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Abdo gobernará en Paraguay sin mayoría en el Congreso

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Mario Abdo Benítez: “El pueblo votó por la unidad y no por la división”, dijo el domingo.  Foto: EFE

EL NUEVO GOBIERNO DE PARAGUAY

El presidente electo está obligado a negociar con sectores de la oposición de izquierda.

El presidente electo de Paraguay, Mario Abdo Benítez, no logró la mayoría absoluta en el Senado, por lo que se verá forzado a buscar alianzas durante su mandato de cinco años.

En la elección de los 45 miembros del Senado el domingo, el Partido Colorado de Abdo Benítez obtuvo 18 bancas, contra 13 del Partido Liberal del opositor Efraín Alegre, mientras otras fuerzas obtuvieron las bancas restantes. El oficialismo requería 23 asientos para dominar el Senado.

El izquierdista Frente Guasú (Frente Amplio) obtuvo seis senadores, y las agrupaciones independientes Patria Querida y el movimiento Hagamos tres y dos bancas, respectivamente. Los partidos Democrático (centroizquierda), Unace (derecha-oficialista) y Cruzada Nacional (independiente) obtuvieron un senador cada uno.

La lista oficialista del Senado es encabezada por el actual presidente Horacio Cartes y también está integrada por el vicepresidente, Juan Afara, y el expresidente Nicanor Duarte (2003-2008).

El actual presidente del Senado, el exobispo católico y exmandatario, Fernando Lugo (2008-2013), líder del Frente Guasú, advirtió que la oposición no permitirá que juren Cartes, Afara y Duarte.

La Constitución paraguaya establece que los jefes de Estado "serán senadores vitalicios", categoría que les otorga el derecho a voz, pero no al voto en las sesiones de la cámara.

La Corte Suprema de Justicia, con el voto de seis de sus nueve miembros, dispuso que todos ellos tienen derecho a jurar como senadores activos, con voz y voto.

El presidente electo Abdo Benítez prometió en su campaña electoral desmantelar el Poder Judicial al que consideró "la pata renga de la democracia" paraguaya. "Tenemos que construir una justicia fuerte, independiente, valiente y justa. Es la pata renga de nuestra democracia. La impunidad y la corrupción son cánceres que tenemos que enfrentar con todo nuestro coraje. Yo voy a liderar el proceso de despolitizar la justicia paraguaya", expresó en declaraciones a la AFP.

El nuevo gobernante venció en disputadas elecciones el domingo, por 3,7 puntos de diferencia, al opositor Efraín Alegre.

Fitch, continuidad.

Fitch Ratings no anticipa cambios significativos en la política económica de Paraguay tras la elección de Abdo Benítez, y cree que con el nuevo gobierno habrá una fuerte disciplina fiscal. "El foco de Abdo Benítez en elevar los ingresos (gubernamentales) para aumentar el gasto sugiere que intenta mantener la disciplina fiscal", dijo el comunicado de Fitch.

La agencia cree que se mantendrá la tendencia de fuerte crecimiento de la economía, tras una expansión del Producto Interno Bruto del 4,7% en 2017, la mayor de Sudamérica.

Fitch tiene una calificación soberana para Paraguay de "BB" con perspectiva positiva.

Dominio colorado.

"El pueblo votó por la unidad y no por la división. Me comprometo a ser factor de unión del Paraguay", dijo Abdo Benítez en su primer discurso después de ser proclamado presidente electo.

Abdo Benítez ganó con el 46,5% de los votos, en tanto su rival Efraín Alegre obtuvo 42,7%.

"La diferencia con la que ganó Abdo Benítez (menos de cuatro puntos) puede causarle problemas de gobernabilidad. El Partido Colorado tiene que replantearse", comentó la analista Ati Snead, de la firma de sondeos Ati Snead y Asociados.

Al aceptar su derrota en la presidencial, Alegre lanzó una advertencia. "Creemos que el cambio en Paraguay es irreversible, más temprano que tarde", dijo el candidato liberal.

Paraguay, que salió de 35 años de dictadura en 1989, ha vivido bajo la hegemonía del partido Colorado desde 1947, con la sola excepción del gobierno de Lugo, quien fue destituido en un juicio político un año antes de completar su mandato.

"Los colorados tienen vocación de poder. Tienen un voto disciplinado y una tradición de participar en los procesos electorales, además de un esquema de manejo del funcionariado que está intacto desde la época de Stroessner y que les da resultados electorales", explicó Snead.

La función pública, en la que se desempeñan unas 300.000 personas, es una de las pocas fuentes de empleo en este país en el que la pobreza alcanza a 26,4% de la población y la informalidad abarca a cerca del 40% de la economía.

Magdalena López, coordinadora del Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay de la Universidad de Buenos Aires, resalta, de su parte, que pese a que hubo muy pocos juicios por los crímenes de la dictadura, Stroessner murió en el exilio en Brasilia. "Nunca pudo volver a Paraguay. Ninguno de los gobiernos colorados que le sucedieron concibió darle el indulto", dijo López.

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