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Larga historia de tensión de presidentes y prensa

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Trump tiene frecuentes enfrentamientos con la mayoría los medios de comunicación de Estados Unidos. Foto: AFP

Relación difícil

Obama atacó a Fox y Nixon vedó al diario que le hizo dimitir.

La expulsión del corresponsal de la CNN en la Casa Blanca Jim Acosta tras un tenso tira y afloja con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sacudido a la mayoría de los medios nacionales en un caso que se suma, entre los más drásticos, al historial de desencuentros entre el poder y la prensa del país.

El Servicio Secreto retiró la acreditación a Acosta después de que el periodista protagonizara un incómodo rifirrafe con Trump en el que el reportero forcejeó con una becaria de la Casa Blanca por retener el micrófono mientras el presidente lo calificaba de “maleducado” y “persona terrible”.

En la historia hay numerosos enfrentamientos. Barack Obama (2009-2017), aseguró en septiembre pasado en un mitin que durante su mandato nunca “vetó” a ningún periodista ni llamó “enemigo del pueblo”a los medios. Aunque Obama no mintió en sus palabras olvidó que su directora de Comunicaciones, Anita Dunn, dijo en su día en declaraciones al diario The New York Times que “tratarían a Fox News como un oponente” y no “legitimarían” la cadena conservadora “como organización de noticias”, recordó el portal de verificación de datos “FactCheck.org”.

En otra entrevista con la revista Rolling Stone, Obama calificó el trabajo de ese canal de “periodismo amarillista” con un punto de vista “destructivo para el desarrollo futuro de EE.UU.”.

Pero el momento más tenso entre la Administración de Obama y Fox News se produjo en 2010 cuando, tras las filtraciones de información secreta sobre Corea del Norte, el Departamento de Justicia recopiló el registro telefónico y de correo electrónico del periodista James Rosen. El FBI aseguró que había pruebas de que el periodista había infringido la ley y justificó tanto esta investigación como la que se realizó a dos editores de la agencia Associated Press (AP).

AP y diarios como The New York Times y The Washington Post criticaron públicamente las acciones emprendidas.

En 2001 y bajo el mandato de George W. Bush (2001-2009), se suspendió un pase de prensa por 90 días. Trude Feldman entró en la oficina del secretario de prensa de la Casa Blanca, que se encontraba ausente, y dejó una nota en un cajón. Cuando un funcionario le indicó que el secretario tampoco tenía intención de acudir al despacho al día siguiente, Feldman regresó, abrió el cajón y retiró el mensaje. La acción fue grabada por las cámaras de seguridad y supuso su expulsión inmediata durante tres meses, recordó la revista de asuntos internacionales Foreign Policy.

Uno de los capítulo más complicados fue el vivido por Richard Nixon (1969-1974) durante las filtraciones publicadas por The Washington Post sobre el “caso Watergate”, que llevaron a su dimisión, la única en la historia de EE.UU.

AP difundió en aquel tiempo una grabación en la que Nixon amenazaba a su secretario de prensa si dejaba acceder a algún periodista de The Washington Post: “Que quede claro que desde ahora ningún reportero del Post estará en la Casa Blanca. ¿Está claro? (...) Es una orden total y si es necesario te despediré”, amedrentó Nixon.

Queja comienza con Washington

La incómoda relación entre periodistas y presidentes ha sido una constante y se remonta al primer gobernante, George Washington (1789-1797), quien lamentó que su despedida no fuera correctamente cubierta por la prensa, según la institución Smithsonian.

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