RIESGO SANITARIO

El fin de semana pasado se registró un nuevo episodio de cianobacterias, en este caso en las playas de Colonia y San José. Frente a esta reiteración del fenómeno, la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) informó que puede consultarse la situación de las playas en el observatorio online que tiene el organismo. Allí se especifican, en un mapa interactivo, los lugares donde se encuentra colocada la bandera sanitaria.

El director nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario, dijo ayer a Informativo Sarandí que este año se trata de casos puntuales, no como en la temporada anterior, cuando las condiciones climáticas fueron muy particulares.

Por otra parte, la Intendencia de Montevideo actualizó su aplicación móvil y ahora se puede verificar en tiempo real la situación de cada playa de la capital: tanto si tiene la advertencia sanitaria como el color de la bandera por nivel de peligrosidad (verde, amarillo, rojo).

La bandera sanitaria es el distintivo que se pone en las casillas de los guardavidas para indicar la presencia de las cianobacterias u otros contaminantes y por tanto la recomendación es no entrar al agua. La bandera es de color rojo y tiene una cruz verde en el centro.

Se coloca cuando hay floración desarrollada de cianobacterias, concentración de coliformes termotolerantes que supera el valor admitido por la normativa o cuando hay eventos que implican un riesgo sanitario para los bañistas.

En diciembre del año pasado, la Universidad de la República (Udelar) difundió un informe sobre las cianobacterias que intenta responder algunas interrogantes básicas: qué son, de dónde vienen y qué podemos hacer para prevenirnos. El documento fue realizado por los investigadores Sylvia Bonilla y Luis Aubriot, de la sección Limnología de la Facultad de Ciencias.

En el mismo se advierte que las cianobacterias pueden producir una amplia gama de toxinas (cianotoxinas). “Este es tal vez el mayor peligro asociado a los eventos de floraciones donde se acumulan miles de millones de células que liberan toxinas”, destaca.

“Las toxinas que producen son nocivas para los animales y para el ser humano. Por esta razón, la potabilización de agua contaminada con cianobacterias requiere de la implementación de tratamientos costosos como la aplicación de carbono activado para su descontaminación”, agrega.

Las toxinas más frecuentes son hepatotoxinas y neurotoxinas, que producen daños hepáticos y neuronales respectivamente. Los efectos son diversos y los más comunes incluyen trastornos hepáticos o gastrointestinales como vómitos, diarreas y cefaleas.

También generan irritaciones de diverso tipo en la piel y en mucosas. Es frecuente que estos síntomas se confundan con otras enfermedades a la hora de realizar un diagnóstico, ya que no son específicos. En casos extremos se puede llegar a la muerte, incluso en pocos días.

El efecto que puedan tener las cianotoxinas depende también del tipo de contacto que tenga el ser humano con las floraciones. El contacto directo con la piel es frecuente en las playas. En particular, los bañistas son una población muy vulnerable porque se sumergen al agua, siendo los niños los más afectados por su bajo peso y porque juegan en la orilla del agua donde tienden a acumularse las cianobacterias.

El informe de la Udelar señala que las cianotoxinas pueden afectar también a los animales terrestres.

“En nuestro país hemos detectado cianotoxinas en la sangre de ganado que indicaron ingesta de toxinas. Por ejemplo, existen reportes sobre mortandad de animales domésticos o ganado luego de beber agua contaminada con una floración de cianobacterias tóxicas”, destaca.

A su vez, el trabajo de la Facultad de Ciencias destaca que los casos de intoxicación y muerte en seres humanos son “muy infrecuentes”.

El que ha causado mayor impacto fue la “Tragedia de Caruaru” (Brasil, 1996), donde pacientes fueron inyectados con agua contaminada con microcistinas en un centro de diálisis, derivando en la muerte de más de 70 de ellos en pocas horas.