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El miedo impulsa a miles a huir antes de ser expulsados

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Colombianos, cargando con sus pertenencias, cruzan en río Táchira. Foto. AFP
Colombians leaving Venezuela with their belongings are helped by Colombian policemen and soldiers as they cross the bordering Tachira River to Cucuta, Colombia, on August 28, 2015. Hundreds of Colombians are fleeing Venezuela, opting to leave the country with their belongings rather than be deported empty-handed like more than 1,000 people sent home in an escalating border crisis. Colombia and Venezuela recalled their ambassadors on Thursday for consultations, amid mounting tensions that began nearly a week ago when Caracas closed off their shared border in response to an attack by unidentified assailants on a military patrol, which wounded a civilian and three soldiers on an anti-smuggling operation. AFP PHOTO/ GEORGE CASTELLANOS COLOMBIA-VENEZUELA-BORDER
George CASTELLANOS/AFP

El miedo a correr la misma suerte de quienes han sido deportados sumariamente ha llevado a miles de colombianos a adelantarse a los acontecimientos y emprender a la carrera la salida de Venezuela, un éxodo que triplica la cifra de expulsados de ese país.

Aunque se sospechaba que el grueso de quienes cruzan las trochas hasta Cúcuta (Colombia) desde el pasado fin de semana lo hacía voluntariamente, solo en las últimas horas se ha conocido la verdadera magnitud de esa migración, que asciende a más de 5.300 personas movilizadas.

De ellas, según la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas en Colombia (OCHA), 1.088 han sido deportados o repatriados, en tanto que 4.260 colombianos han "retornado de forma espontánea".

Ese regreso responde al miedo de quienes, como Sandra Duarte, han visto cómo a sus barrios llegaban militares venezolanos que marcaban las casas, y, según su denuncia, las saqueaban y derribaban.

"El atropello fue increíble, las casas nos las están tumbando. No me decidía a perder mis cosas, ganadas con tantos años de esfuerzo, y nos fuimos", cuenta a Efe Duarte en un descanso en su camino hacia la ciudad de Cúcuta.

Ella, que se marchó hace ocho años de la ciudad colombiana de Bucaramanga, residía hasta hace pocas horas en Los Libertadores, en las afueras de San Antonio del Táchira, donde, tras ver cómo derribaban una veintena de casas, "de hasta de dos y tres pisos", decidió emprender la huida acompañada de su marido y sus dos hijos.

"Entramos en pánico y decidimos ir sacando todo poco a poco. Vimos cómo se llevaban a los deportados y luego los militares, el mismo Ejército, se devolvía y saqueaba las casas. Robaron todo lo que querían", recuerda.

Duarte y su familia organizaron su marcha con tres familias vecinas, con las que sacaron lo que pudieron, como un congelador, una nevera y algunas camas, y compartieron camino hasta que se despidieron poco antes de cruzar la frontera.

Ahora espera en una parte de la trocha mientras su esposo regresa a su casa "y sigue sacando cosas", para más adelante continuar hacia Cúcuta, donde dejará sus enseres en casa de una amiga que reside allí y se censará para tener acceso a las ayudas del Gobierno colombiano.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro dispuso el cierre de los cien kilómetros de frontera con Colombia a raíz de la acción de contrabandistas. El jueves pasado, concretó las condiciones para la reapertura, que incluyen la prohibicón de venta en Colombia de los productos venezolanos sacados de contrabando. Asimismo, pidió que se deje de atacar al bolívar desde la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta en la que operan casas de cambio y desde donde, aseguró se promueve la devaluación del bolívar.

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Colombianos, cargando con sus pertenencias, cruzan en río Táchira. Foto. AFP

Crisis fronteriza de Venezuela y Colombia

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