ANÁLISIS

Maximiliano Casal, de nacionalidad uruguayo y participante en 2018 de la Iniciativa Jóvenes Líderes de las Américas que impulsa el Departamento de Estado, co-creó ese mismo año junto a su socio mexicano, Alfonso de los Ríos, una empresa de tecnología logística naviera. En 2022, su empresa Nowports, tras una ronda de financiación externa, alcanzó una valuación de más de 1.100 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los más recientes “Unicornios” en el continente.

Juntos en el hemisferio, queremos generar más historias como la de Maximiliano y Alfonso, porque conocemos y confiamos en el talento, la dedicación y la calidad humana y profesional de todas las personas en América. Queremos replicar en todo el continente los factores externos, las herramientas y los ecosistemas que permitieron a Maximiliano dar vida y vuelo a su sueño.

Sabemos que en varios países de las Américas esto resulta difícil, ya que existe desigualdad en las instituciones públicas, o altos niveles de corrupción, o inseguridad, o atención sanitaria deficiente, o efectos visibles el cambio climático o acceso limitado a financiamiento. En algunos países todas estas barreras coexisten, frustrando grandes proyectos y sueños como los de Maximiliano mucho antes de que puedan tomar impulso, y en todos nuestros países, incluso Estados Unidos y Uruguay, hay gente que ven su potencial desperdiciado por algún factor limitante.

Con el objetivo de aprender unos de otros, de escuchar y entendernos entre toda la gente del hemisferio, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden recibirá a líderes del Hemisferio Occidental en Los Ángeles del 8 al 10 de junio para la Novena Cumbre de las Américas, con un objetivo ambicioso pero simple: ayudar al hemisferio entero -incluido Estados Unidos- a materializar su potencial como región donde la democracia responda a las necesidades de todos y las personas puedan hacer realidad sus aspiraciones, independientemente de dónde vivan. La Cumbre incluyera lideres de gobiernos, sociedad civil, empresarios, y jóvenes lideres, porque las respuestas de los desafíos de nuestro tiempo no residen solo en los gobiernos.

En países como Uruguay, que goza de una de las pocas democracias plenas en el mundo, la democracia y los mercados saludables han generado importantes beneficios para sus ciudadanos en los últimos 40 años. Sin embargo, también Uruguay enfrenta desafíos comunes a otros países de la región como la inseguridad, el desafío del cambio climático, y como asegurar que todos pueden aprovechar las oportunidades de la revolución tecnológica.

Son variados y complejos los escenarios que enfrentan hoy los ciudadanos de las Américas.

La crisis económica postpandemia exacerbó desigualdades históricas en la región, y sus efectos afectaron sobre todo a las comunidades y poblaciones más marginadas. La pérdida de puestos de trabajo ha sido particularmente alta para mujeres, trabajadores jóvenes, personas con niveles de educación más bajos y quienes trabajan en el sector informal. Y la injustificada invasión rusa en Ucrania está provocando alza en los precios de productos esenciales, desde fertilizantes y petróleo, hasta trigo y aceite para cocinar.

La prosperidad de nuestros pueblos depende de la recuperación económica y de que avance el crecimiento de las clases medias en todos los países de la región, incluido Estados Unidos.

Todo América debe expresar nuestro compromiso de luchar contra el cambio climático atreves de políticas para: usar tecnologías eficientes y ahorro energético para alcanzar un nivel de cero emisiones netas; siguiendo el ejemplo de Uruguay, debemos llevar las energías renovables a una mayor escala, cooperando para que haya más fuentes de energía eólica y solar, bioenergías e hidroelectricidad; y innovar para bajar la intensidad del impacto de la agricultura en el cambio climático.

Es nuestro deseo que la novena Cumbre de las Américas en Los Ángeles contribuya a restablecer la confianza en que la democracia puede dar respuesta a las necesidades económicas y sociales de la gente. Y por ello debemos enfocarnos en las responsabilidades básicas de gobierno: brindar seguridad, atención de la salud, educación, infraestructura y garantizar el Estado de derecho.

Estamos convencidos que podemos y debemos hacer más por todas las personas de América y que Estados Unidos, Uruguay y las democracias del continente tiene algo para enseñar y algo para aprender.

Como dijo recientemente el Asesor Especial para la Cumbre de las Américas, Christopher Dodd, durante su visita a Uruguay: “Uruguay es un socio confiable y referente en valores e instituciones democráticas cuya voz se hace oír más allá del contexto regional”. Y aunque la Cumbre es un encuentro entre gobiernos, centraremos los resultados en la piedra angular de nuestras sociedades: nuestra gente. Confiamos desde ya que, junto a Uruguay y los demás países participantes, lo haremos posible.

*Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental