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Tusam hipnotizó a Punta en la Fundación Atchugarry

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Acostado y sostenido con caballetes resistió golpes con barra de acero. Foto: IM

VERANO 2018

Practicó hipnosis masiva de espectadores en el escenario

"Cuando se quiere, se puede", sentenció Leo Tusam antes de despedirse de los 700 espectadores que asistieron el miércoles de noche a la Fundación Atchugarry. Claro, lo dijo una persona que durante una hora y media demostró que es capaz de hacer fuego con la lengua, generar energía suficiente para que tres personas iluminen el escenario con un tuboluz cada uno y recibir martillazos con una barra de acero encima, acostado y sostenido apenas sobre dos caballetes, mientras la cantante Mey entonaba que no iban a verlo caer porque era como el titanio.

Así transcurrió la segunda edición de Punta te hipnotiza, organizada por la intendencia de Maldonado con el mentalista como protagonista, que siguió con la tradición familiar de presentar sus espectáculos en Punta del Este.

Acompañado por la orquesta sinfónica de Maldonado, la cantante Mey y el mimo Juan Manuel Scazziota, que animaron la espera entre una prueba y otra de Tusam, "pintó" un agradable programa familiar. Y se dio en un entorno y con una temperatura agradable que bien podía haber inspirado a Shakespeare el "Sueño de una noche verano".

El escenario, ubicado cerca de un lago que parecía decorado con luces y sutilmente rodeado de esculturas de Atchugarry, hizo un gran aporte más allá de lo visual. Se instaló un clima ideal para el desarrollo de las pruebas de hipnosis en las que Tusam interactuó varias veces con el público.

"Cuando me dicen no creo en la hipnosis, es lo mismo que si yo apareciera diciendo que no creo en la digestión", suele repetir Tusam antes de cada prueba. En esa línea agregó: "Tengan cuidado, porque la digestión es una práctica oscura. Suena raro, ¿no? La hipnosis no depende de si la persona cree o no cree. Es un estado mental que sucede todo el tiempo gracias al desarrollo cognitivo de nuestra mente. La hipnosis es un camino que se transita en soledad (por la autohipnosis) o con un hipnotizador".

Tras ese preámbulo, Tusam hizo que 20 personas subieran al escenario para hacer una hipnosis masiva, que llevó a que muchos de ellos bailaran o simularan que tocaban su instrumento musical favorito. Lograda esa prueba, la orquesta entonó el clásico We are the Champions de Queen, con el que se reafirmó ese concepto de que "Cuando se quiere, se puede".

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