Tuvo un alcance de 450 km y fue orientado hacia Japón.
Corea del Norte lanzó otro misil balístico ayer lunes, en un nuevo desafío del régimen de Kim Jong-Un en su intento por alcanzar Estados Unidos con una bomba nuclear. Los recientes lanzamientos de misiles y la amenaza norcoreana de realizar un nuevo ensayo nuclear han provocado llamados en favor de sanciones de la ONU más duras contra el país comunista, que vive prácticamente aislado del mundo. También desencadenaron una nueva advertencia del presidente norteamericano Donald Trump de que considera la opción de una intervención militar.
El lanzamiento de ayer se llevó a cabo cerca de la ciudad costera de Wonsan, en Corea del Norte, indicó el jefe del Estado Mayor de Seúl. El misil se trasladó hacia el este. "El alcance era de unos 450 kilómetros", indicó el comunicado.
El jefe de gabinete de Japón, Yoshihide Suga, indicó a la prensa que el misil cayó al parecer en su Zona Económica Exclusiva, que se extienden hasta 200 millas náuticas de la costa japonesa. "Nuestro país nunca podrá tolerar las acciones provocadoras de Corea del Norte", indicó.
En Washington, el Comando del Pacífico informó que el misil de corto alcance fue rastreado durante seis minutos hasta que cayó en el Mar de Japón. No fue considerado una amenaza para América del Norte. "Seguimos monitoreando de cerca las acciones de Corea del Norte", precisó. "El Comando del Pacífico de Estados Unidos respalda el firme compromiso con la seguridad de nuestros aliados en la República de Corea y en Japón", agregó.
El nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-In, ordenó una reunión del consejo nacional de seguridad para tratar el tema del disparo.
Los dirigentes del G7 calificaron el sábado pasado las pruebas nucleares y de misiles norcoreanos de "amenaza grave", y se mostraron dispuestos a tomar medidas al respecto.
China, principal aliado y socio comercial de Corea del Norte con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, prefiere sin embargo entablar un diálogo diplomático y no imponerle nuevas sanciones.
Estados Unidos indicó que no descarta la posibilidad de negociaciones, pero exige como condición el fin de las pruebas de misiles.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó dos grupos de sanciones el año pasado para aumentar la presión sobre Corea del Norte e impedir que consiga los fondos que necesita para desarrollar sus programas militares. En el cruce de declaraciones, Trump ha advertido que todas las opciones están sobre la mesa a la hora de abordar el programa norcoreano, aunque por ahora Washington se ha limitado a establecer sanciones y presión diplomática.
A pesar de las importantes sanciones económicas impuestas por Naciones Unidas a Corea del Norte, el de ayer fue el noveno ensayo de misiles en lo que va de año y el tercero desde que el nuevo presidente liberal surcoreano, Moon Jae-in, accedió al cargo el pasado 10 de mayo.
Corea del Norte parece querer enviar a Seúl el mensaje de que la doble vía que pretende explorar Moon (que ha prometido mejorar el diálogo pero mantener a la vez mano dura con la sanciones) no arrojará mejores resultados que los cosechados por las administraciones anteriores. El pasado jueves, Corea del Sur autorizó, por primera vez desde que todo intercambio fue congelado en 2016, el contacto entre una ONG local y representantes norcoreanos con el objetivo de reanudar la asistencia humanitaria al Norte y otros programas de cooperación intercoreanos.
"Una falta de respeto hacia China".
Donald Trump dijo que con la última prueba de misil balístico, Corea del Norte dio una bofetada a su principal aliado China. "Corea del Norte mostró una gran falta de respeto por su vecino, China, al disparar otro misil balístico... pero China esta haciendo un fuerte intento!", dijo Trump en un tuit. Trump dijo la semana pasada en la cumbre del G7 que el "gran problema" de Corea del Norte "será solucionado".
El poder de fuego que amenaza a los vecinos.
Corea del Norte cuenta desde hace tiempo con misiles capaces de alcanzar Corea del Sur mediante cohetes Scud de un alcance de 500 kilómetros, y Japón, con misiles Rodong de un alcance de entre 1.000 a 3.000 kilómetros. El Hwasong-12 probado anteriormente este año tiene por su parte un alcance estimado de 4.500 km y puede llegar en teoría hasta las bases estadounidenses de la isla de Guam, en el Pacífico. El misil lanzado ayer por Corea del Nortes es de un diseño basado en los Scud soviéticos: un proyectil de corto alcance con un rango de entre 300 y 500 kilómetros y normalmente denominado Hwasong-6 por el Ejército norcoreano. El misil alcanzó una altura máxima de unos 120 kilómetros y recorrió unos 450 kilómetros hacia el este antes en caer de la Zona Económica Exclusiva de Japón (espacio que se extiende a unos 370 kilómetros desde sus costas). Algunos expertos creen que el misil podría ser un Hwasong-7 —otro rediseño del Scud con un rango extendido de hasta 1.000 kilómetros que pone también a tiro el archipiélago nipón— disparado con un ángulo más abierto para reducir su alcance.
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