Theresa May resiste

May aplazó la votación en el Parlamento; Justicia europea habilitó marcha atrás al Brexit.

A Theresa May se le están agotando las opciones para salvar el proceso del Brexit, y por ende a su propio gobierno. Es que si fracasa el Brexit, la primera ministra le dice adiós Downing Street.

Hoy martes el Parlamento británico tenía que tratar el acuerdo del Brexit pactado con la Unión Europea (UE) para la salida del Reino Unido del bloque a partir del 29 de marzo. Pero ante un anunciado fracaso, ya que la mayoría estaba por rechazarlo, May decidió ayer lunes aplazar el voto y dirigirse de nuevo a sus socios europeos buscando un pacto más potable para los intereses británicos.

Inmediatamente, la libra esterlina cayó hasta su nivel más bajo desde abril de 2017, a 1,2527 dólares. Y el líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, dijo que el Reino Unido no tiene ya "un gobierno que funcione" y pidió a May que "deje espacio" para la llegada al poder de los laboristas.

El acordado fruto de 17 meses de difíciles negociaciones con la UE choca con el rechazo de la oposición laborista, los centristas liberaldemócratas, los nacionalistas escoceses, los unionistas norirlandeses del DUP —en cuyo apoyo se basa la mayoría parlamentaria de May— y un centenar de conservadores rebeldes, ya sea proeuropeos o euroescépticos.

Su punto más conflictivo es el denominado "backstop", o "red de seguridad", un mecanismo ideado para evitar la reinstauración de una frontera dura en la isla de Irlanda —entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda— que amenace el Acuerdo de Paz de 1998, que puso fin a 30 años de sangriento conflicto.

El Brexit no estaba en la agenda de esa reunión, prevista desde hace meses, pero ahora amenaza con llevarse el protagonismo. Por lo pronto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocó a una cumbre sobre el Brexit para este jueves, pero advirtió: "No vamos a renegociar el acuerdo, incluido el backstop, pero estamos dispuestos a debatir cómo facilitar la ratificación de Reino Unido", anunció Tusk en su cuenta en Twitter.

"Mientras no logremos ratificar un acuerdo, aumenta el peligro de un Brexit sin acuerdo" de catastróficas consecuencias para la economía británica, advirtió May, agregando que el gobierno acelerará los preparativos para esa eventualidad. Este escenario es el más temido por los medios empresariales británicos porque significaría un cambio brutal de todas las reglas comerciales sin ningún período de transición.

El aplazamiento de última hora desató durísimas críticas contra May de los diputados, muchos de los cuales pidieron lanzar al líder laborista Jeremy Corbyn que presente una moción de censura. Este puso en duda que la jefa de gobierno pueda arrancar un cambio sustancial a los 27 socios de la UE: "No tiene ningún sentido que la primera ministra traiga de nuevo este acuerdo que no tiene el apoyo de la cámara", dijo, obteniendo la aprobación de muchos legisladores.

Desde Bruselas, la UE insiste en que no tiene intención de reabrir la negociación. "Tenemos un acuerdo sobre la mesa (...) Este acuerdo es el mejor y el único posible, no vamos a renegociar", dijo la portavoz de la Comisión Europea Mina Andreeva, asegurando que "Reino Unido abandonará la UE el 29 de marzo".

La decisión de cancelar la votación sobre el Brexit en el Parlamento británico se conoció apenas horas después de que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) dictaminó que Reino Unido puede retirar de forma unilateral su decisión de abandonar el bloque el 29 de marzo. Esto pese a que hace casi tres años el 52% de los británicos votó a favor del Brexit, es decir el divorcio con la UE.

Sin embargo, este fallo de la justicia europea es un espaldarazo a quienes luchan porque el país se mantenga en la UE.

"Reino Unido es libre de revocar unilateralmente la notificación de su intención de retirarse de la UE", indicó la corte. "Tal revocación, decidida de acuerdo con sus propios requisitos constitucionales nacionales, tendría el efecto de que el Reino Unido permanezca en la UE bajo términos que no han cambiado", agregó.

Esta posibilidad ha sido rechazada en incontables ocasiones por el ejecutivo de May.

Pero la decisión da esperanzas a los partidarios de organizar un segundo referéndum sobre el Brexit, que incluya la opción de permanecer en la UE, si el texto negociado por May acaba fracasando en el Parlamento.

Gastos de telefonía y bancarios

Para los celulares dejaría inmediatamente de aplicarse la itinerancia gratuita, por lo que los británicos que se encuentren otro país tendrían que pagar cargos adicionales. Y los habitantes de Irlanda del Norte deberían vigilar que sus teléfonos no se conecten a operadores de la vecina República de Irlanda si se acercan mucho a la frontera. Algo similar ocurría con las tarjetas de crédito y débito, que sufrirían gastos adicionales.

Caos en los aeropuertos

Los aviones británicos perderían la licencia para volar a Europa a partir del 29 de marzo, sumiendo a los grandes aeropuertos londinenses en un caos. Londres dice "contemplar" una autorización especial a las aerolíneas europeas, y espera de la UE lo mismo. También los servicios del tren de alta velocidad Eurostar podrían sufrir las consecuencias del fin de las licencias en Europa para los operadores ferroviarios británicos.

Papeles, papeles, papeles

Los trámites pueden dispararse a un nivel de pesadilla. Las empresas que hacen negocios con Europa tendrían que llenar montañas de declaraciones de aduanas. Los turistas británicos que quieran alquilar un vehículo podrían necesitar un permiso de conducir internacional porque los suyos no serían válidos en el continente y hasta las mascotas necesitarían nuevos papeles para viajar tras perder sus pasaportes europeos.

Medicamentos y esperma

La situación podría ser más preocupante para las personas que dependen de un tratamiento médico: las autoridades están convenciendo a las empresas farmacéuticas de que hagan reservas adicionales para varios meses. Esto debería permitir cubrir interrupciones de corto plazo por el bloqueo de las aduanas. Igualmente, Reino Unido ya no podría acceder a los bancos de esperma europeos; deberían recurrir a las importaciones.

Advertencias a los consumidores

Las compras en línea realizadas en euros podrían sufrir "incrementos de precios y tiempos de tratamiento más lentos". Y actividades lúdicas como ver una película en el teléfono o la tableta mientras se viaja por el continente podrían ser mucho más complicadas: en teoría los británicos perderían el acceso a los servicios de streaming cuando estén fuera de Reino Unido porque el país ya no estaría en el "mercado único digital" europeo.

Whisky y pedigrí

Los británicos están orgullosos de su whisky escocés y de su queso de Stilton, pero el estatus de todos sus productos quedaría en el aire porque perderían sus "denominación de origen protegida" (DOP) en Europa. Los 86 productos británicos con DOP representan una cuarta parte de todas sus exportaciones de comida y bebidas. E incluso los criadores de caballos purasangre en Reino Unido tendrían dificultades para exportar.