador y titular de Finanzas durante ocho años, hasta finales de 2017. Esta responsabilidad la asumirá ahora Olaf Scholz, alcalde de Hamburgo, la segunda ciudad del país, y una figura respetada del SPD.

"Admito que la cuestión de quién obtiene qué ministerio no fue sencilla", reconoció ayer Merkel.

La entrega del crucial Ministerio de Finanzas indica que los conservadores tuvieron que hacer grandes concesiones para que el SPD acordara renovar la "gran coalición" que ha gobernado Alemania desde 2013.

El propio Martin Schulz, expresidente del Parlamento Europeo, podría convertirse en jefe de la diplomacia alemana, un cambio drástico para quien, aún a finales de 2017, aseguraba que no participaría en un gobierno de Merkel. Además, abandonará la presidencia del SPD que asumió hace un año.

La Unión Social Cristiana (CSU), los aliados bávaros de Merkel y el ala más a la derecha de su familia política, controlará un superministerio del Interior, una garantía para su electorado más conservador. Los de la CSU llevan dos años denunciando la generosa política migratoria de Merkel. En resumen, el reparto del gabinete quedaría así: el SPD con los ministerios de Finanzas, Trabajo, Justicia, Familia y Medio Ambiente; la CDU los de Economía y Defensa, y la CSU el de Interior a través de Horst Seehofer, un político duro en materia de inmigración.

Según el diario Bild, Merkel cedió demasiado para evitar unas nuevas elecciones. "¿Qué preció ha pagado? ¡Es casi un sacrificio personal! ¿Qué queda realmente de ella?", insiste el periódico. "Que Merkel ceda de esta manera ilustra la erosión de su poder [...] en materia de política europea".

A Merkel no le quedaba margen de error si quería permanecer en el poder. Las elecciones legislativas de septiembre, marcadas por el repliegue de los partidos tradicionales y el avance de la extrema derecha, no proporcionaron una mayoría clara en la Cámara de Diputados.

Para comenzar su nuevo mandato de cuatro años, la canciller, de 63, aún tiene que superar un importante obstáculo: el del voto de los alrededor de 460.000 militantes del SPD, que se pronunciarán en una consulta interna por correo que se llevará a cabo durante varias semanas. Para intentar ganarse a los militantes más reticentes, Martin Schulz logró que el acuerdo de gobierno incluya una cláusula de reevaluación de la coalición al cabo de dos años, una forma de poner a Merkel en suspenso desde el inicio de su mandato.

Si los militantes rechazan el acuerdo de coalición, Merkel se enfrentará a un difícil decisión: o formar un gobierno en minoría o celebrar nuevas elecciones, dos escenarios inéditos en la Alemania de la posguerra.

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