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El lago Crawford en Canadá: la prueba de que el Antropoceno inició en 1950, según científicos

Esta reserva de agua dulce contiene microplásticos, carbón, cenizas de combustión de petróleo y hasta rastros explosiones nucleares; es decir, la marca definitiva del paso del hombre en el planeta.

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El lago Crawford, cerca de la ciudad de Toronto (Canadá)
El lago Crawford, cerca de la ciudad de Toronto (Canadá).
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AFP, EFE
El lago Crawford, cerca de la ciudad canadiense de Toronto, es el sitio elegido por un grupo de científicos que demuestra que ya empezó el Antropoceno, la época geológica que define el impacto del ser humano en la Tierra.

Esta pequeña reserva de agua dulce contiene sedimentos con restos de microplásticos, cenizas depositadas por la combustión de petróleo y carbón durante décadas e incluso rastros de lejanas explosiones nucleares, según los datos del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno presentados ayer martes.

El estudio de este grupo fue presentado en la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS) que se celebra en Lille (Francia). El grupo seleccionó el lago Crawford como un punto Estratrotipo de Límite Global (GSSP) para el Antropoceno. Este lago será así llamado “clavo de oro”, el punto de referencia acordado internacionalmente para mostrar el comienzo de un nuevo periodo geológico o época en capas de roca que se han ido acumulando.

“Los datos demuestran un claro cambio desde mediados del siglo XX que condujo a la Tierra a cruzar los límites normales del Holoceno”, la época que comenzó hace 11.700 años, declaró a la AFP Andy Cundy, profesor de la Universidad de Southampton, integrante de este grupo de trabajo.

El equipo ha recogido muestras en todo el mundo, desde arrecifes de coral hasta capas de hielo, que fueron enviadas para su análisis a la Universidad de Southampton, donde detectar un marcador clave de la influencia humana en el medio ambiente: la presencia de plutonio.

La presencia de este material “nos da un claro indicador de cuándo la Humanidad se convirtió en una fuerza tan dominante que pudo dejar una ‘huella dactilar’ global única en nuestro planeta”, explicó Cundy.

En la naturaleza, el plutonio solo está presente en cantidades de traza, pero a comienzos de la década de 1950, cuando se realizaron las primeras pruebas con bombas de hidrógeno, se produjo un aumento sin precedentes de los niveles de plutonio en todo el mundo.

A partir de mediados de los sesenta, cuando entró en vigor el Tratadob de Prohibición de los Ensayos Nucleares, se produjo un descenso, describió el experto.

Otros indicadores geológicos de la actividad humana son los altos niveles de cenizas procedentes de centrales eléctricas de carbón, las altas concentraciones de metales pesados, como el plomo, y la presencia de fibras y fragmentos de plástico.

Todo ello coincide con la denominada “Gran Aceleración”, un espectacular aumento de las actividades humanas, desde el transporte hasta el uso de la energía, que comenzó a mediados del siglo XX y continúa en la actualidad.

El lago Crawford en Canadá
El lago Crawford en Canadá.
AFP

La ICS evaluará las pruebas obtenidas en el lago Crawford y en otros 12 lugares secundarios para decidir si estamos en una nueva era geológica.

El término Antropoceno ya circula entre los expertos desde hace más de dos décadas, mientras que el calendario del planeta Tierra arrancó hace unos 4.600 millones de años.

La historia del planeta Tierra se divide en eones, eras, periodos, épocas y edades geológicas. Actualmente estamos en la era Cenozoica, periodo cuaternario, época del Holoceno.

La discusión entre los expertos es saber si el impacto humano, innegable, es lo suficientemente importante como para provocar ese decisivo cambio de época.

El ser humano, con su necesidad de energía y de alimentos, conduce al planeta a una crisis medioambiental decisiva, según los climatólogos y los ecologistas, que exigen ante todo el fin de los combustibles fósiles.

Los geólogos que se han unido a esta causa consideran que el Antropoceno es el símbolo de ese dramático cambio.

El concepto de “época de los humanos” fue propuesto por primera vez en 2002 por el Nobel de Química Paul Crutzen, que estimó que podía aplicarse desde mediados del siglo XX.

Coincide con el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero, la contaminación por microplásticos, los residuos radiactivos de los ensayos nucleares y otra docena de marcadores de la creciente influencia de nuestra especie en el planeta.

“Los sedimentos hallados en el fondo del lago Crawford suponen un registro impecable de los recientes cambios medioambientales del último milenio”, aseguró el presidente del grupo de trabajo, Simon Turner, que da clases en el University College de Londres.

La cifra

11.700

Son los años que llevamos en la época Holoceno, que un grupo de científicos considera que debe dar paso al Antropoceno.

Si dentro de un millón de años unos extraterrestres desembarcaran en la Tierra y examinaran sus rocas y sedimentos, ¿serían capaces de detectar un rastro del paso de la humanidad que fuera lo suficientemente significativo?

Desde un punto de vista demográfico, la Humanidad ha vivido una explosión sin parangón: de los 2.500 millones de habitantes en 1950 se ha llegado a más de 8.000 millones en 2022, según datos de la ONU.

Pero los geólogos calculan en términos de estratos, de sedimentos.

La mayoría de expertos de esa rama consideran que nos hallamos simplemente en un periodo interglaciar, como muchos otros que ya ha vivido la Tierra. Y eso incluye enormes variaciones en la concentración de CO2 en la atmósfera.

Lo más probable es que en la próxima gran reunión de la ICS, el Antropoceno sea catalogado como “acontecimiento geológico”, en opinión de Phil Gibbard, secretario de esa comisión.

“Las condiciones que provocaron las glaciaciones -una docena de ciclos en el último millón de años- no han cambiado”, advirtió este experto en 2022.

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